INFOGRAFÍA | Así es el proceso en el que muy poco queda de la planta sagrada y más bien muchos químicos e hidrocarburos.
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¿Alguna vez se ha preguntando qué tiene que entrar para que salga la cocaína?
Dos periodistas de ¡Pacifista! y Proyecto Coca se sumergieron en el Naya, un remoto paraje del Pacífico colombiano que se ha convertido en una de las rutas más ‘productivas’ de la droga. Allí fuimos testigos de cómo la cocaína se produce, transporta y saca del país, el ‘lado B’ de un negocio multimillonario que no es protagonizado por ningún capo sino por cientos de cocaleros, raspachines, lancheros y jornaleros con pocas oportunidades, y que muchas veces no ganan ni el salario mínimo mensual.
De la mano de ellos, documentamos cómo –a partir de una planta ancestral venerada por los pueblos indígenas desde hace siglos– se produce realmente la droga que ha marcado la historia moderna de Colombia. Un proceso en el que muy poco queda de la planta sagrada y más bien mucho de una lista casi interminable de pesados químicos e hidrocarburos.
Este es el resumen de uno de los métodos de producción más comunes en Colombia, ya que hay variaciones regionales (por ejemplo, en algunas zonas del Pacífico se oxida la base para limpiar mejor las impurezas) y que algunos químicos se pueden sustituir por otros a la hora de generar ciertas reacciones (como el acetato de etilo, el cloruro de hidrógeno o el hexano).
Si quiere ver cómo se produce la cocaína, vea el recorrido desde los viveros de la mata de coca hasta la salida al mar en canoas en nuestro documental ‘El Naya: la ruta oculta de la cocaína’.
