Gobierno y Farc incluyeron el enfoque de género en los acuerdos de desarrollo rural, participación política, drogas y víctimas.
- Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de la entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (izq.) aplaude la incorporación del enfoque de género en los acuerdos pactados entre el Gobierno y las Farc. Foto: Equipo Paz Gobierno
Después de dos años de trabajo, la Subcomisión de Género de la mesa de conversaciones de La Habana concluyó la incorporación de un enfoque de género a los acuerdos sobre desarrollo rural, participación política, solución al problema de las drogas ilícitas y víctimas. Tres de esos cuatro puntos habían sido evacuados por las partes antes de la creación de la Subcomisión, que vio la luz en septiembre de 2014.
Es la primera vez que un proceso de paz en el mundo adapta lo pactado a las condiciones de desigualdad que enfrentan las mujeres y los integrantes de la comunidad LGBTI, por lo que Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de la entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, lo calificó como “histórico” y una “esperanza” para el mundo.
La incorporación del enfoque de género tuvo en cuenta los aportes de las mujeres que integraron las cinco delegaciones de víctimas que viajaron a Cuba y de las 18 organizaciones de mujeres y de la comunidad LGTBI que visitaron la mesa de conversaciones, además de los conceptos de 10 expertas en violencia sexual y exguerrilleras de distintos países.
Según María Paulina Riveros, plenipotenciaria del Gobierno e integrante de la Subcomisión, la labor de ese organismo reconoció “que una sociedad en la que las mujeres participen activamente es una sociedad más democrática; el importante papel que desempeñan las mujeres en la prevención y solución de los conflictos y en la consolidación de la paz (…), y que las graves infracciones al Derecho Intencional Humanitario y a los derechos humanos son más graves cuando son cometidos contra mujeres, niñas y población LBGTI”.
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Riveros también dijo que “si en los acuerdos no se hacía énfasis en la integración activa, libre e igualitaria a partir de las diferencias de las mujeres y de otros ciudadanos desde sus identidades sexuales y de género diversas, era muy posible que junto con la semilla de la transformación estuviéramos plantando la de la preservación del estatus quo de la inequidad”.
Por su parte, “Victoria Sandino”, delegada de las Farc y miembro de la Subcomisión, aseguró que “este resultado ratifica nuestro compromiso por reconocernos y reconocer a las mujeres como protagonistas en la construcción de la paz con justicia social”. Y agregó que “ahora hay que lograr que lo que está en el papel se convierta en acción, se haga realidad”.
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Estas son las innovaciones que incorporó la Subcomisión a los acuerdos pactados hasta ahora:
Desarrollo rural
En este punto, el Gobierno y las Farc reconocieron que “las mujeres rurales desempeñan un papel fundamental en la economía campesina”, pero que “no están en igualdad de condiciones con los hombres para la explotación y el desarrollo del campo”. Por eso, acordaron que las campesinas podrán acceder de manera especial al Fondo de Tierras de Distribución Gratuita, subsidios, créditos para comprar terrenos, becas con créditos condonables, y proyectos de economía solidaria y de comercialización.
También se decidió formalizar la propiedad rural en igualdad de condiciones, una de las demandas más importantes de las organizaciones campesinas. Además, se acordó que las mujeres tendrán una representación equilibrada en las instancias encargadas de decidir sobre el uso de la tierra, que se promoverá su autonomía económica y que se impulsará la creación de organizaciones de mujeres rurales.
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Finalmente, se pactó suministrar formación y asesoría para las campesinas, con el fin de que tengan información sobre sus derechos y las maneras de acceder a la justicia, además de tomar medidas concretas para garantizar la atención diferencial en salud para mujeres, niñas y población LGBTI.
Participación política
Para garantizar el acceso de las mujeres a los servicios del Estado y a los procesos electorales, el Gobierno y las Farc acordaron realizar una Campaña Nacional de Cedulación Masiva, con énfasis en las áreas pobres de pueblos y campos afectados por la guerra.
Además, acordaron facilitar la participación de las mujeres en los escenarios donde se decidirá sobre las garantías políticas y de seguridad que el Estado deberá brindar a la oposición.
Otras medidas buscan que las mujeres puedan dialogar con los poderes públicos, así como crear y fortalecer sus organizaciones y movimientos, al igual que las asociaciones de jóvenes y personas LGBTI.
Teniendo en cuenta los graves impactos que la guerra ha causado sobre las vidas y los cuerpos de las mujeres, y particularmente sobre las lideresas, se decidió suministrar protección para las mujeres elegidas popularmente, las defensoras de derechos humanos y las dirigentes sociales, así como para sus parejas, hijos y padres.
Asimismo, se acordaron medidas contra la estigmatización por razón de género u orientación sexual y para el reconocimiento público de las mujeres como sujetos políticos.
Solución al problema de las drogas ilícitas
El Gobierno y las Farc reconocieron que existe una relación entre el consumo de drogas ilícitas y las violencias intrafamiliar y sexual. Por eso, acordaron que el programa nacional que se creará como consecuencia de los acuerdos para abordar el problema del consumo tendrá en cuenta esa realidad y las particularidades de las consumidoras.
Al respecto, Riveros declaró que “es una aspiración de la mesa de conversaciones tener un país sin narcotráfico, que implica transformaciones en los ámbitos políticos, institucional y social con el fin de consolidar una cultura que permita erradicar y superar su impacto, incluidos los estereotipos que incitan la violencia de género”.
En cuanto a la sustitución de cultivos declarados ilícitos, se decidió que las campesinas tendrán un papel importante en la concertación de la sustitución y que se fortalecerán sus organizaciones en los aspectos técnico, financiero y humano. Además, se impulsarán proyectos de investigación y análisis sobre la relación entre las vidas de las mujeres y los cultivos de uso ilícito.
Víctimas
Aunque la Subcomisión de Género participó en la elaboración del acuerdo sobre víctimas, en esta oportunidad incluyó nuevos elementos que corresponden a las recomendaciones entregadas por las organizaciones de mujeres.
Así, se le adicionó a la Comisión de la Verdad un grupo de trabajo de género para que realice tareas técnicas e investigativas con el objetivo de evidenciar las maneras en las que el conflicto afectó especialmente a las mujeres.
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En cuanto a la justicia, se reconoció, tal como consta en la jurisprudencia internacional, que no podrán ser amnistiados delitos como “el acceso carnal violento y otras formas de violencia sexual, así como la sustracción de menores de edad, el desplazamiento forzado y el reclutamiento de niños y niñas”.
También se acordó que la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz, que será una especie de fiscalía, tendrá un equipo especial para casos de violencia sexual que deberá practicar pruebas atendiendo las disposiciones especiales sobre la materia incluidas en el Estatuto de Roma.
Finalmente, se pactó que los procesos de retorno de los desplazados que se encuentran en el exterior tendrán un enfoque de género, y que se ampliará y se mejorará la cobertura de la atención psicosocial para las víctimas, particularmente para las víctimas de violencia sexual.