Primera entrega de ¡PACIFISTA! sobre el más reciente informe del CNMH. Por Julio Londoño
Por Julio C. Londoño Á.
La violencia sexual no es un invento del conflicto armado en Colombia, sino el resultado de una estructura social que es fundamentalmente machista.
Pero sí fue una estrategia de guerra, usada amplia y sistemáticamente para aterrorizar a la gente, para obtener el control sobre algunas zonas del país o para eliminar al enemigo.
Todo, a través del cuerpo de hombres y mujeres.
Esta es la tesis central de La guerra inscrita en el cuerpo, el informe de violencia sexual en el conflicto armado que el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) lanzará el próximo viernes 24 de noviembre.
Según el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del CNMH, entre 1958 y 2016 se registraron 14.982 casos de violencia sexual en escenarios de conflicto, para un total de 15.076 víctimas de delitos contra la libertad e integridad sexual.
Antioquia es el departamento con más registros: 2.849. Le siguen Magdalena con 1.741; Nariño con 985, y Bolívar con 912.
En ¡Pacifista! tuvimos acceso exclusivo al informe y encontramos estos puntos clave para entender la magnitud de la violencia sexual y su relación con la guerra.
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La mitad de los casos se dieron entre 1997 y 2005
1.
En sesenta años de conflicto no ha existido un solo periodo sin violencia sexual. Pero ha habido dos momentos particularmente críticos.
2.
El periodo entre 1997 y 2005 —que corresponde al fracaso de los diálogos del Caguán, al fortalecimiento de las Farc, a la urbanización del conflicto y a la consolidación del proyecto paramilitar a nivel nacional— coincide con 8.242 casos de violencia sexual. Es decir que en apenas ocho años se dio 53.6 por ciento del total de casos registrados por el OMC entre 1958 y 2016.
3.
El siguiente decenio con más actos de violencia sexual es entre 2006 y 2016. En esta década surgieron los denominados grupos armados posdesmovilización (GAPD), se dio el repliegue de las guerrillas tras los golpes militares del gobierno de Álvaro Uribe y arrancaron los diálogos de paz con el gobierno Santos.
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Paramilitares y guerrilleros: responsables por igual
4.
Los paramilitares fueron los principales agresores sexuales del conflicto armado. El informe les atribuye 4.837 casos de violencia sexual. Esto significa que fueron responsables de uno de cada tres actos.
5.
Una historia emblemática es la de Uldar Cardona, alias Pablito, un hombre de confianza de los jefes del Clan del Golfo, alias Otoniel y Gavilán. Según el informe, Cardona violó a más de cincuenta niñas menores de trece años y lo hizo mientras él y sus compañeros extorsionaban e intimidaban a la población campesina para financiarse.
6.
En segundo lugar, no muy lejos de las cifras de los paramilitares, están los 4.722 casos de violencia sexual que el informe les atribuye a los guerrilleros.
7.
En 3.973 casos, el OMC no pudo establecer el presunto responsable de las violencias sexuales en el marco del conflicto. Pero sí logró concluir que agentes del Estado perpetraron 206 agresiones, y los GAPD, por su parte, 950.
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Los ‘paras’ mutilaban; los guerrilleros tenían esclavas sexuales
8.
La violencia sexual se ejerce de distintas maneras, y cada una lleva un mensaje particular del actor armado para el cuerpo de las víctimas.
9.
El tipo más común del conflicto colombiano ha sido: la violación sexual, la desnudez forzada, el abuso sexual, la mutilación genital y la tortura sexual.
10.
Los paramilitares, antes de desmovilizarse, hicieron uso principalmente de la violación sexual y la desnudez forzada se para amenazar, doblegar y aleccionar a miembros de comunidades que consideraban guerrilleros. Además de esto, los paras practicaron como ningún otro grupo armado la mutilación de órganos genitales, mayoritariamente a hombres.
11.
Las guerrillas, por su parte, con el actor que usó la anticoncepción y el aborto obligatorio como una práctica para establecer jerarquías entre hombres y mujeres al interior de sus filas. A su vez, el informe les adjudica casos de esclavitud sexual. El informe recuerda que el comandante de las Farc Raúl Reyes, dado de baja en 2008, desfilaba por la selva con un grupo de escoltas mujeres.
12.
El CNMH también registra casos en que agentes del Estado, aprovechando su estatus de poder y las condiciones de vulnerabilidad de las víctimas, utilizaron el chantaje emocional para abusar sexualmente de mujeres. Algunas quedaban embarazadas y posteriormente eran abandonadas.
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90% de las víctimas: mujeres
13.
De las 15.076 víctimas de violencia sexual que registra el OMC, 91 por ciento son mujeres, y 8,1 por ciento, hombres.
14.
Las cifras, según el informe, permiten comprender de qué manera la guerra ha reafirmado una “posición masculina de dominación y poder por parte de los actores armados” y una “posición femenina subordinada y subyugada del lado de las víctimas y la población civil”.
15.
Según estableció el OMC, 1.928 casos de violencia sexual se reparten así: 683 fueron violaciones sexuales, 226 fueron abusos, y 111 torturas.
16.
En cuanto a los hombres, las principales modalidades de violencia sexual y de género fueron la desnudez forzada (180 casos), la mutilación de órganos sexuales (87) y la tortura sexual (33).
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Mutilaciones para humillar la hombría
17.
Llama particularmente la atención que los hombres dupliquen los casos de mutilación genital, en su mayoría perpetrados por grupos paramilitares.
18.
Esto, según sugiere el informe, revela el rol masculino del victimario que busca humillar la “hombría” de la víctima. En el caso de los hombres gay y las mujeres trans, la castración se da como un ‘castigo’ por transgredir el orden moral que quiere imponer el actor armado en un territorio particular.
19.
El informe registra a 161 víctimas de violencia sexual pertenecientes a sectores LGBTI: 93 hombres y 68 mujeres.
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Afros e indígenas
20.
La mayoría de víctimas (91 por ciento) se concentra en población sin adscripción étnica.
21.
Pero el OMC registra a 1.203 personas afro, raizales y palenqueras que sufrieron violencia sexual. La cifra es considerable si se tiene en cuenta que se trata de un grupo étnico que representa 10.62 por ciento de la población colombiana.
22.
Los grupos indígenas, por su parte, representan 3.43 de la población nacional Y registran 164 víctimas de violencia sexual: 152 mujeres.
23.
Particularmente las guerrillas usaron la violencia sexual en comunidades indígenas del Urabá antioqueño y Cauca. Debido a su ubicación, eran territorios de disputa, y las mujeres, en particular las líderes, eran consideradas objetivo militar por la posibilidad de que fueran colaboradoras o aliadas del bando contrario.
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Menores: la mayoría, entre 15 y 19 años
24.
En el conflicto armado, las víctimas de violencia sexual han sido principalmente mujeres entre quince y diecinueve años. Según estimaciones del CNMH, se trata de 2.865 víctimas.
25.
El segundo grupo más vulnerable ha sido el de las adolescentes entre diez y catorce años (2.094 víctimas).
26.
En el caso de los hombres, el mayor registro se ubica en las edades entre diez y catorce años, con un total de 137 víctimas. Los menores víctimas de violencia sexual entre cero y cuatro años corresponden a veinte niños y cincuenta y cuatro niñas víctimas.