Este departamento de la región Amazónica de Colombia ha salido a las calles desde el 28 de abril. La mayoría de la población, que es indígena, se ha movilizado para exigir la protección de sus derechos fundamentales. Por ahora, lograron la salida de una persona del gabinete departamental.
*Esta publicación hace parte del especial ‘El Paro Nacional también es indígena y afro: así se protesta en Mitú, Inírida, Quibdó y Buenaventura’
“Este es el momento de ganar espacios, de continuar con los liderazgos. Y me atrevería a decir que el espacio de Paro inició por las mujeres, pues somos nosotras quienes le hemos dado fuerza”, dice Lorena, lideresa afro de Vaupés, cuyo apellido le pidió a PACIFISTA! no publicar. Para ella es histórico lo que está sucediendo en Colombia, en su departamento, y el que cientos de personas se hayan sumado a las movilizaciones desde el pasado 28 de abril.
Dayra Góngora, lideresa indígena de Vaupés, también reconoce el trabajo de las mujeres en medio del estallido social regional y nacional. Es indígena Cubea, una de las comunidades que vive en el departamento, la mayoría en Mitú. También hace parte de un colectivo departamental de mujeres indígenas que se creó el año pasado y que apenas está organizándose, según le contó a PACIFISTA!
En medio del Paro Nacional, sostuvo esta representante, la gente empezó a movilizarse por necesidades y reclamos “que habían reprimido durante mucho tiempo”. Primero pidieron la renuncia de Andrei Alexánder Díaz Solano, de la Secretaría Jurídica de la Gobernación, pues de acuerdo con ella, esa era la única forma de dialogar con la administración departamental, en cabeza de Eliécer Pérez Galvis. Luego de días de movilización lo lograron.
“Él tenía actitudes discriminatorias con la gente y en la toma de decisiones nunca fue una persona que estuviera del lado del pueblo”, denunció Góngora. En eso coincide Lorena, para quien Díaz Solano rompió compromisos que en administraciones anteriores se habían pactado en beneficio de la comunidad y particularmente, de las y los docentes, gremio del que ella hace parte.
De acuerdo con esta vocera de las negritudes en Vaupés, que la protesta haya logrado el retiro de una persona del gabinete departamental le dio al pueblo una opción de diálogo y unión. Ahora deben sentarse con las administraciones para hablar sobre peticiones puntuales de la comunidad.
A nivel general, explicó Góngora, están solicitando oportunidades laborales en igualdad de condiciones para todas las personas que viven en Mitú y en otras zonas de Vaupés. Frente a la educación, piden mejores condiciones en infraestructura, “porque los colegios se están cayendo y no vemos ninguna gestión por parte de las administraciones”. Y en temas de salud, exigen que se garantice la cobertura en áreas rurales, algo que no sucede en este momento.
Siete de cada diez personas en Vaupés son indígenas, según el más reciente censo de población y vivienda del DANE. En todo el territorio, que tiene un poco más de 54.000 kilómetros cuadrados, hay 44.712 habitantes, de los cuales 30.787 pertenecen a una comunidad indígena.
En el departamento, solo cerca de 6 de cada 10 personas están afiliadas al sistema de salud. En Mitú la cobertura es un poco más alta, pues 7 de cada 10 habitantes tienen afiliación, la mayoría al régimen subsidiado, según cifras del Ministerio de Salud.
El panorama de educación es aún más complejo: en Mitú, donde los datos son un poco más alentadoras que en Vaupés, apenas el 54% de niños, niñas y adolescentes está matriculado en instituciones educativas, una situación que empeora a medida que avanzan los cursos. En educación primaria, la cobertura neta es del 55,8%; de secundaria es del 34,13% y de los grados 10° y 11 del 15,2%, de acuerdo con el Ministerio de Educación.
En este contexto, los sindicatos de educadores exigen mejores condiciones para poder cumplir con su trabajo. Y si se tiene en cuenta que la mayoría de la población es indígena, desde las organizaciones indígenas exigen que se cumpla el compromiso de que, tal como está planteado en la política pública del Sistema Educativo Indígena Propio (SEIP), sean los pueblos indígenas los encargados de prestar ese servicio y garantizar una educación integral a estudiantes.
“Se hacen contratos en nombre del SEIP, pero no se articula trabajo con las organizaciones. Los pueblos indígenas pedimos la reivindicación de nuestros derechos. Nuestra lucha ha rendido sus frutos y por ello tenemos derecho a una atención diferencial y educación y salud, pero la administración no lo ha reconocido”, denunció Góngora. Agregó que hay otros derechos fundamentales que se siguen violando, como el de la consulta previa.
En medio de una población tan diversa, en el departamento también hay una minoría: la población negra, mulata o afrocolombiana. Según el DANE, hay 270 personas afro en todo Vaupés, pero para Lorena son muchos más. Solo en Mitú, dijo, son cerca de 300 hombres y mujeres, por lo que una de las peticiones de las negritudes es que se corrija el último censo. También solicitan que se implemente un capítulo étnico en Vaupés.
La respuesta institucional no ha sido violenta en la zona, como sí ha sucedido en otras partes de Colombia. Por ahora, las dos voceras respaldan las peticiones nacionales del Comité de Paro y aplauden que en Mitú y todo Vaupés el estallido social esté teniendo logros. “Vaupés despertó”, sostuvo Lorena.
