Las modificaciones al acuerdo de paz en el Congreso colmaron la paciencia de las Farc. Por ahora, la primera salida que contemplan es una constituyente.
A los integrantes del secretariado de las Farc se les ve cansados, preocupados. No ven beneficios después de un año de haber firmado el acuerdo de paz en el Teatro Colón. Este viernes presentaron su propio balance de la implementación del acuerdo en el Centro Cultural Gabriel García Márquez de Bogotá, en un evento abierto al público al que asistieron cerca de setenta personas.
La mitad del auditorio estaba vacío. Pablo Catatumbo no fue, tampoco Timochenko. Iván Márquez habló y respondió a las preguntas de la prensa y se fue por una molestia de salud, según nos dijeron sus asesores de prensa. Victoria Sandino se retiró por un periodo incierto, y al frente del auditorio quedó Jesús Santrich, quien enumeró lo que él llamó “todos los incumplimientos del establecimiento”.
La prensa se marchó cuando Iván Márquez abandonó el recinto. Quedaron algunos representantes de las organizaciones sociales, un joven con una camiseta de Hugo Chávez y, sin llamar mucho la atención, Tanja Nijmeijer, quien se sentó a escuchar a sus compañeros. A ella le pedimos una entrevista, pero, evidentemente molesta, dijo que “no quiere saber nada de los medios”.
Jesús Santrich accedió hablar con ¡Pacifista!. Nos dio diez minutos para hacerle algunas preguntas en los banquillos del Centro Cultural Gabriel García Márquez. El pesimismo del que hablan, como nos dijo, se puede traducir en “otros cien años de guerra, otros cien años de soledad”.
A dos cuadras del lugar de la entrevista, el Congreso seguía intentando salir del estancamiento para expedir la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
¡Pacifista!: Después de lo que pasó esta semana, de lo que se avecina con la JEP, ¿hacía dónde van las Farc?
Jesús Santrich: Nosotros trazamos un camino de lucha pensando en que históricamente el establecimiento, el Estado colombiano, ha incumplido sus compromisos con las comunidades y con el conjunto de la sociedad en general. Sabíamos de ese riesgo. No obstante, pensábamos que podía haber altura con el compromiso histórico de cumplir con lo pactado en La Habana. Pensamos que se iba a respetar el principio de buena fe. Pero no, todo fue atropellado. No tenemos otro camino que seguir por una senda de la lucha. Ese fue nuestro compromiso con la sociedad, con el pueblo colombiano.
¿Qué quiere decir con “la senda de lucha”?
Acuérdate que el derecho universal a la rebelión armada no lo podemos clausurar. Lo que nosotros creemos es que, con los incumplimientos, el Estado está sembrando las condiciones para que resurja la violencia.
¿Por eso es que existen disidencias?
La paz implica tener sensatez, actuar en consecuencia con lo que se pactó. Para que existiera paz se necesitaban eliminar las causas de la confrontación y del conflicto. Estas causas son la miseria, la desigualdad, la exclusión política. Si después de un año la gente ve que eso no se cumple, pues deja de arriesgarse a seguir en un camino que se ve fallido. La gran responsabilidad de las disidencias las tiene el Estado por no cumplir con sus compromisos.
¿Cree que el Gobierno se ha demorado en declarar el Estado de Conmoción?
Yo no pienso que para salvar el acuerdo se tenga que declarar el Estado de Conmoción. El establecimiento tenía el compromiso de cumplir con lo que se había acordado en el fast-track. El Estado de Conmoción es generalmente mal utilizado y no quiero terminar respaldando una propuesta que le termine dando facultades extraordinarias al Ejecutivo. ¿Quién nos asegura que con esas facultades vaya a cumplir lo que prometió? No sé, eso me genera incertidumbre.
no es un tema de Santos, es un tema institucional completo, es un tema del Congreso, de las Cortes
¿Qué opciones, según ustedes, tiene Santos para salvar la paz?
Tiene unas facultades constitucionales claras. Y es que no es un tema de Santos, es un tema institucional completo, es un tema del Congreso, de las Cortes. Las Cortes, que supuestamente estaban estructuradas por prohombres, se han convertido en cómplices del incumplimiento de los acuerdos. Los último que nos queda es acudir al pueblo soberano y abrir el camino a una Asamblea Nacional Constituyente.
El uribismo podría entrar con mayoría en esa Constituyente, ¿no creen?
Puede ser, puede ser, pero esa lucha la tenemos que dar. Es que si no damos la lucha podemos condenarnos a otros cien años de soledad o a otros cien años de confrontación. Este no es un tema de las Farc, es un tema de la sociedad colombiana en su conjunto, como sociedad debemos resolver el camino que vamos a tomar.
Las elecciones pueden ser una pista, y dentro de los candidatos visibles no están los de las Farc…
Mientras no haya reforma política, mientras no se corrijan los vicios de la corrupción, difícilmente la representación del Parlamento y del Gobierno va a reflejar los intereses populares. Lo que necesitamos es un sacudón, una transformación radical, de lo contrario va a persistir el clientelismo de Vargas Lleras, la política del uribismo, todos esos integrantes del poder dominante seguirán ahí.
La verdad lo noto muy pesimista, ¿tiene alguna idea para rescatar el acuerdo de paz?
Nosotros creamos el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc). Estamos proponiendo un camino de convergencia de muchas fuerzas, pero nos hemos dado cuenta de que solos no podemos hacer eso. Desafortunadamente los partidos que se denominan de izquierda en Colombia están marchando en contravía. Eso sí, nosotros sabemos que hay incumplimiento por parte del Estado, pero también hay potencia transformadora. Tenemos fe en que las fuerzas alternativas y de las comunidades pueden vencer a esa institucionalidad corrupta.
La gran responsabilidad de las disidencias las tiene el Estado por no cumplir con sus compromisos
¿Y si dialogan con el uribismo?
Nosotros lo intentamos en La Habana, creemos que si hay reconciliación tiene que ser precisamente con los enemigos. Nosotros hemos estado abiertos a dialogar, pero para hablar se necesitan dos. El uribismo, el vargasllerismo nos quieren ver en la cárcel o aniquilados.
¿Qué les diría entonces a los más de 6.000 integrantes de las Farc que están en las zonas de reincorporación?
Les digo que hay que fortalecer la organización, la unidad interna, que tenemos que persistir en nuestra lucha por sacar adelante los proyectos productivos. No podemos dejarnos derrotar por las adversidades, tenemos que sacar garra de luchadores, como la que tenían Jacobo Arenas, Manuel Marulanda y Alfonso Cano. Seguimos con su mentalidad.
¿No les diría que hay aspectos en los que el Gobierno ha cumplido?
No, no les voy a decir eso porque el Gobierno no ha cumplido. La verdad es que todo va de mal en peor. Qué les voy a hablar de reforma rural si el gobierno presentó un adefesio de propuesta en el Congreso cuando habría podido presentar una buena ley de tierras. Ese primer punto, el de la reforma rural, no va bien porque el gobierno busca brindarle beneficios al latifundio, quiere la extranjerización del campo, no brindarles beneficios a los campesinos.
Pero en las Zonas de Reserva Campesina hemos visto que…
Ya no puedo hablar más, me extendí con usted. Gracias.
*Nota del editor: Este artículo originalmente fue publicado bajo el título “No descartamos volver a la rebelión armada”. Sin embargo, tras recibir un comentario del equipo de prensa de las Farc que cuestionaba la autenticidad de esa declaración, ¡Pacifista! decidió reemplazar ese título por la declaración literal del entrevistado. Pedimos disculpas por la equivocación.