'Estamos dejando morir al Amazonas': estas son las palabras de dos líderes indígenas | ¡PACIFISTA!
‘Estamos dejando morir al Amazonas’: estas son las palabras de dos líderes indígenas
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‘Estamos dejando morir al Amazonas’: estas son las palabras de dos líderes indígenas

Juan Pablo Sepúlveda - enero 28, 2019

Los 64 pueblos indígenas del Amazonas están luchando porque algunos de sus territorios sean reconocidos dentro de los planes de ordenamiento territorial.

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Un hotel de Bogotá alberga, en un salón cuadrado, una discusión entre las autoridades del gobierno y las indígenas para lograr acuerdos y concesiones. En la voz de los indígenas se escucha un evidente descontento por algunos gestos de funcionarios del gobierno. Otros funcionarios estatales, tratando de apagar incendios, llaman a pausas en el debate y las discusiones transcurren sin que se llegue a nada.

Con Iván Duque como presidente, llegó el momento para que Colombia vuelva a “planearse” territorialmente. Esto debe abarcar todo el territorio nacional, incluyendo a las recónditas selvas del Amazonas.

Desde Bogotá, dos lideresas que vienen desde el sur de Colombia nos contaron cómo es habitar el Amazonas en el presente.

Aquí sus relatos:

Fany Kuiru Castro. Indígena Pueblo Uitoto

¿Cuánto puede demorar un viaje desde Bogotá hasta el Amazonas y a la inversa?

Realmente unas 3 horas de manera directa en avión. Si no es en avión, tocaría ir desde Bogotá hasta Puerto Asís en el Putumayo y coger camino por casi un mes por río.

De todas formas quienes no tienen el modo económico de salir de allá no lo pueden hacer, porque para cualquier trayecto se requieren recursos.

Si no hay posibilidad de dinero, no hay forma de salir de la selva.

¿Qué fuerzas están dañando la vida de la Amazonía?

Minería ilegal, deforestación, abandono estatal y presencia de grupos al margen de la ley. Estas noticias no llegan hacia la capital. 

¿Qué tan dañinos para la Amazonía son estos intereses económicos que están entrando al territorio? ¿Qué debemos que evitar para que se extinga ese “pulmón del planeta”?

Se debe evitar el abandono. Hay muy poca presencia de instituciones, y hace inviable la vida para algunas poblaciones afectadas por las economías ilegales. Se necesita una conexión Estado/regiones apartadas. Las regiones apartadas también quieren hacer parte de ese Estado.

Garantizar los Derechos Humanos allá es muy difícil. Allá hay territorios que no son ni municipios ni pertenecen a un departamento, entonces no pueden llegar recursos para invertir en educación o salud. Tenemos que estar atentos al Plan de Desarrollo para que nuestras propuestas sean incluidas.

Hoy le decimos al gobierno que aquí estamos con nuestras propuestas para poder garantizar la supervivencia física y cultural de nuestros pueblos. 

Si un niño se enferma, no de una gripa sino de una infección urinaria, ¿cuánto se demoraría en llegar a un hospital y cómo lo atenderían en ese hospital?

En estos territorios apartados los niños que se enferman terminan muriéndose. EL servicio de salud consta de un centro médico que no tiene personal especializado en salud. A veces tienen pasantes con poco conocimiento y no hay medicamento ni herramientas. Si llaman a las capitales para que recojan al paciente, el trámite se demora 3 o 4 días y las personas más vulnerables terminan muriendo.

¿Qué quieren conseguir, porqué están luchando?

Las mujeres indígenas luchamos por los derechos de nuestras comunidades. Queremos empoderar también a la mujer indígena y queremos evitar supervivencia espiritual y cultural en las comunidades, la pérdida de la lengua materna…

Los pueblos indígenas del Amazonía tienen unos elementos sagrados. Entre ellos el tabaco, la coca y la yuca dulce. Hoy ese elemento, dice mi papá , está siendo profanada por los mercaderes del narcotráfico. Es fuente de conflicto y conduce al conflicto. Conflicto alrededor de nuestra planta sagrada.

Queremos que le pongan atención a los pueblos indígenas del Amazonas, porque somos nosotros los que estamos cuidando esta región tan importante del planeta. Dan cuenta de ello los departamentos con mayor población indígena: Amazonas, Vaupés y Guainía, que es donde se conserva mejor la biodiversidad, las selvas y los ríos.

Somos los mayores cuidadores de la selva y le prestamos un servicio a la humanidad y queremos que el mundo también nos atienda y escuche nuestras peticiones y propuestas.

¿Cómo es estar, despertarse en el Amazonas?

Mi Amazonía es el pulmón del mundo magia, vida, cultura, selva, río, población diversa, 64 pueblos indígenas. No son baldíos. No, los dueños somos los 64 pueblos. El amanecer en mi Amazonía son sonidos de pájaros, ranas, grillos, el agua, el viento que toca las hojas de los árboles. Es alegría.

Y la sociedad colombiana no reconoce el papel que jugamos los indígenas en preservar el planeta.

Belkis Herrera Mejía

Indígena Muruí de Puerto Solano, Caquetá. Participa en el congreso de los pueblos indígenas.

Ustedes tienen una concepción distinta a la que se tiene acá sobre la educación. ¿Qué tan fácil puede ser para un joven indígena del Amazonas aspirar a llegar a una universidad de Bogotá?

Depende también de la demanda, del querer de los pueblos. Ellos tienen un horizonte y en este se contempla que el instrumento es el plan de vida, y esto funciona como un sistema para que nosotros podamos pasar por distintos espacios de educación, propios o escolarizados.

Se ha dicho que los pueblos indígenas son “incultos”, o que no están educados. ¿Qué opina de esto?

Nos dicen que somos incivilizados, pero somos civilizaciones milenarios y claro que tenemos educación. La escuela, el colegio, llegó al Amazonas no hace más de 80 años. Aquí también tiene que ver que se tiene una idea de educación distinta a la que tenemos nosotros. Aquí es algo de cuatro paredes y un salón. Nosotros consideramos eso como un espacio, pero nosotros tenemos otros escenarios ligados a territorio, a los ríos, a las malokas… muchos más espacios de aprendizaje distintos a ir a un centro de formación “occidental”.

En nuestra comunidad también hay expertos, expertas, maestros y maestras. Y no necesariamente pisaron un aula alguna vez.

Pero planteando el escenario de que un joven indígena quiera complementar su formación accediendo a este tipo de espacios educativos sí la tiene bastante complicada.