Denuncian el cierre de carretera que comunica con el municipio de Calamar y que impide el transporte de vívieres, de pasajeros y de basuras entre los dos municipios.
La carretera que conecta el municipio de Calamar con el de Miraflores, en el Guaviare ambos, está cerrada. Y no es una carretera, propiamente dicha, sino más bien una trocha destapada que sirve para comunicar a los dos municipios en los meses de verano. Las otras rutas que hay son por vía aérea o por el río Vaupés.
La razón: un juez de San José del Guaviare tomó la decisión de cerrar la vía para cumplir el fallo de la Corte Suprema en contra de la deforestación en ese departamento. “La Corte Suprema establece con la medida 4360 que hay un problema de deforestación muy grande en la amazonia colombiana. Y le pide al Ministerio de Agricultura y al Ministerio de Ambiente que tomen medidas drásticas” dice Pepe Bertrán, líder comunitario del municipio de Miraflores, Guaviare. “Entonces conlleva a los municipios y corporaciones autónomas a que tomen medidas. El daño ecológico se sigue. La deforestación se sigue. A los alcaldes de Miraflroes y Calamar se les pide que actúen”.
La medida salió la semana pasada. Los municipios tomaron el procedimiento para cerrar la vía.
A la salida de Miraflores y de Calamar hay batallones del ejército que impiden el paso por la vía a vehículos con más de cuatro pasajeros. Sólo pueden pasar motos. “Hasta el carro de las basuras, que se tiene que movilizar, no lo dejan pasar. El matadero municipal está a un kilómetro del casco urbano y no hay forma de sacar la carne”, dice Beltrán.
La medida la toman para evitar la deforestación pero la razón de la deforestación no es la carretera, dicen los habitantes de Miraflores. “La deforestación es un problema externo. Duele eso porque nosotros queremos hacer un cambio de vida. En Miraflores hay campesinos, la coca ya pasó a la historia”, dice Beltrán. Los campesinos desde el año 80 construyeron una vía, una trocha para conectar el municipio con el país”.
“El problema de la deforestación ahora es el acaparamiento de las tierras. Llega gente de otras partes, la gente rica, llega a comprar tierra para su ganadería. Los terratenientes concentran la tierra. Está llegando gente de Arauca, de Casanare y ese es el principal problema de la deforestación. No la carretera. La carretera no tiene la culpa.
Los habitantes de Miraflores (uno de los cuatro municipios que componen el departamento del Guaviare) denuncian que se encuentran encerados con la medida. Si bien hay manera de llegar a Calamar en avión, desde que se tomó la medida los tiquetes aéreos aumentaron de 160 mil pesos a 250 mil.
La medida no es temporal. Es de carácter permanente.
La trocha que empieza a usarse con el comienzo del verano, el 20 de diciembre y durante al menos cuatro meses, cubre un trayecto en el que se demora más o menos siete horas de municipio a municipio. “Para nosotros la trocha significa la vida, el futuro. En este momento no pueden pasar vehículos que transporten víveres. No creemos que la trocha sea realmente el problema. En cambio, necesitamos vías de acceso de calidad, vías reguladas. Este camino está sin pavimentar, por ejemplo”.
Existe una empresa de transporte público (Cotransguaviare) que cubría el trayecto Calamar-Miraflores en el transportaba cerca de 16 pasajeros. Ahora, les es imposible prestar ese servicio.
Finalmente, Beltrán dice que la comunidad no se opone a medidas en contra de la deforestación. Al contrario. Las celebran y las apoyan: “La medida es buena porque está haciendo tomar a las autoridades acciones al respecto. Pero la solución no es cerrar la carretera. Necesitamos que todos nos pongamos en la tarea de esto que nos queda de amazoníaa, pero no de esta manera. No estamos en contra de la medida, estamos es en contra de cómo se tomó la medida”.
Según la Fiscalía, el problema en la zona es complejo: la deforestación en Calamar y Miraflores aumentó de 11.456 hectáreas en 2015 a 34.527 en 2018. Sin embargo, esta trocha, denuncian los habitantes, no es la principal causante.