Necesitamos más árboles en la ciudad y menos troncos en la Alcaldía | ¡PACIFISTA!
Necesitamos más árboles en la ciudad y menos troncos en la Alcaldía Foto: página web la senadora Angélica Lozano
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Necesitamos más árboles en la ciudad y menos troncos en la Alcaldía

Colaborador ¡Pacifista! - abril 3, 2019

OPINIÓN| ¿Qué van a hacer con la Reserva Thomas van der Hammen? ¿Cómo van a mitigar la contaminación del aire? ¿Qué van a hacer con Transmilenio por la Séptima? Estas son preguntas imprescindibles que debemos hacerles a los candidatos.

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Por: Diego Leal*

La urbanización en la Reserva Thomas Van Der Hammen, la calidad del aire, la intervención de los cerros orientales y las masivas talas de árboles, entre otras, son algunas de las polémicas a las que se enfrenta la administración de Enrique Peñalosa en Bogotá.

Con Peñalosa I (1998-2000) nos vendieron una visión de ciudad enfocada en la consolidación de un sistema de transporte masivo basado en buses articulados que solucionarían la movilidad de los capitalinos y en la siembra de 16.000 bolardos a lo largo y ancho de Bogotá. Allí donde había un espacio,  brotaba de repente un tronco de cemento.

Casi 20 años después de su primer periodo, con Peñalosa II (2016 -2019) vemos que el modelo de ciudad que se imaginó en su primera administración no cambió. En la actualidad, un proyecto bandera de Peñalosa I, Transmilenio, se encuentra a punto de colapsar. Tiene una flota de buses diésel que contamina mucho y es responsables de buena parte de la mala calidad del aire de la ciudad. Y Peñalosa ha tenido que implementar el pico y placa todo el día y los fines de semana en dos oportunidades. ¿Acaso existe coherencia en la política ambiental de Peñalosa? ¿O simplemente está improvisando?

La insistencia en la urbanización del último espacio de conectividad ambiental de la ciudad con un megaproyecto de urbanización en la Reserva Thomas Van Der Hammen e invasión de los Cerros Orientales, con un proyecto de senderos que podrían en riesgo la capacidad de este ecosistema, ha llevado a que la administración capitalina se enfrente a la oposición de los ambientalistas. Para Peñalosa, sin embargo, sigue primando el cemento.

Las irregularidades detrás de las talas indiscriminadas han puesto en alerta a los diferentes entes de control y veedurías ciudadanas. Ya la Fiscalía y la Personería han solicitado, a los entes distritales, actuar con cautela en estos procedimientos. Más allá de las explicaciones técnicas que ofrecen entidades como el Jardín Botánico, sobre que los árboles talados corresponden a especies no nativas o en peligro de caída, el propósito real de las talas es la consolidación de los nuevos proyectos que la administración adelanta de manera precipitada en las distintas localidades, como la construcción de canchas sintéticas de fútbol o la intervención de parques zonales y vecinales.

Estos proyectos en muchos casos van en contra de la voluntad de las comunidades y en beneficio de los intereses detrás de estas contrataciones, que han sido cuestionadas por la presunta injerencia del hermano del alcalde, Guillermo “Gil” Peñalosa; quien tiene vínculos con las empresas suministradoras del material sintético con las cuales se construyen las canchas sintéticas de fútbol. Por ahora hay más de 100.

La administración de Enrique Peñalosa se trazó la meta de realizar 34.000 talas en el cuatrienio. A la fecha, según cifras del Distrito, se ha ejecutado por lo menos la cuarta parte. Ante las críticas, el alcalde respondió en su última rendición de cuentas que ha sembrado cerca de 276.000 árboles. Esta cifra, sin embargo,  no se puede confrontar con ningún soporte, ya que no hay cifras ni entidades distritales que ofrezcan esta información de forma completa y unificada. Solo si nos remitimos a las cifras del Jardín Botánico se puede señalar que 21.625 árboles han sido sembrados en espacios públicos.

La administración distrital carece de soportes técnicos y conceptos ambientales viables para muchos proyectos que hoy intenta adelantar en Modelia, Bosa, el humedal Córdoba y distintos espacios de la ciudad, donde las comunidades se han organizado para intentar frenar esta marea de cemento y materiales sintéticos con las que ahora Peñalosa quiere inundar la ciudad.

Esta administración generó en la ciudadanía y en los colectivos ambientalistas un manto de duda sobre la idoneidad de las personas a cargo de la cartera ambiental. Por ejemplo, deja mucho que desear el actual secretario de ambiente, Francisco Cruz Prada, quien está siendo Investigado por la Contraloría por irregularidades en el caso Aerocafé.

Con miras a la finalización del período de Peñalosa en la Alcaldía, y ante la elección de un nuevo administrador de la ciudad, los aspirantes a este cargo deben plantearle a los capitalinos una política ambiental que sea concebida de manera holística, que entienda las problemáticas ambientales como sociales, económicas, culturales y de salud pública. Y que no estén basadas en caprichos o intereses particulares, sino en conceptos técnicos que nos permitan vivir mejor. En pocas palabras, en que sea, de verdad, una “Bogotá mejor para todos”, no para pocos.

*Diego Leal es activista ambiental.