Primera vez en 15 años: asesinan a una funcionaria que trabajaba por la paz en Caquetá | ¡PACIFISTA!
Primera vez en 15 años: asesinan a una funcionaria que trabajaba por la paz en Caquetá Viviana Muñoz, sicóloga de la ARN asesinada en el Caquetá. Foto: Facebook.
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Primera vez en 15 años: asesinan a una funcionaria que trabajaba por la paz en Caquetá

Staff ¡Pacifista! - diciembre 20, 2018

Cerca de la cabecera municipal de San Vicente del Caguán fue encontrado el cuerpo de Viviana Muñoz, quien cumplía cuatro años trabajando para la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN).

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Viviana Muñoz era psicóloga y llevaba cuatro años trabajando para el gobierno. Lo hacía en la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), entidad gubernamental encargada del proceso de reincorporación de más de 13.000 excombatientes de las Farc. Viviana estuvo desaparecida desde el martes pasado y su cuerpo fue encontrado ayer, miércoles, en la vereda Minas Blancas, del municipio San Vicente del Caguán, junto con el de Jesús Gómez, un comerciante de la zona. “Es la primera vez en 15 años que nos pasa esto”, nos dijo una alta fuente de la ARN.

La psicóloga, quien antes  había trabajado en el Alto Comisionado de Paz, llevaba cuatro meses en esta zona de Caquetá , trabajando en los procesos de reincoporación de exguerrilleros y exguerrilleras de las Farc. Muñoz se movía constantemente entre San Vicente del Caguán y el lugar de agrupamiento de los exmilitantes de la antigua guerrilla, en el ETCR Óscar Mondragón, a unas seis horas de la cabecera municipal.

Hasta el momento no hay pistas ni indicios sobre quién o quienes están detrás de este homicidio, pero una cosa es clara: episodios como este y el asesinato selectivo a hombres y mujeres en proceso de reincorporación evidencian que la relativa tranquilidad que los Acuerdos de Paz le trajeron al país está en riesgo. Basta con observar dos cifras escalofriantes: desde la firma de los Acuerdos han sido asesinados 89 exguerrilleros (según las cuentas de la Farc) y 151 líderes sociales, como lo hemos reportado en nuestro contador.

El esposo de Gómez escribió en Twitter que “Viviana era una profesional integral, prudente y con mucha vocación. No es justo (…) Mi sueño es un país de bien, pero cada vez pierdo más la esperanza (…) Mientras sigamos pensando que el verdadero problema es definirnos como buenos o malos, de derecha o izquierda, seguirán pasando este tipo de situaciones”.  Otro tuitero dijo lo siguiente: “Es injusto que las personas que trabajan por un mejor país tengan que pagar con sus vidas la construcción de la paz”.

Lo que nos dijeron en la zona 

Dos zonas de reagrupamiento para excombatientes se establecieron en el departamento de Caquetá: Miravalle (llamado ahora ETCR Óscar Mondragón) y La Montañita (llamado ahora ETCR  Héctor Ramírez). Sobre las bandas criminales en la zona, se sabe que están las Águilas Negras y Los Rastrojos y, además, hace presencia una parte de la antigua columna Teófilo Forero de las Farc. 

El lugar donde encontraron el cuerpo de Gómez fue en la vereda Minas Blancas, que está a 50 kilómetros del ETCR Óscar Mondragón, donde hay presencia permanente de instituciones del gobierno que acompañan a los excombatientes en su proceso de reincorporación incluyendo, por supuesto, al Ejército.

Viviana Muñoz estaba en una lugar cercano a la cabecera municipal de San Vicente del Caguán, muy lejos de la zona segura del ETCR. De donde se encontró al cuerpo hasta el ETCR hay más o menos 11 horas a pie, o cuatro en carro por una carretera con no menos de 10 retenes del Ejército. Los retenes y la fuerte presencia militar en la zona no son casuales: un capitán del Ejército encargado de la seguridad en la zona nos dijo hace unas semanas, en toda la salida del ETCR, que “si se va hacia arriba hay peligro. Si se va hacia abajo hay peligro. La carretera es el camino más seguro”.

Distintos habitantes de San Vicente del Caguán (exguerrilleros y personas no afines a la Farc) coinciden en que luego de que se firmara el proceso de paz y los guerrilleros se concentraran, las tierras y pueblos que antes ocupaban quedaron vacíos y luego fueron ocupados por otros actores. Según un habitante de San Vicente del Caguán que nos pidió no revelar su nombre, en las zonas del Caquetá que las Farc dejaron vacías ahora hay economías ilegales de narcotráfico, minería ilegal, extorsión, tráfico de madera y corredores para transporte de armas y mercancías ilegales. En la misma carretera desde San Vicente hasta el ETCR se ven cultivos de coca sobre montañas, a lado y lado de la vía.

Aunque, reiteramos, no está confirmado quién o quiénes fueron los autores del asesinato o por qué razón lo hicieron, las condiciones de la zona y el trabajo de la psicóloga con exguerrilleros de las Farc pudieron hacer que ella “incomodara a alguien en la zona, a alguien con poder para hacerla desaparecer y que lo hizo”, opinó nuestra fuente en San Vicente del Caguán.

Las pesadillas de Caquetá 

En los últimos 20 años, Caquetá ha sido un terreno de disputa entre diferentes grupos armados ilegales por el control del negocio del narcotráfico y sus cultivos. Las dinámicas del conflicto armado y la economía ilegal hicieron que el departamento tuviera una de las tasas de homicidio más altas del país, fuera el sexto lugar más afectado con desplazamiento forzado y el tercer departamento con mayor número de minas antipersona. Esto sin mencionar las condiciones precarias de bienes, servicios e infraestructura.

El informe de “Caquetá: Memoria y Conflicto” del Centro Nacional de Memoria Histórica , cuenta que las Farc llegaron al departamento por ser una de las regiones desprotegidas del Estado y se convirtieron en “la única fuerza reguladora del orden social”. Desde comienzos de los ochenta empezaron a controlar las zonas de cultivo, prohibieron el consumo de bazuco, determinaron los salarios para raspadores de coca y obligaron a mezclar los cultivos ilegales con otros legales.

Más adelante, según el informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) “Conflicto armado en Caquetá y Putumayo y su impacto humanitario”, las Farc empezaron a transformarse a raíz de las conversaciones de paz en La Habana. El Bloque Sur de las Farc, que tenía la mayor presencia en el Caquetá, se preparó en 2013 para recibir el “Plan de Espada de Honor II” propuesto por Juan Manuel Santos, que buscaba aumentar la presencia militar en diferentes zonas, entre estas Caquetá. Las Farc necesitaban mantener la cohesión y la organización de los frentes mientras se llevaban a cabo los diálogos de paz. Uno de los resultados, por ejemplo, fue el repliegue de la columna móvil Teófilo Forero liderada por ‘El Paisa’.

Hoy, las disidencias de las Farc son una de las principales preocupaciones para los habitantes de este departamento. “Geográficamente, las disidencias de las FARC se pueden agrupar en dos macro-regiones: 1) la Oriente y Sur, que contiene el sur del Meta y Caquetá, el eje Sur de Meta-Guaviare-Vaupés-Guainía, y el eje Guaviare-Guainía-Vichada-Arauca, Putumayo y Arauca; y 2) la Occidente, con Nariño, el casco urbano de Tumaco y el norte de Cauca. De igual manera, están algunos casos de disidencias en evolución: frentes 18 y 36, en Antioquia, y la Columna Teófilo Forero en Caquetá”, concluye la FIP.