Revisamos las primeras propuestas de los posibles aspirantes a la presidencia.
A diferencia de la campaña por las elecciones presidenciales de 2014, cuando estaba en riesgo la continuidad de la negociación con las Farc, la contienda electoral para 2018 ha empezado a distanciarse de los temas de la guerra y la paz. Desde ya, varios de los precandidatos han dicho que el mundo político no debe limitarse a la implementación de los acuerdos de La Habana y han propuesto otros focos de atención, que van desde la “recuperación económica”, propuesta por el uribismo; hasta la lucha contra la corrupción, bandera de los ‘verdes’.
Pero, necesariamente, la implementación de los acuerdos deberá estar en el centro del debate. El próximo ocupante de la Casa de Nariño será el segundo presidente en poner en marcha los acuerdos que el Gobierno firmó con las Farc, y el que tendrá que enfrentar el chicharrón de lidiar con el tránsito efectivo de los guerrilleros a la vida civil. De ese tema depende, en gran parte, el sostenimiento de la paz.
Esto dicen los precandidatos sobre el proceso de paz y la materialización de lo que se pactó en Cuba:
Jorge Enrique Robledo
El senador Jorge Robledo, del Polo Democrático, fue el primero en anunciar su precandidatura para las elecciones de 2018. Ha apoyado el proceso de paz con las Farc y los diálogos exploratorios con el ELN, para los que el Polo delegó como acompañantes a los senadores Alexander López y Alberto Castilla, entre otros.
En distintas entrevistas, Robledo ha respaldado la implementación de los acuerdos de La Habana. Sin embargo, ha descartado hacer alianzas con el partido político que crearán las Farc, sobre las que ha dicho que se “equivocaron” al elegir la lucha armada. El senador también ha rechazado participar de una coalición para crear un “gobierno de transición” junto al santismo y las Farc, dado que esa alianza —según él— implicaría aceptar la continuidad de las “políticas neoliberales” del actual gobierno a cambio de que el nuevo presidente cumpla lo pactado en La Habana.
En su último artículo publicado en la página web del Polo, Robledo insistió en que el proceso de paz con las Farc no puede copar la agenda nacional y dijo que es necesario mejorar la producción nacional, los niveles de desempleo, los sistemas de educación y salud, el medio ambiente, y asuntos de política exterior.
Germán Vargas Lleras
Candidato seguro por Cambio Radical, el vicepresidente Germán Vargas Lleras abandonará su cargo a finales de febrero para empezar a trabajar en la campaña presidencial. Dedicado tiempo completo a liderar las áreas de vivienda, acueductos e infraestructura, se ha marginado de los debates sobre la paz durante su paso por la vicepresidencia. Solo hasta agosto de 2016 opinó sobre los diálogos de La Habana, en una entrevista concedida a la revista Semana.
En diálogo con ese medio, Vargas reconoció que era “escéptico” frente al proceso de paz y cuestionó abiertamente la Jurisdicción Especial para la Paz: dijo que le preocupaba el juzgamiento de empresarios por delitos de financiación, que no compartía el hecho de que la JEP pudiera revisar sentencias de la justicia ordinaria y que era necesario definir el tiempo de operación de la Jurisdicción. Sin embargo, valoró los protocolos para la dejación de armas y aceptó que las Farc puedan participar en política, donde prometió “derrotarlas”.
Sobre los desafíos que traerá la implementación de lo pactado en Cuba, el vicepresidente dijo que “son muchos, pero quiero destacar el desafío económico (…) Sobre todo porque los acuerdos implican un esfuerzo de gasto descomunal en el pago a las víctimas, en los costos de la Jurisdicción Especial, en el sostenimiento de los desmovilizados y en los muy ambiciosos programas de desarrollo rural”.
Durante la campaña, Vargas Lleras seguramente destapará su posición frente a los acuerdos de La Habana y su discurso estará centrado en temas de desarrollo económico y uso eficiente de recursos. Ha sido cuestionado por, supuestamente, utilizar los proyectos de vivienda de interés social en los que ha invertido el gobierno Santos para intenciones electorales propias.
Claudia López
A finales de 2016, la politóloga y senadora del partido Verde anunció su candidatura a la Presidencia. Desde ese momento dijo que la agenda de la paz no será su prioridad y que se la jugará por una lucha frontal contra la corrupción. En diálogo con el periódico El Espectador, señaló que “el orden de prioridades era acabar la guerra porque el daño humano, moral y económico que genera es infinito. Reproduce la corrupción, desperdicia recursos, polariza y deshumaniza. Ahora la prioridad es derrotar la corrupción. Es un cuello de botella más duro que derrotar a las Farc”.
Desde 2012, cuando comenzaron los diálogos entre el Gobierno y las Farc, López manifestó su apoyo a casi todas las decisiones tomadas en La Habana. Sin embargo, en mayo de 2016, cuando varios negociadores propusieron introducir el Acuerdo Final al bloque de constitucionalidad, la senadora dijo que las Farc “no ceden en nada en estos acuerdos” y que la posición del Ejecutivo era “un exabrupto de un gobierno débil”.
A pesar de esas diferencias, López declaró que votó por el Sí en el plebiscito del pasado 2 de octubre. La senadora afirmó en una entrevista concedida por esos días al periódico El Tiempo que “sin la participación en política de las Farc no habrá paz”. Sin embargo, ha dejado claro que no hará parte de una coalición en la que estén excombatientes de esa guerrilla.
Sergio Fajardo
Otro que quiere desligar la campaña presidencial de la implementación de los acuerdos de La Habana es Sergio Fajardo, exgobernador de Antioquia. El político, que dirige el movimiento Compromiso Ciudadano, ha dicho que la historia del país debe cambiar de protagonistas, porque, según él, “guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, ilegales y corruptos” son los que han establecido el relato nacional en las últimas décadas.
Sin embargo, el político paisa es amigo de implementar los acuerdos de paz de La Habana, especialmente de los puntos sobre reforma rural y participación política: “Llevamos desde 1982 hasta hoy hablando de las Farc y firmamos este acuerdo —que entren a la política—, que me parece muy bien, pero la página siguiente no va a ser seguir hablando de las Farc”.
Contrario a Claudia López, a Fajardo no le preocupa una posible alianza con el movimiento político que surja tras la desmovilización de las Farc. “No nos hemos preocupado por eso, nos tenemos que organizar nosotros. No hacemos parte de un proyecto político que divide al país —los del Sí y los del No—, ese sería un error monumental porque sería perpetuar una división”, dijo en una reciente entrevista concedida a El Tiempo.
Los precandidatos uribistas
Aunque aún no ha definido el mecanismo de selección de su próximo candidato presidencial, el Centro Democrático ya tiene listos sus precandidatos a la Casa de Nariño: el excandidato a la presidencia Óscar Iván Zuluaga, el excandidato a la vicepresidencia Carlos Holmes Trujillo y el senador Iván Duque. Los tres fueron seleccionados en 2016, cuando el senador Álvaro Uribe, líder del partido, les pidió comandar la campaña por el No en el plebiscito con el que el Gobierno pretendía refrendar los acuerdos de La Habana.
De los tres, Duque es el más joven y el que con más insistencia ha buscado desligarse del clientelismo y la politiquería. En una reciente entrevista para el portal uribista Los Irreverentes, el senador hizo sus promesas para 2018: perseguir a las disidencias de las Farc; abrir la posibilidad de que los comandantes guerrilleros sean extraditados; pedirle al Congreso que no considere al narcotráfico como una actividad de financiación de la rebelión y, por tanto, como un delito amnistiable; revivir la aspersión área, y resucitar la cooperación comunidad-policía —impulsada en la presidencia de Álvaro Uribe.
No obstante, Duque dice que un eventual gobierno suyo se centrará en cuatro pilares, que no están directamente relacionados con la implementación: recuperación económica, seguridad, focalización del gasto social y un paquete de cuatro reformas (pensional, educativa, a la justicia y al tamaño del Estado).
Carlos Holmes Trujillo, la cara más visible de la campaña por el No entre los círculos de poder de Bogotá, cuestionó en foros académicos y debates políticos el Acuerdo Final con argumentos jurídicos y económicos. Además, fue un arduo defensor de lo que llamó un “gran acuerdo nacional por la paz”, que pretendía la unidad de todos los partidos para renegociar los aspectos esenciales de los acuerdos de La Habana, a cambio de que el Centro Democrático respaldara la implementación y no la convirtiera en un caballo de batalla durante las presidenciales.
En entrevista con Larazón.es, Trujillo opinó que la campaña del uribismo buscará controvertir la propuesta de las Farc de construir un gobierno de transición y dijo que el debate electoral girará en torno a “si hay más intervención estatal o más empresa privada (…), entre libertades plenas o libertades restringidas, y entre el otorgamiento de subsidios y la provisión de bienes y servicios públicos”.
Óscar Iván Zuluaga, que ya fue candidato presidencial y obtuvo más de 6 millones 900 mil votos en la segunda vuelta de 2014, también le ha hecho oposición a los acuerdos, aunque en los últimos meses se dedicó a defenderse de la investigación preliminar que la Fiscalía adelantó en su contra por el caso del hacker Andrés Sepúlveda.
Piedad Córdoba
En Santiago de Cuba, junto a la tumba de Fidel Castro, la exsenadora liberal hizo oficial su intención de ser presidenta de Colombia. Luego de recuperar sus derechos políticos, tras una batalla jurídica contra la procuraduría de Alejandro Ordóñez, Córdoba será la cabeza del movimiento político y social Marcha Patriótica en la contienda electoral del 2018.
Tanto ella como ese movimiento han defendido los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc, por lo que es apenas previsible que la agenda de un gobierno liderado por ella gire en torno a la implementación de los acuerdos de La Habana y a la protección de los líderes sociales, varios de ellos asesinados durante los últimos meses.
Sin embargo, y como varios de sus contendores, Piedad Córdoba también ha hablado del tema que, al parecer, va a dominar la campaña: la lucha contra la corrupción. “En Colombia faltan todavía muchas reformas para conquistar la paz. Es un país sumamente desigual donde predominan la miseria, la pobreza, la exclusión, con un régimen electoral muy corrupto al no permitir la llegada de otras personas al poder”, dijo este lunes en El Salvador.