En los últimos días se registraron denuncias sobre abusos policiales con la supuesta ayuda de miembros de bandas criminales.
La situación en la Comuna 13 de Medellín se está complicando. Desde hace varios meses, la 13 ha tenido problemas de orden público ocasionados sobre todo por enfrentamientos entre bandas criminales por el control de territorios estratégicos para realizar actividades de narcotráfico y extorsión. El paisaje es desalentador: se han registrado 41 asesinatos este año, según cifras de la Alcaldía; 358 personas han sido desplazadas en lo que va de 2018, han amenazado a 10 líderes sociales de la zona y, en la vida cotidiana, muchos estudiantes dejaron de asistir a sus colegios y y los conductores de buses han realizado paros por el aumento en las extorsiones.
Lo que este panorama está demostrando es que el incremento del turismo, algunas obras hechas por la Alcaldía y la resistencia artística y cívica de sus habitantes no han sido suficientes para eliminar por completo con la violencia en esta zona, que se remonta a su origen como barrio de invasión en la ciudad y que ha tenido episodios famosos y crudos como la Operación Orión en 2002.
Desde el pasado domingo se han venido presentando balaceras esporádicas en el barrio Independencias 1, el cual hace parte de la Comuna — justamente allí están ubicadas las célebres escaleras eléctricas—, y la Fuerza Pública ha tenido que hacer presencia en la zona para controlar la situación de seguridad. No obstante, desde la comunidad se han presentado denuncias que acusan a la Policía de ingresar de manera arbitraria a ciertas casas de la zona y ha amedrentado y vulnerado sus ocupantes, al parecer, en compañía de miembros de bandas criminales.
De acuerdo con la información que nos proporcionó James Zuluaga, vocero de la mesa de derechos humanos de la Comuna 13, miembros de la comunidad le informaron que se produjo una alianza entre la Policía y una de las bandas criminales para eliminar a las otras, y que “lo que hacían estos pelaos (los de las bandas) era señalar algunas casas donde había supuestamente pelaos integrantes de combos o familiares de ellos”. Incluso, la Policía le habría prestado chalecos antibala a los miembros de la banda. Con esta información, es imposible no recordar a la Operación Orión, en la que la Fuerza Pública actuó contra la comunidad con la supuesta ayuda de grupos paramilitares.
El mismo sobrino del líder social, un joven de 23 años, fue asesinado el pasado miércoles en circunstancias extrañas. “Cuando fuimos a hacer el reconocimiento”, explica Zuluaga, “uno de los policías explicó que lo mataron por delincuente. Uno de los amigos y otras personas dijeron que este policía los había retenido días anteriores y les había dicho que les iba a hacer el levantamiento”.
Andrés Tobón, secretario de seguridad de Medellín, dijo conocer estas versiones pero que hasta el momento no han recibido denuncias formales ni información concreta o pruebas que demuestren la veracidad de estas situaciones denunciadas. El subcomandante de la Policía del Área Metropolitana Juan Carlos Rodríguez, por su parte, argumentó que las intervenciones policiales se debieron a las balaceras: “Ante una reacción por balacera, no existe la necesidad de una orden judicial. Es un requerimiento ciudadano y hay que atenderlo a cualquier hora, puesto que existe un delito y una agresión con la comunidad. Eso fue lo que pasó aquí, nuestra Policía estuvo en la zona atendiendo el requerimiento y evitando que los delincuentes generaran zozobra en la comunidad”.
Las declaraciones del subcomandante, sin embargo, se contradicen con los testimonios de algunos habitantes de la zona, cuyos nombres no revelaremos por motivos de seguridad. Una de estas personas nos dijo que “la policía está aliada con esos muchachos; les están prestando chalecos antibalas, cascos, y andan con ellos por aquí”. Otra habitante le dijo a El Colombiano “ahí estaban alias ‘Sebastián’ del combo ‘Plan del Ché’ con otro muchacho, armados con palos, de casa en casa, amenazando y golpeando. Entraron a 20 casas y se llevaron a dos muchachos sin tener orden judicial”.
Otro testimonio lo recogió El Espectador: “la Policía llegó encapuchada y se metió a las casas con alias Cristian Mamao y alias Sebastián. Estos venían con chalecos antibalas y cascos y escoltados por la Policía. Traían dos palos, ellos no estaban armados, pero con los palos les iban pegando a las señoras y le iban diciendo a la Policía: ‘esta es alias tal, esta otra es alias no sé qué y ha estado en la cárcel’, hombre y esas señoras que nada tienen que ver con los combos de acá”.
La versión de la Alcaldía es que “no ha habido ninguna actuación arbitraria por parte de la Policía, de ninguna manera”, y que las 673 capturas reportadas por la Policía Metropolitana (incluyendo las de 12 presuntos miembros de la banda la Agonía el pasado miércoles) corresponden a miembros de bandas delincuenciales. Además de esto, aseguran que desde mayo se han incautado 53 armas de fuego (entre fusiles, carabinas y granadas), municiones y dinero de las estructuras criminales.
De acuerdo con el secretario de seguridad, las bandas que en este momento están en confrontación en la Comuna 13 son la de El Salado, La Torre, Betania y el Plan del Che, y que la disputa es por controlar territorios de venta de drogas. Sin embargo, el director de Corpades y especialista en el conflicto urbano de Medellín, Fernando Quijano, explica que la violencia puede tener otro origen: su hipótesis es que la banda de Los Pesebreros dio hace poco la orden de retomar el control de las comunas, incluyendo La 13 que está dominada en este momento por la unión entre las bandas de Los Pájaros y Los Chivos.
Esto, a su vez, obedecería a un problema aún más grave, y es que La Oficina de Envigado se encuentra dividida y las dos líneas de esta división estarían apoyando con dinero a distintas bandas. El experto también añade que hay problemas del lado de la sección de inteligencia de la Fuerza Pública, pues aunque hay capturas, las estructuras criminales rotan con facilidad y no llegan a desmantelarse.
Todo esto sucede mientras el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, no se ha pronunciado ni una vez al respecto de la situación en la Comuna 13. Prefiere hablar de la Selección Colombia o del Atanasio Girardot. Así es como ocupa el primer lugar en la lista de los alcaldes más populares del país, con un 89 por ciento de aprobación, según la última encuesta de Gallup.