La ONU presentó un informe que cuenta la variación en las cifras de desplazamiento, violencia sexual, secuestro y minas desde los diálogos.
Desplazamiento forzado, víctimas de explosivos remanentes de guerra, secuestro y violencia sexual durante el período de negociaciones de paz con las Farc, son los ejes principales del informe “Tendencias Humanitarias y paz en Colombia”, de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El documento, compuesto por once categorías, responde de diferentes maneras a una misma pregunta: ¿Las negociaciones de paz han disminuido el impacto del conflicto armado en los derechos de los colombianos?
Decidimos rescatar las principales conclusiones de esta investigación, que da cuenta de la disminución que ha implicado en la mayoría de los indicadores el esfuerzo por solucionar políticamente el conflicto armado, pero también de la diversidad de actores y hechos violentos que inciden día a día en que Colombia se convierta en una fábrica de víctimas.
Desplazamiento forzado
El informe demuestra una baja considerable del número de personas que cada año tienen que abandonar sus hogares por el impacto del conflicto armado y la violencia.
La cifra del desplazamiento en Colombia ha disminuido en un 70% desde 2002, año con mayor desplazamiento en el país. Sin embargo, en promedio, 200.000 personas se desplazan cada año en Colombia desde el 2010.
Pero, ¿ha habido menos desplazamiento durante las negociaciones de paz? En realidad no. La OCHA estima que: “durante este periodo (noviembre de 2012 a junio de 2015) fueron desplazadas 648.000 personas, que superarían los cerca de 610.000 en de los 32 meses inmediatamente anteriores”.
Finalmente, las ciudades con más población expulsada durante este periodo son Buenaventura, Tumaco, Medellín, Suárez, Guapi, Bajo Baudó, El Bagre y Quibdó.
Los responsables del desplazamiento
Explosivos remanentes de guerra
Desde que se instaló la mesa de negociaciones hasta junio de este año se registró una dramática disminución en el número total de víctimas de MAP (Minas antipersonal) y MUSE (Municiones sin explotar) frente al periodo entre marzo de 2010 y octubre de 2012. Un total del 48%.
De 836 víctimas registradas en los últimos tres años, 38% fueron civiles y el 62% militares. Las gráficas del informe demuestran una disminución de las explosiones de remanentes de la guerra, pero insiste en que la proporción de niños, niñas y adolescentes víctimas ha ido aumentando en el mismo periodo.
Aunque se registraron accidentes con MAP/MUSE en 23 de los 32 departamentos del país, Antioquia, Nariño, Caquetá, Putumayo, Arauca y Norte de Santander concentraron el 70% de las víctimas en este tiempo.
Secuestros
En lo corrido de las negociaciones de paz, se presentaron 721 secuestros en 29 de los 32 departamentos del país. Esto significa que, en promedio, cada mes fueron secuestradas 22 personas en Colombia.
Durante el periodo que analiza el informe, el secuestro ha disminuido un 11% con relación a los 32 meses anteriores. Sin embargo, la ONU insiste en que el secuestro no necesariamente está asociado con el conflicto armado.
De hecho, la tendencia a que los secuestros ocurran en grandes ciudades, como Bogotá, Medellín y Cali, podría indicar que muchos de los casos son secuestros extorsivos asociados a la delincuencia común.
Delitos contra la Libertad e Identidad Sexual
En estos tres años se han registrado 1.006 víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual en el marco del conflicto armado. En promedio 34 colombianos son víctimas por mes de este tipo de delitos, el 91% son mujeres y el 7% hombres. Al menos el 25% de las víctimas es menor de edad y una de cada cuatro víctimas es afrocolombiana.
Los datos del informe dan cuenta de la profunda relación entre la violencia sexual y el conflicto armado: “los grupos guerrilleros son responsables de más de la mitad de los 1.006 casos registrados en este periodo, seguidos por las BACRIM”.
A pesar de las cifras, el informe sostiene que estos hechos victimizantes se caracterizan por altas tasas de sub-registro, sobre todo en casos contra miembros de la comunidad LGTBI.
En cuanto a dispersión geográfica de la violencia sexual, durante el proceso de paz cuatro departamentos concentraron el 55% de los casos (Valle del Cauca, Nariño, Antioquia y Cauca) y las ciudades que concentran uno de cada tres casos de violencia sexual reportados son Medellín, Buenaventura y Tumaco.
¿Respuesta humanitaria?
Una de las preguntas que subyacen a las cifras del informe es cuánta ayuda humanitaria se ha movilizado para atender las trágicas consecuencias de la guerra.
Según el informe, 390 millones de dólares ha sido la financiación a proyectos humanitarios entre 2012 y 2015 por parte de organizaciones internacionales. A pesar de que 4 millones de colombianos se habrían beneficiado de esta millonaria movilización: “preocupa el descenso en la financiación humanitaria internacional que en 2015 ha bajado un 43% frente al 2014 y un 41% frente al 2012”. El problema es que esta disminución no implica necesariamente una disminución en las necesidades de atención, como indica el resto del informe.
Las acciones de la comunidad humanitaria internacional se han concentrado en la costa pacifica, y en los departamentos de Nariño, Putumayo, Cauca, Valle del Cauca, Antioquia, Córdoba, Arauca y Norte de Santander.