En pleno Paro Nacional, el personal de salud de las brigadas médicas voluntarias ha sido objetivo de ataques y hostigamientos. Lo registramos en Bogotá, y fuimos a Cali para comprobar que también sucede, solo que aquí los responsables también son civiles.
Por: Daniela Díaz y María Camila Paladines
Como sucedió en una primera entrega desde las calles de Bogotá, PACIFISTA! compiló testimonios, vídeos y pantallazos sobre 8 casos en los que se evidencian las vulneraciones que han sufrido algunas brigadas médicas en la capital del Valle del Cauca, incluso después de los peores picos de violencia en la ciudad. Aquí presentamos unos de ellos:
Victoria, delegada de comunicaciones de la Brigada Estudiantil de Salud de la Universidad del Valle (conformada desde el 2018 y con puntos móviles y fijos en diferentes sectores de la ciudad, entre ellos la Loma de la Cruz, Calipso, Siloé, Meléndez, La Luna, Portada al Mar y Puerto Resistencia), narró a este medio tres de los cerca de diez atentados directos que sufrieron durante los primeros treinta y tres días de Paro Nacional –también han tenido afectaciones indirectas causadas por enfrentamientos entre población civil y Fuerza Pública–.
El 5 de mayo, un hombre encapuchado y armado llamó a uno de los coordinadores del punto médico de Meléndez a una esquina aledaña. Le dio su nombre (el del brigadista), la dirección de su casa, con quién vivía, y lo amenazó ordenándole que se retirara del lugar. Desde entonces, contó Victoria, sí han vuelto al punto, pero solo cuando ha sido estrictamente necesario.
Seis días después, al punto de Portada al Mar, les llegó información sobre personas desconocidas que estaban ofreciendo 20 millones de pesos colombianos “por la cabeza (asesinato) de un brigadista en Cali”, dijo ella.
Según la delegada, el 22 de mayo, el punto fijo de Calipso, instalado en una caseta comunal, fue rodeado y tiroteado con fusiles por policías y agentes del ESMAD, cuando en su interior se encontraban alrededor de 20 personas, entre brigadistas y pacientes.
Le preguntamos a Victoria si han interpuesto alguna denuncia formal acerca de estos hechos. Luego de negarlo, nos explicó que, aunque su funcionamiento y organización está avalada por la universidad, no lo está todavía por el Ministerio de Salud y que para instaurar acciones legales deben estar identificados y registrados como Misión Médica, quedando así en un limbo jurídico. Aún así, dijo que han hecho públicas las denuncias por redes sociales y han enviado el reporte a organizaciones de derechos humanos.
Santiago*, excoordinador de la brigada de La Luna, le contó a PACIFISTA! que, en la noche del 7 de mayo, el personal en su punto médico fue hostigado y atacado con disparos por personas desconocidas que se transportaban en varias camionetas de alta gama. Por amenazas y por esos ataques, se tuvo que retirar de la labor.
Esto fue en el sector La Luna, a las 9 de la noche, el 7 de mayo. Suministrado a PACIFISTA!
También fue en el sector La Luna, a las 9 de la noche, el 7 de mayo. Suministrado a PACIFISTA!
Esto fue en el sector La Luna, a las 9 de la noche, el 7 de mayo. Se ve una de las camionetas desde las que dispararon. Suministrado a PACIFISTA!
Esa misma decisión la tomó Cecilia*, una joven paramédica excoordinadora de la brigada de salud en Portada al Mar, porque, según aseguró a este medio, se le han acercado sujetos a decirle que “de parte de todas las oficinas (no sabe cuáles) le mandan a decir que, si no desbloquean las vías, ¡los levantan a plomo!”.
“Ni siquiera en las guerras más cruentas de la humanidad se ha atacado a la Misión Médica, es inaudito”, dijo el 8 de mayo, en horas de la noche, otra voluntaria en el puente de La Luna quien reportó nuevos disparos contra ellos. En esta ocasión aclaró que los ataques provenían de una camioneta Toyota Prado de color blanco, que una persona había quedado herida y que esa modalidad ha sido frecuente en diferentes puntos médicos en Cali.
El hombre que grabó, al final del siguiente video, pidió: “¡Ya no más emboscadas!, ¡ya no más balas!, ¡por favor!, ya no más, ¡paren ya!”.
Esto fue en el puente de La Luna, el 08 de mayo. Suministrado a PACIFISTA!
Iván*, un brigadista que con frecuencia presta sus servicios en el punto de la Loma de la Cruz. El 10 de junio le expresó a PACIFISTA! que presume le tienen chuzado el celular, desde hace una semana lo han llamado en distintas ocasiones, de tres números desconocidos, a amenazarlo a él y a su familia y a ordenarle que se retire de ese punto de atención.
Jorge Palta, voluntario rescatista, notó y aseguró a este medio que cuando regresa a su casa, después de sus labores en los puntos médicos, lo siguen. A veces en taxis, otras en carros particulares sin placas.
El pasado 20 de mayo, a la altura de la calle octava, en plena zona céntrica de Cali, un carro particular sin placas lo siguió e intentó atropellarlo, pero él fue más rápido. Antes del impacto se lanzó de su moto al andén, logró resguardarse detrás de un árbol y cuando quiso ver las placas, el carro se había dado a la fuga. Tuvo una lesión en la rodilla derecha y aún está en recuperación.
Luego de la agresión, el 2 de junio, estando en su casa, se dio cuenta que afuera se había estacionado un carro de Policía y desde allí le estaban tomando fotos.
A lo largo de su testimonio, repitió que su trabajo es de carácter humanitario, imparcial y que las brigadas médicas han sido fundamentales en la oleada de violencia y represión que vive la ciudad, pues han atendido desde Fuerza Pública hasta abuelas que resultan heridas por balas perdidas.
Este caso lo conoció la Defensoría y la Alcaldía, pero sigue en la impunidad, y las agresiones en su contra no han cesado. Varias veces lo han abordado civiles, especialmente cuando sale del punto de Portada al Mar: “Me dicen que les dé mi identificación. Les presento la escaparela grandísima que cargo con mis datos y la entidad a la que pertenezco. Intentan tomarle fotografías, (pero) yo no se los permito y les respondo que, si yo ya me identifiqué, (entonces que también) lo hagan ellos. Ahí se van. Muchas de esas veces, la gente que me conoce empieza a rodearme y a rodear a la persona, entonces huyen”.
En este momento, Jorge es el encargado de hacer la articulación entre las brigadas médicas y la Secretaría de Salud de Cali, y coordina cinco brigadas de emergencia que se encargan, sobre todo, de temas logísticos de insumos y de personal. Todas las brigadas que coordina han sido hostigadas hasta la fecha.
¿Qué dice la Policía?
PACIFISTA! consultó al intendente Molina, encargado del área de Comunicaciones Estratégicas de la Policía Metropolitana de Santiago de Cali, acerca de las agresiones al personal médico voluntario. Respondió que no ha recibido denuncias para investigaciones internas y nos remitió con el patrullero Sandoval, también de Comunicaciones Estratégicas, pero de la Inspección General de la Policía Nacional, asegurando que “es donde están llevando las investigaciones de los uniformados”.
Este patrullero no brindó información y nos remitió a su vez a la teniente Daniela Cabadías, encargada del área, de quien no fue posible obtener respuesta.
Hasta el cierre de esta publicación, ni en el caso de Jorge, o en el Santiago, en el de Cecilia, en el de Iván o en los que narró Victoria, se han establecido responsables o se han esclarecido los hechos.
Nicolás Castiblanco, abogado defensor de derechos humanos en Cali, reconoció para PACIFISTA! que, ante la constante negativa de la Policía para atender estos casos, han tenido que acudir a la Defensoría o a la Procuraduría. Además, explicó que solo en un 30% del total de casos las víctimas se atreven a denunciar, y de este porcentaje solo un 10% ha sido atendido. El punto más avanzado en esas investigaciones es el llamado a ampliar versiones.
Según el informe que Temblores ONG, Indepaz y Paiis presentaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el pasado 8 de junio, entre el 28 de abril y el 31 de mayo de 2021, en el marco del Paro Nacional, la Fuerza Pública ha violentado a más de 3.780 personas. Entre ellas 1.248 han sufrido violencia física, 65 han tenido lesiones en los ojos, 25 han sido víctima de violencia sexual y 45 han sido asesinadas. Para cientos de estas personas los primeros auxilios han sido determinantes, bien sea para no morir o para tener una muerte un poco más digna.
Los hostigamientos y las agresiones que han sufrido las brigadas médicas voluntarias en Cali y Bogotá, igual que las agresiones a algunos manifestantes por parte de miembros de la Policía, no parecen aislados sino sistemáticos y selectivos.
El llamado del personal de salud al Gobierno Nacional, a las Secretarías de Salud y a la Fuerza Pública en todo el territorio nacional, es a que legalicen estos grupos como Misión Médica, que garanticen su labor humanitaria y que protejan la vida de todo el personal de salud en los puntos de manifestaciones.
*Su nombre fue modificado para proteger su identidad e integridad y la de sus familiares.
A María Camila la pueden leer acá.
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