La censura de siempre en Caucasia y un alcalde que no ayuda | ¡PACIFISTA!
La censura de siempre en Caucasia y un alcalde que no ayuda Montaje: Cristian Arias
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La censura de siempre en Caucasia y un alcalde que no ayuda

Emmanuel Vargas - junio 23, 2020

OPINIÓN | Aunque el alcalde Olmedo no esté apuntando un arma a los periodistas y a sus críticos, está creando un ambiente que favorece que otras personas lo hagan.

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Caucasia es uno de los lugares más peligrosos para el periodismo en Colombia. El alcalde encargado, Felix Olmedo Arango, según lo cuenta la Liga Contra el Silencio, decidió sumarse al largo inventario de censura en ese municipio.

Siendo Caucasia uno de los lugares más peligrosos para el periodismo en Colombia, se esperaría que sus autoridades, en especial el Alcalde, fueran más directos en proteger la libertad de expresión. Sucede todo lo contrario. 

La denuncia de la Liga Contra el Silencio cuenta la forma en que la alcaldía de Olmedo ha recurrido al bloqueo en redes sociales y a las tutelas contra la crítica. Un periodista cuenta que ha sido entutelado siete veces a raíz de sus investigaciones. Las explicaciones que da la alcaldía son escuetas y confusas, e incluso recurre a aleccionar a los periodistas vía comunicado: “la profesión demanda unos deberes enunciados en el manual de ética periodista”; y cualquier investigación periodística debe ser “con el debido protocolo y con el respeto que conlleva”.  

Mientras que no existe ninguna ley que establezca un “manual de ética periodística”, sino obligaciones de verificación y distancia de las fuentes, sí existe una obligación por parte de los funcionarios públicos de crear un ambiente favorable para la libertad de expresión. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que en aquellas situaciones en que la prensa esté en una situación de riesgo o vulnerabilidad, los gobiernos deben evitar actuar de una forma que “propicie, estimule, favorezca o profundice” el riesgo.  

Una forma de incrementar el riesgo, como lo ha dicho la Corte Interamericana, es cuando los funcionarios públicos actúan de una forma que pueda“provocar, sugerir acciones o ser interpretados por funcionarios públicos o por sectores de la sociedad como instrucciones, instigaciones, o de cualquier forma autorizaciones o apoyos” para atacar a la prensa.  

Así ha pasado en otras partes del mundo, como en Turquía en 2007, donde el periodista Firat Dink, en lugar de ser protegido de posibles ataques por una columna que causaba molestia entre nacionalistas, fue procesado criminalmente por el Estado. Poco tiempo después, Dink fue asesinado y años después el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dijo que Turquía no permitió un ambiente favorable para la libertad de expresión. En Malta en 2017, la periodista Daphne Caruana Galizia fue asesinada con un carro bomba al tiempo que afrontaba más de 40 demandas de difamación presentadas por altos funcionarios que ella denunciaba en sus investigaciones periodísticas. Su caso ha servido como ejemplo para el impulso de leyes en la Unión Europea para evitar que la gente abuse del sistema judicial para silenciar al periodismo.  

Caucasia no está lejos de tener resultados similares. Los periodistas en ese municipio son atacados constantemente. Un ejemplo reciente es el de Eder Narváez, quien tuvo que desplazarse después de recibir dos amenazas de bandas criminales a raíz de sus publicaciones sobre la situación de orden público. Otro caso muy conocido es el de Luis Carlos Cervantes, asesinado en 2014. Cervantes recibió amenazas desde 2010 por hacer denuncias de corrupción en la administración. La muerte de Cervantes vino poco después de que él entrevistara en su emisora al entonces alcalde Héctor Giraldo, quien hizo habló de irregularidades de quien fue alcalde entre 2008 y 2011, Miguel Angel Gómez. 

Según una investigación de la Fundación para la Libertad de Prensa, Caucasia es el municipio con más medios de comunicación informativos en el Bajo Cauca Antioqueño, pero esto no significa que el periodismo la tenga fácil. En muchos momentos, a raíz de los diferentes hechos de violencia, se ha advertido que las noticias se extinguen en la región. Esto es algo que ha pasado en varios lugares de latinoamérica, según lo ha explicado la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH. La relatoría dice que varias zonas del continente están en silencio por la mezcla de varios factores como la presencia de crimen organizado, los altos niveles de corrupción, la falta de justicia y “la falta de apoyo o acompañamiento a periodistas exponiéndolos a un mayor riesgo”.

 Aunque el alcalde Olmedo no esté apuntando un arma a los periodistas y a sus críticos, está creando un ambiente que favorece que otras personas lo hagan. Sacar un comunicado que dice que respeta el trabajo de los periodistas y después ponga una serie de peros no es una gran ayuda ni sirve para corregir o aclarar los hechos denunciados.  

El deber que tiene Olmedo de crear condiciones favorables para la prensa es obvio en cualquier parte de Colombia, pero mucho más en un lugar como Caucasia. Las diferentes personas interesadas en utilizar la violencia contra la prensa, que es claro que existen en Caucasia, pueden ver las diferentes acciones de la alcaldía como un guiño para seguir recurriendo a la violencia. Un alcalde que silencia y luego evade es nefasto para la libertad de prensa.  

@EmmanuelVP