'Farc 2.0': ¿Una nueva guerrilla o narcos envalentonados? | ¡PACIFISTA!
‘Farc 2.0’: ¿Una nueva guerrilla o narcos envalentonados?
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‘Farc 2.0’: ¿Una nueva guerrilla o narcos envalentonados?

Santiago Valenzuela A - julio 16, 2018

El diario 'El Comercio' y revista 'Semana' revelaron información sobre la consolidación de una nueva guerrilla orquestada por excombatientes de las Farc, como 'Guacho', 'Gentil Duarte' y 'John Cuarenta'. 

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Imagen de referencia. Foto: Alto Comisionado para la Paz

Hace un año, las disidencias de las Farc eran catalogadas por el gobierno como “simples bandidos”; después, como grupos criminales al servicio del narcotráfico y hoy, a tan solo cuatro semanas de que se posesione Iván Duque como presidente,  se está hablando de una posible nueva guerrilla: “las Farc 2.0”. Una guerrilla que, según información del Ejército, contaría con 1.400 integrantes y al menos 4.000 milicianos, una cifra cercana al número de guerrilleros del ELN o de integrantes del Clan del Golfo.

En su edición del domingo pasado, revista Semana develó un supuesto plan de las disidencias de las Farc para “refundar” la guerrilla con 29 estructuras, en 18 departamentos y 120 municipios.  Alias Guacho y Gentil Duarte estarían al frente de esta nueva estructura armada, la cual buscaría, en primera medida, hacerse cargo de los corredores de droga en las fronteras con Venezuela y Ecuador, donde ya tienen injerencia.

Los estatutos de la nueva guerrilla, de acuerdo con la información recopilada por Semana,  fueron creados por ‘Gentil Duarte’, uno de los primeros disidentes y quien estuvo más de 36 años en las Farc (de hecho fue miembro del Estado Mayor Central de esa guerrilla). La disidencia del frente primero, de la cual él es líder, opera en Guaviare y Meta. Que Duarte sea el nuevo ideólogo de esta nueva guerrilla podría resultar perjudicial para el proceso de paz, pues a diferencia de ‘Guacho’, él es un excombatiente reconocido. Incluso estuvo en el proceso de reincoporación, pero por desconfianza con el gobierno decidió volver a las armas, convenciendo a una base importante de las Farc en Guaviare (cerca de 200 excombatientes).

A ‘Duarte’ lo acompañarían otros reconocidos excombatientes de las Farc, como Rodrigo Cadete, alias Cadete,  quien abandonó el proceso de reincorporación de las Farc en septiembre del año pasado y conoce de primera mano todo el funcionamiento del antiguo bloque oriental de las Farc. Lo mismo sucede con otros disidentes, como  Euclides Mora, John Cuarenta, Giovanny Chuspas y Julián Chollo. Todos ellos, además de conocer el la estructura de las antiguas Farc, tienen conocimiento sobre las rutas del narcotráfico. Desde el occidente, en la frontera con  Ecuador, trabajaría Walter Patricio Artízala, alias ‘Guacho’, quien ordenó el asesinato de tres periodistas ecuatorianos y dos civiles más en el transcurso de este año.

A la información de Semana se suman unas cartas entre disidentes reveladas por el diario El Comercio de Ecuador. La primera carta a la que tuvo acceso el diario data del 11 de noviembre de 2017. El remitente: ‘Guacho’. El destinatario: Gentil Duarte. “He recibido el correo. Agradezco de antemano su gratitud y su gran solidaridad al haber entendido que no somos unos bandidos, que yo y el personal que estamos en el Frente de Guerra Oliver Sinisterra somos revolucionarios”, dice la comunicación, almacenada en los portátiles que la Policía incautó el 16 de marzo del año pasado,  en la frontera de Ecuador. En la carta, ‘Guacho’ dice que su grupo armado busca “el cambio y la igualdad con justicia social”. Posteriormente le informa a Duarte que su disidencia está presente en Tumaco, Llorente, Río Patía, Río Chagüí, Río Mira y Río Guiza.

“Estamos realizando un trabajo propagandístico con los compañeros urbanos. Espero que muy pronto tengamos una buena comunicación porque estamos escasos de HF (radios de alta frecuencia), saludos a toda la guerrilla…”,así  termina la carta de ‘Guacho’. En respuesta, Duarte le dice que valora sus esfuerzos y señala que en estos momentos “lo más importante es poder reestablecer la comunicación radial para poder intercambiar opiniones sobre el trabajo e informarnos de todos los acontecimientos”. ‘Duarte’ hizo un llamado para poner en práctica una “verdadera lucha guerrillera clandestina”, pues en Colombia no hay condiciones para “hacer una lucha semiurbana” (…) “hay mucha gente que trabaja con la red de cooperantes y la Inteligencia militar es muy poderosa”.

En materia de formación ideológica, ‘Duarte’ le pide ‘Guacho’ realizar reuniones de partidos cada ocho 15 días con el fin de formar a los guerrilleros. Le dice, además, que los comandantes deben permanecer con las unidades para evitar que los capturen.

Que ‘Guacho’ y ‘Gentil Duarte’ estén buscando una legitimidad como grupo armado rebelde es un indicio de que, de cara al exterior, también buscarían financiación e incluso oportunidades para negociar, en un futuro, con el gobierno.

La intención política de esta comunicación entre líderes disidentes pone un peligro de manifiesto, pues hasta ahora, ‘Guacho’ ha sido visto por la opinión pública como alguien ‘nuevo’ en el panorama de la violencia, alguien reticente a dejar el negocio del narcotráfico y dispuesto a todo para no cesar en su poder. Sin embargo, cuando en la otra mano aparece un veterano de las Farc como ‘Duarte’, quien conoce bien el funcionar guerrillero, la situación podría tomar otro matiz.

Hasta ahora, la posición del gobierno frente a los grupos exfarc que no se incorporaron al proceso de paz sigue siendo la misa: se trata de ‘narcos’ sin mayores pretensiones que el control territorial clave para sus actividades ilícitas y el control de economías ilegales.

Farc no reconocen a esta guerrilla 

Victoria Sandino, una de las futuras congresistas de Farc, dijo  que no conoce las acciones de ‘Gentil Duarte’ y de Rodrigo Cadete, aunque admitió que hicieron parte de la guerrilla y que se retiraron del proceso de paz por los problemas en la implementación del Acuerdo. “Como partido nosotros hemos estado trabajando por la paz, en la Comisión de Implementación con el gobierno. A pesar de los incumplimientos por parte del Estado, seguimos firmes con la intención de implementar el Acuerdo Final”, dijo Sandino a través de su cuenta de Twitter.

Otros líderes de Farc, como Rodrigo Londoño, han preferido guardar silencio frente a esta polémica. Fuentes del partido político de Farc nos comentaron que los excombatientes siguen acogiéndose al proceso, teniendo en cuenta que el Acuerdo de Paz “permitió un tránsito hacia la institucionalidad, decisión refrendada en la décima conferencia y un congreso en el que nos constituimos como el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común”.

Desde el partido consideran que el Estado “debe responsabilizarse por la no implementación de los Acuerdos, lo que permite que las disidencias crezcan”. También, dijeron, “las disidencias nos tienen amenazados. Se está creando un ambiente de temor por seguir trabajando en los acuerdos. Hace rato las disidencias están emitiendo comunicados diciendo que ellas son las verdaderas Farc y amenazando de muerte al antiguo secretariado, lo que no animala a la gente que está dispuesta a continuar y que está convencida de que la participación política es fundamental”.

El punto de la participación política también está enredado. Iván Márquez presentó una carta este lunes señalando que no aceptará su curul en el Congreso el próximo 20 de julio por tres razones: el “montaje judicial” contra Jesús Santrich; la “desfiguración de la JEP” y la falta de “determinación para cumplir con asuntos esenciales del Acuerdo, como  la reforma política”. Vale la pena señalar que Iván Márquez se encuentra en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Caquetá, con Hernán Darío Velásquez, alias ‘El Paisa’ .

En marzo de este año, la fundación InSight Crime publicó un estudio en el que hablan  de “las Farc ocultas”. De acuerdo con la investigación, los 11.000 excombatientes de Farc que se acogieron al proceso de paz tan solo representan la mitad de los integrantes de esa guerrilla. .Partiendo de informes de inteligencia del Ejército, la fundación asegura que es posible es que existan por lo menos tres milicianos por cada guerrillero raso. Milicianos que hacían parte de una de tres organizaciones: la milicia Bolivariana, que recibe entrenamiento militar, la Popular, responsable de la logística y la inteligencia y el PC3, estructura clandestina de las Farc, también conocida como Partido Comunista Clandestino Colombiano.

El director de InSight Crime, Jeremy  McDermott, aseguró entonces que “faltan por contabilizar unos 18.000 milicianos. Algunos de estos miembros de las ‘Farc ocultas’ siguen siendo leales al movimiento y hacen parte de un Plan B que los guerrilleros pusieron en marcha antes de rendirse.  Fuentes de la guerrilla han hablado de hasta 1.200 combatientes que tienen acceso a armas ocultas. Las fuentes señalan que Hernán Darío Velásquez, alias ‘El Paisa’, estaba a cargo de esa unidad y sus posibles acciones”.

El coronel (r) John Marulanda, consultor internacional en temas de seguridad,  conoce la estructura de las Farc y dice que, en efecto, se puede estar consolidando una nueva guerrilla. “Yo conozco muy bien las zonas donde operan, trabajé por tierra y aire y sé que no son zonas fáciles. ‘Gentil Duarte’ ha venido constituyendo, con residuos del frente primero, una estructura que se ha expandido en Vaupés, Vichada, Caquetá y Putumayo, donde están dedicados a la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal. Tienen contacto permanente con ‘Guacho’”.

Esta expansión, dice Marulanda, “les ha permitido a las disidencias controlar desde la franja de la frontera con Venezuela hasta el Pacífico, donde han venido reclutando jóvenes y donde hay poca actividad de la Fuerza Pública. De ahí que se está creando el nuevo frente sur de las Farc. Todo esto representa una nueva amenaza, pues estamos hablando de un crecimiento muy grande que genera inseguridad para la población. Además, a  esta estructura están llegando excombatientes que están desilusionados con la implementación. Cada vez queda más demarcada la línea entre los excombatientes “sesenteros”, los viejos comandantes que se acogieron al proceso y los nuevos comandantes, que no le ven a la paz ningún futuro”.