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Los indígenas del Caquetá le ponen rostro a la política
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Los indígenas del Caquetá le ponen rostro a la política

Staff ¡Pacifista! - diciembre 4, 2015

La implementación de una nueva política pública tiene a la expectativa a las comunidades indígenas del departamento. Hablamos con cinco líderes.

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Hace pocos días acompañamos al Consejo Departamental Indígena del Caquetá (CODIC) en la firma de la nueva Política Integral indígena, que se construyó con la Gobernación del Caquetá y Amazon Conservation Team Colombia. Con esta Política se abrirá por primera vez en el país un espacio para que los indígenas tengan voz y voto sobre el futuro de su departamento.

La herramienta promete beneficiar a más de 10 mil indígenas del Caquetá. Los diálogos y soluciones girarán en torno a temas como derechos humanos, orden territorial y medio ambiente, salud y medicina tradicional, educación y soberanía alimentaria.

Las siete comunidades que conforman el CODIC están a la espera de que la Política se ponga en marcha. Hablamos con cinco miembros del Concejo, que hacen parte de los grupos Inga, Uitoto, Nasa, Misak y Embera-Katío. Ellos nos contaron cuál es la situación actual de sus territorios y qué esperan de esta iniciativa.

Flora Macas, de la comunidad Inga. Foto: Camila Tovar

Según Flora Macas, la comunidad Inga está siendo afectada especialmente por el proceso de aculturación. Muchos de los abuelos y maestros de su comunidad han sido obligados a desplazarse a otras poblaciones, para mantener su cultura y evitar que se siga arrasando sus tradiciones. “Las temáticas que más han sido afectadas han sido la medicina tradicional indígena y la educación propia de los pueblos. A muchos les prohibieron hablar su lengua y ejercer sus tradiciones”, explica ella.

Para Macas, la nueva Política Pública es un derecho que los mismos pueblos se han ganado y que les servirá para abogar por sus necesidades. Dice que “el Gobierno tendrá un espacio para saber cómo acompañarnos y proponer alternativas para ponerle fin a las problemáticas que más nos han afectado”.

Luis Carlos Ulcué, de la comunidad Nasa. Foto: Camila Tovar

Los Nasa del Caquetá se han visto afectados principalmente por el poco espacio que tienen en su resguardo. Luis Carlos Ulcué, miembro de esa comunidad y coordinador del CODIC, dice que el problema territorial ha hecho que sus condiciones de vida sean deplorables. “El resguardo es pequeño y estamos rodeados de colonos que trabajan la agricultura con muchos químicos; la naturaleza está siendo destruida, los árboles y los animales son arrasados cada día”.

Esta comunidad espera que la Política ayude a complementar el trabajo que realizan los líderes indígenas, que se han fortalecido con capacitaciones y talleres con el apoyo de la Universidad de la Amazonía y Amazon Conservation Team. “Esta es una oportunidad para que todo el trabajo que hemos realizado sea visibilizado y se contribuya al desarrollo departamental, desde las visiones y las tradiciones indígenas”, cuenta Ulcué.

Dixón Andoque, indígena uitoto perteneciente a la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC).

Dixón Andoque, quien representa a la comunidad Uitoto en el CODIC, sostiene que su población está siendo afectada por dos factores: el ambiental y el territorial. La deforestación aumentó un 17% en el Caquetá durante 2014, según informes del Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). “Nos preocupan nuestros ríos y nuestros árboles, debemos capacitarnos para cuidar nuestros recursos y hacerlos valer”, dice Andoque.

El problema territorial que afecta a la comunidad también se ve reflejado en lo ambiental, pero tiene más repercusiones en los cabildos urbanos. “Para los indígenas de las ciudades no aplican las mismas leyes que para los que tienen su propio territorio marcado en un resguardo. Esperamos que esta Política nos ayude a poner sobre la mesa la diferencia administrativa y legal que existe entre las comunidades, y así hacernos valer como una población unida”, señala Andoque.

Delfa Isama, de la comunidad Embera-Katío. Foto: Camila Tovar

“La Política nos servirá para gestionar y conseguir dinero para realizar nuestros proyectos. También la utilizaremos para identificar los problemas de cada comunidad y buscar las soluciones más pertinentes y eficaces. Lo más importante será trabajar lo cultural para fortalecer nuestras tradiciones y garantizar que sigan de generación en generación”, explica Delfa Isama, de la comunidad Embera-Katío, encargada de las temáticas culturales en el CODIC.

Según ella, la problemática que más ha afectado a su comunidad ha sido el estado de los resguardos. Las calles maltrechas y las viviendas hechas de materiales poco resistentes han impedido que los Embera tengan unas buenas condiciones de vida. “Las calles alrededor de mi resguardo Chamí Pura están llenas de huecos y es casi imposible pasar por ahí. Esa es una de las cosas que hay que empezar a gestionar con la Política, el buen uso de los presupuestos para invertir en vivienda”, dice Isama.

Manuel Jesús Tombé, gobernador indígena de El Danubio, caserío cercano a Florencia, y representante en el CODIC. Foto: Camila Tovar

La comunidad Misak vive en el caserío de El Danubio y en Belén de los Andaquíes, y su mayor problema es la educación. Según cuenta Manuel Jesús Tombé, gobernador de El Danubio, las escuelas están en muy malas condiciones y existen muchos impedimentos para que los pueblos construyan sus propios modelos de enseñanza.

“Las comunidades indígenas no tienen la oportunidad de formar legalmente a un médico tradicional o a un agricultor especializado en sus necesidades”, cuenta Tombé. Los Misak esperan que esta política ayude a que los pueblos indígenas del Caquetá se unan y tengan un desarrollo equilibrado, que reciban los mismos beneficios y sean tenidos en cuenta equitativamente.

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