En medio de los prejuicios y los problemas sociales que soporta ese sector de la ciudad, varios proyectos culturales y comunitarios se vienen gestando desde hace años.
“¿Cómo en una zona tan central hay tanto abandono, tantas problemáticas sociales?”, se pregunta Daniela Maldonado parada en la esquina de la calle 22 con avenida Caracas, en Bogotá. Es el mediodía de un día entre semana, por lo que todo el comercio de alrededor está funcionando con normalidad. Claro, todos siguiendo las medidas de bioseguridad por la pandemia. Daniela comienza a enumerar lugares emblemáticos de la ciudad. “Aquí en el Santa Fe tenemos cerca la Plaza de Bolívar, el Parque Nacional, el Cementerio Central, la Casa de Nariño…”.
Con Daniela nos encontramos una hora antes en la Caracas con calle 26, donde hay una pequeña plaza con un mercado de flores. Ella pertenece a la Red Comunitaria Trans, una organización reconocida en el barrio Santa Fe y en toda la ciudad por defender los derechos de la población LGBTI+, pero especialmente de las mujeres trans que son trabajadoras sexuales o que lo fueron. La sede de la Red queda en el Santa Fe, por eso Daniela conoce muy bien la zona.
Caminamos sin prisa por la Caracas hacia el sur. Daniela habla un poco de la historia del barrio. El Santa Fe fue una de las zonas residenciales más importantes de la ciudad a finales del siglo XIX y comienzos del XX. “Uno de los barrios exclusivos de esa época”, aclara Daniela para hacernos entender que no estábamos andando por cualquier sitio. Además, eso explica que lugares tan emblemáticos de Bogotá hayan sido construidos cerca del Santa Fe. Pero el Bogotazo transformó radicalmente el barrio.
El Santa Fe se fue desvalorizando. Y con el paso de los años y del abandono, en el barrio aparecieron fuertes problemas sociales que van desde los bandas criminales que manejan el tráfico de drogas y la prostitución hasta la violencia urbana y la intolerancia entre los vecinos que se quedaron tras el Bogotazo y los nuevo residentes que llegaron en las décadas posteriores. Esto hizo que al Santa Fe se le señale como una de las zonas más peligrosas de la ciudad.
Justamente Daniela nos cuenta de las agresiones que sufrieron (y sufren) las mujeres trans en el Santa Fe. Dice que venían (y vienen) de todos partes, incluso de la Policía. Mientras caminamos, ella comparte una anécdota: “Allá (señala un edificio de la Caracas con calle 20), hace unos años, lanzaron una granada contra unas chicas trans que eran trabajadoras sexuales. También vivían en el mismo edificio”. De esa violencia contra la diversidad, contra lo no normado, nace la Red Comunitaria Trans.
Después paramos frente a otro edificio de la Caracas con calle 20. Tiene 5 o 6 pesos. Daniela nos pide que entremos porque nos quiere mostrar un lugar importante para la población LGBTI+ del barrio y de la ciudad. Se llama El Olimpo. Subimos por las escaleras hasta el quinto piso y es imposible no fijarse en el diseño interior del edificio. Parece que fue construido en los años cuarenta o cincuenta del siglo XX. Su dueño y sus residentes lo tienen bien cuidado. “Varios de los edificios que hay en el barrio son multifamiliares. En los apartamentos vivían familia completas. Pero quedaron abandonados y nosotras comenzamos a vivir y a trabajar en ellos. Puede decirse que también los cuidamos”, comenta Daniela.
Ya en El Olimpo charlamos un rato con Alexander, uno de los que coordina el lugar. A su alrededor hay unos maniquíes, varias fotografías enmarcadas y una mesa con algunas telas. Más que un sitio de encuentro para la población LGBTI+ es un centro de creación. Sirve de taller de costura, de sala de exposiciones, de estudio fotográfico. Además, tiene una amplia vista hacia el centro y el oriente de la ciudad. “La gente solo cree que esta zona es una olla. Pero con este espacio queremos demostrar que también hay arte”, dice. El día en que fuimos estaban trabajando en un vestido para celebrar la Primavera Trans.
En el Santa Fe se encuentran varios espacios así, escondidos entre las problemáticas de inseguridad y delincuencia que existen en la zona. Entre los prejuicios y el abandono. La casa de la Red Comunitaria Trans, por ejemplo, es uno de ellos. Desde allí se adelantan procesos creativos que involucran a distintas personas del barrio, no solo a las mujeres trans. O también está la Fundación Rediseñándonos, un proyecto de moda de la diseñadora Diamantina Arcoíris y en el que participan indígenas, habitantes de calle, trabajadoras sexuales, entre otros.
“Si tu recorres la Caracas entre las calles 26 y 13, fácilmente te das cuenta de que es el tramo más deprimido de la avenida. Pero es el más vivo”, comenta Catalina Rodríguez, gerente de Artes Plásticas y Visuales del Instituto Distrital de las Artes (Idartes). “Es donde hay más practicas culturales y de intercambio entre diferentes poblaciones. Eso es campo fértil para la producción artística, para la creación de proyectos que permitan atacar los problemas sociales que se presentan en la zona”.
El Idartes precisamente está organizando en el Santa Fe el Festival de las Artes Valientes #LaCaracasRevive. Se trata de una convocatoria para que 16 colectivos o grupos de artistas trabajen con la comunidad de ese barrio y así haya una mejor apropiación de las calles, los muros, las casas, los edificios y otros espacios del sector.
“Lo que hemos visto que pasa en proyectos de apropiación de lugares a través del arte, más allá del resultado (que, por ejemplo, puede ser un mural o una escultura), es el proceso que nace entre las comunidades, guiado por los artistas, para que se den cambios frente a los problemas sociales. El Festival de las Artes Valientes busca eso: que las interacciones ayuden a transformar lo que origina esos problemas”.
Pero el objetivo del festival solo se podrá hacer realidad si va acompañado de acciones combinadas e integradas que mejoren la situación de los habitantes del Santa Fe. “Sin eso no hay intervención artística o cultural que valga. Se vuelve algo que no tiene impacto”. Es por eso que esta iniciativa cuenta con el apoyo de la Secretaría de Seguridad y de otras entidades del Distrito.
A la par de alcanzar una transformación en el sector, el festival desea que los proyectos artísticos que participen en la convocatoria puedan aportar en la construcción de la memoria del barrio. No solo en la memoria física. “Siempre que se habla de memoria se piensa en sitios. Pero la memoria también está fuera de los espacios físicos. ¿Puede estar en el corazón de las personas? ¿En los recuerdos? No lo sabemos. Esperamos que las propuestas que lleguen a la convocatoria ayuden a buscar nuevos lugares de memoria”.
Sobre la convocatoria del Festival de las Artes Valientes
El Idartes entregará 16 estímulos de 15 millones de pesos a colectivos o agrupaciones artísticas que presenten proyectos para intervenir la avenida Caracas entre las calles 26 y 13. Las propuestas deben estar enfocadas a que la ciudadanía se apropie de este espacio físico y simbólico que históricamente ha sido segregado y marcado por prejuicios. La convocatoria cierra el próximo 30 de noviembre.
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