Kevin Julián León tenía 16 años, estaba en décimo y soñaba con ser arquitecto
Se dedicaba a la promoción de la paz en el barrio Kennedy de Medellín y soñaba con ser arquitecto.
Kevin Julián León tenía 16 años, estaba en décimo y soñaba con ser arquitecto. Era reconocido en Kennedy, su barrio de la Comuna 6 de Medellín, por su personalidad sencilla y simpática, y porque a pesar de su corta edad se proyectaba como un líder social importante para su comunidad. Desde el año pasado, se dedicaba a promover charlas de paz entre los jóvenes de su comunidad. Los invitaba a reunirse, a conversar, a explicarles el valor de la tolerancia, a decirles que había mejores caminos que el vicio y la delincuencia. Su barrio es de esos a los que solemos llamar “peligroso”.
Pero a Kevin lo mataron el 21 de julio. Dos hombres en una moto le quitaron la vida a tiros mientras él caminaba hacia una clase de inglés en Kennedy. Los asesinos le dispararon varias veces y ahora ese menor que se había convertido en un referente para sus contemporáneos, está en la historia de la violencia de nuestro: es el líder social más joven asesinado desde 2016.
Hablemos de Kevin
Kevin León formaba parte de la Corporación Héroes y Heroínas de Amor, que trabajaba en su barrio. Desde 2010, esta organización se ha dedicado a la defensa de Derechos Humanos, en especial los de las mujeres, niños, niñas y adolescentes, en un contexto de violencia e inseguridad. La corporación cuenta con programas enfocados en la disminución de la violencia intrafamiliar y el conflicto urbano. También se han manifestado a favor de la paz. Por ejemplo, en 2016, hicieron una campaña para destacar la importancia de votar ‘Sí’ en el plebiscito del 2 de octubre.
Uno de los semilleros de Héroes y Heroínas de Amor se dedicaba a la formación de líderes jóvenes para que estuvieran al frente de procesos barriales de recuperación del entorno, convivencia y de reivindicación de Derechos Humanos. Kevin León hacía parte de este semillero y era el responsable de las convocatorias que se hacían para otros jóvenes. Según Carlos Arcila, subsecretario de Derechos Humanos en Medellín, quien ha trabajado en la comunidad, Kevin se estaba formando para ser un líder social, y ya era reconocido por su trabajo.
Según uno de sus amigos cercanos, “Kevin era una persona sencilla, y se destacaba porque era demasiado servicial y atento con los demás. Le gustaba mucho el fútbol y siempre estaba dispuesto a ayudar a otras personas, por ejemplo él ayudaba a que los niños y jóvenes no se metieran en vicios y en problemas”. “Él era un ejemplo a seguir para la comunidad y para la familia”, asegura Pilar León, su tía. “Ambicionaba con la paz y con el estudio”. Ella habla en nombre de una familia que hasta ahora no supera el golpe de la muerte de Kevin. Desde el asesinato, la madre del joven ha tenido que ser hospitalizada en más de una oportunidad debido a diferentes dolencias derivadas de su dolor.
La zona donde ocurrió el asesinato está ocupada por varias bandas criminales que, como sucede en otros lugares de Medellín, se dispuntan las esquinas y los barrios para tener control de las actividades ilícitas como la venta de drogas y el cobro de vacunas a negocios y tiendas. Este año han sido asesinadas 12 personas en la Comuna 6 de Medellín, y 165 en toda la zona occidental de la ciudad.
La banda que hace presencia en el lugar donde fue asesinado Kevin se llama ‘Los Lecheros’, y según el coronel Juan Carlos Rodríguez –de la Policía Metropolitana Del Valle de Aburrá– serían ellos los responsable del ataque. De acuerdo con la versión del coronel, la motivación del atentado podría tener dos hipótesis: que Kevin haya cruzado una de esas ‘fronteras invisibles’ que imponen las bandas o que se tratara de un intento de robo. Sus familiares, sin embargo, no descartan que su muerte haya tenido como telón de fondo su actividad de liderazgo social en el barrio.
Un vocero de la Corporación Héroes y Heroínas de Amor, quien se encontraba muy afectado por lo sucedido, le contó a ¡Pacifista! que la principal labor de jóvenes como Kevin era rechazar la violencia de ciertos sectores de Medellín: “Pero como semilla no pudo prosperar”.
El 22 de julio, un día después de la muerte de Kevin, se realizó un plantón en la sede de la corporación, que rechazó el asesinato y todas las formas de violencia. Fueron familiares, vecinos e integrantes de los semilleros, e hicieron una protesta simbólica. “Estamos cansados de que la guerra le quite la vida a nuestros jóvenes. Las mujeres no parimos hijos para la guerra, parimos hijos para la paz”, aseguró Luz Amparo Mejía, integrante de la Mesa de Derechos Humanos de la Comuna 6.
Han pasado 11 días desde que Kevin dejó su comunidad a la fuerza. Sus familiares están a la espera de una pronta resolución del caso por parte de las autoridades, que hasta ahora no han reportado la captura de ningún sospechoso.
Han pasado 11 días y Kennedy extraña a Kevin como nunca.