La llegada del presidente estadounidense a la isla ocurre después de más de medio siglo de desencuentros, tensiones y hasta amagues de guerra.
El domingo 20 de marzo el mundo presenció un hito que intenta dar vuelta a una historia de desencuentros que lleva más de medio siglo. Barack Obama, en su último año como presidente de Estados Unidos, llegó en visita oficial a Cuba por primera vez.
La isla no recibía a un mandatario estadounidense desde hace casi noventa años y, en esta oportunidad, ocurre en el marco de los acercamientos que Obama y Raúl Castro, el presidente cubano, han tenido desde hace poco más de un año con el objetivo de normalizar las relaciones entre ambos países.
La visita puede no ser el fin de la diferencias, pero sí marca un punto de quiebre para dos pueblos separados por unos pocos cientos de kilómetros que durante décadas vivieron relaciones marcadas por invasiones fallidas, el amague de una guerra nuclear, crisis migratorias y una cárcel en territorio arrendado a la fuerza por el enemigo.
Estos son diez hechos históricos que sirven para entender la importancia de Obama en suelo cubano.
El último presidente de Estados Unidos en Cuba
La última vez que un presidente estadounidense pisó Cuba fue en 1928. En esa época, el presidente de la isla era Gerardo Machado, quien se reunió con Calvin Coolidge en La Habana. El encuentro entre los dos mandatarios, sin embargo, no fue la razón del viaje. Coolidge asistía a la sexta Conferencia Internacional de Estados Americanos, en un momento en que Estados Unidos era fuertemente criticado por su postura intervencionista respecto a Latinoamérica. Uno de los objetivos de la visita era dar muestra de su apertura frente a los países del sur del continente.
La llegada de la Revolución
La revolución liderada por Fidel Castro derrocó en 1959 el gobierno militar impuesto por Fulgencio Batista, un militar que ya había estado en el poder por la vía electoral y que luego lideró un golpe de estado para regresar a la presidencia. La revolución ocurrió en medio de una crisis de legitimidad y de grandes escándalos de corrupción. Batista huyó y Castro tomó las riendas del país. Estados Unidos, en un primer momento, reconoció el nuevo gobierno.
Las expropiaciones que detonaron la crisis
Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba se empezaron a deteriorar en el primer año de mandato de Castro. El gobierno estadounidense desaprobó el trato, los juicios y las ejecuciones que hubo en Cuba contra simpatizantes del derrocado Batista. A principios de 1960, Cuba empezó a nacionalizar las refinerías de petróleo estadounidenses, que, en el marco de la Guerra Fría, se negaban a procesar crudo soviético. Más adelante siguieron llegando confiscaciones de bienes a personas y empresas estadounidenses.
Los inicios del embargo
En julio de 1960, como respuesta a las expropiaciones, Estados Unidos redujo la cantidad de azúcar cubano que compraba, afectando directamente las exportaciones de la isla. La Unión Soviética decidió adquirir el azúcar restante. En octubre de ese mismo año, el gobierno estadounidense, en cabeza de Dwight Eisenhower, declaró un embargo parcial a Cuba. Entonces, mientras Estados Unidos limitaba el flujo de la economía cubana, la Unión Soviética trataba de compensarla con precios preferentes para exportaciones e importaciones. El embargo, que los cubanos llaman “bloqueo” persiste en la actualidad.
La invasión fallida en Bahía Cochinos
A principios de 1961 Estados Unidos cortó las relaciones diplomáticas con Cuba. En abril de ese mismo año, cuando empezaba la presidencia de John F. Kennedy, se produjo la invasión de Bahía Cochinos con la participación de exiliados cubanos y promovida por la Agencia de Inteligencia y los militares estadounidenses. El objetivo era entrar por la fuerza y sacar del poder a Fidel Castro. Sin embargo, el gobierno cubano logró reunir a miles de combatientes que soportaron el ataque. Cientos de invasores murieron o cayeron presos en lo que terminó siendo un fracaso para Estados Unidos y reforzó el carácter socialista de la revolución cubana.
Al borde de una guerra nuclear
1962 fue para muchos el año de mayor tensión por causa de lo que se conoce como la Crisis de los Misiles. A principios de ese año, el gobierno de Kennedy había ratificado el embargo total a Cuba, que se sumaba a su expulsión de la Organización de Estados Americanos (OEA). Pero en octubre, luego de un sobrevuelo de aviones estadounidenses a la isla, le informaron a Kennedy de la presencia de misiles soviéticos apuntando hacia el norte. Florida está a solo 140 kilómetros.
Estados Unidos desplegó navíos y aviones de combate rodeando Cuba. Faltó muy poco para que se desatara una guerra, sin embargo, la crisis se solucionó con un acuerdo entre los presidentes de las dos potencias: los soviéticos retiraron los 42 misiles que habían plantado apontando a Florida y los estadounidenses se comprometieron a no invadir la isla.
Cuba entra a la lista negra de países que favorecen el terrorismo
Aunque a finales de los setenta, durante la presidencia de Jimmy Carter, hubo un intento por normalizar las relaciones entre los dos países, la llegada al poder de Ronald Reagan, en 1981, puso freno a esa iniciativa. En marzo de 1982, Reagan incluyó a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo en respuesta al envío de armas desde Cuba a las guerrillas centroamericanas.
La crisis de los migrantes
Durante la década de 1980 los gobiernos de ambos países lograron acuerdos migratorios para regular la salida, cada vez en mayor número de Cubanos hacia Estados Unidos. Sin embargo, en 1994 tuvo lugar la llamada Crisis de los Balseros cuando, en menos de tres meses, 35 mil cubanos trataron de abandonar la isla cruzando el mar. Luego el gobierno estadounidense implementó la política pies secos – pies mojados que ofrece la posibilidad de permanecer en ese país a quienes pisen su suelo, pero quienes son interceptados en el mar, son devueltos a la isla.
La cárcel de Guantánamo, un territorio arrendado “sin querer”
En 2002, en el marco de la “guerra contra el terrorismo” que emprendió el expresidente George W. Bush, la base militar de Guantánamo se convirtió en cárcel para recluir a personas relacionadas con organizaciones como Al Qaeda. La base es estadounidense, pero queda en una provincia cubana. Funciona en una especie de arriendo, que el gobierno de Estados Unidos hace legítimo con base en un tratado de 1903. Cuando Barack Obama llegó a la presidencia, en 2008, anunció que cerraría la prisión, pero el proceso, que debe contar con la aprobación del Congreso estadounidense aún no culmina.
El inicio del acercamiento
En diciembre de 2014, Raúl Castro, quien relevó a su hermano Fidel en 2008, anunció junto a Barack Obama una nueva etapa en las relaciones entre los dos países. En lo que se conoce como el “deshielo”, ambos adelantaron acciones de confianza. Estados Unidos sacó a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo. Ambos abrieron embajadas y además crearon una comisión bilateral para analizar temas económicos, sociales y culturales. La misma visita de Obama hace parte de ese proceso.
Sin embargo, todavía persisten diferencias que no se han podido negociar: la propiedad de Guantánamo, que Castro sigue reclamando; la situación de derechos humanos en Cuba, ampliamente cuestionada por Estados Unidos; el levantamiento total del embargo, que, aunque ha sido flexibilizado gracias a Obama, necesita ser aprobado en el Congreso.