La población pospenada es olvidada o invisibilizada en Colombia. El proyecto Tu Libro a Ciegas les está dando una segunda oportunidad.
Llega un paquete a tu casa, tiene un libro adentro. No sabes cuál es, no sabes de qué se trata. Pero sabes que el libro fue especialmente elegido para ti y fue empacado por una pospenada. Es decir, una persona que meses atrás estaba en la cárcel y logró cumplir su pena para luego reincorporarse a la sociedad. El libro viene con una dedicatoria, tienes claro que ese libro ha estado en otras manos, pero con el tiempo, entiendes por qué está en las tuyas.
Así funciona Tu Libro a Ciegas, la iniciativa que nació hace poco más de un año y que, según tus gustos y al mejor estilo de Tinder, te manda en “una cita con el libro que te cuadra perfecto”, me contó Manuela González, la encargada de toma de decisiones en este proyecto. A través de una encuesta, Manuela conoce qué tipo de persona eres y qué libro podrías necesitar para este momento de tu vida.
El libro pasa a manos de dos mujeres, ambas recién salidas de la cárcel Buen Pastor. Con respecto a ellas, Manuela, que es psicóloga y les da a las pospenadas atención psicosocial en su transición a la vida civil, me cuenta que “ambas tienen una historia de vida durísima: consumo de drogas desde muy pequeñas, terminaron delinquiendo porque lastimosamente el contexto las llevó a eso. Una de ellas estuvo viviendo en la calle pero ahora está construyendo una casa de latas y la estamos ayudando con eso”.
Cuando Tu Libro a Ciegas tiene varios pedidos acumulados, llaman a las mujeres a que tengan una jornada de empacado. Ese día, les dan almuerzo y les ayudan en lo que pueden, les pagan 2.000 pesos por libro y en un solo día alcanzan a empacar 50 libros. En los días que no trabajan en Tu Libro a Ciegas, se dedican a vender dulces en Transmilenio. Al final, el día de empacado es una forma de ayudar a las pospenadas económicamente para cubrir sus necesidades básicas mientras consiguen un trabajo más estable.
Ambas tienen hijos y esposos, viven con 20.000 pesos diarios si les va bien. Además, después de un tiempo de reclusas en la cárcel, “tienen cosas por mejorar para poder trabajar en atención al cliente como meseras, o vendedoras”, me cuenta Manuela desde la Casa Libertad, la casa del Inpec donde trabaja y le hace acompañamiento psicosocial a aquellos que salieron de la cárcel, “las personas creen que porque alguien pasó por la cárcel es malo per se, lo cual es fácil de desmentir si se les da la mano”, concluye.
Por esto, a Manuela se le ocurrió la idea de incluir a esta población en la iniciativa de Tu Libro a Ciegas, porque conoció a un ex recluso “muy habilidoso que tenía que dormir todas las noches en esos camarotes compartidos del distrito, le costaba 6 mil pesos la noche. Si no los tenía, tenía que dormir en la calle. Entonces con 6 mil pesos, que para mi son un café y una empanada, para él significaba dormir, o no, en la calle. Finalmente él se fue a una fundación de adultos en condición de habitabilidad de calle, pero las otras dos mujeres tienen historias difíciles también”.
Así pues, el proyecto quería darle una oportunidad a aquellos pospenados que fueran buenos para las manualidades. Y así, si la compañía sigue creciendo, poderles dar un trabajo más estable y diario.
En cuanto a los empaques, los diseñó Myriam, la mamá de David Rodríguez, el creador de este proyecto. Quería usar un papel rústico que se pudiera reciclar y reutilizar, le ponía un sello en una esquina con temas ambientales: un árbol, unas flores o un pájaro. Ahora, el papel ha cambiado un poco. Los papeles van a tener dentro semillas de rosas y girasoles para sembrarlos. Además, quieren que sean las mujeres de El Buen Pastor las que hagan el papel artesanal reciclado.
El papá de David, después de muchos años de comprar libros, dejó de tener espacio en su casa para ellos y las librerías empezaron “a ser muy estrictas con las donaciones, pedían muchos papeles”, me contaba Myriam por teléfono. Entonces David le quiso dar una segunda vida a los libros de una manera diferente, así fundó el proyecto. En principio, David se reunía con cada persona a explicarles por qué había elegido ese libro para la persona: “la gente se sentía contenta, se sentían bien con el libro que habían elegido, el proyecto fue creciendo y evolucionando”, recuerda Myriam.
Hasta ahora, el proyecto ha entregado más de 800 pedidos. Entonces el proceso para recibir uno va así: llenas la encuesta que encuentras en Facebook e Instagram. Manuela te contacta vía WhastApp cuando tu libro ya esté elegido y te pide una donación de mínimo 10.000 pesos, que es lo que les cuesta empacar el libro. El resto del dinero es voluntario. Para esto tienes una semana. Luego llega el libro a tu casa, empacado por las pospenadas y con una dedicatoria personal.
“¿Qué ganas con esto, Manuela?”, le pregunté en Casa Libertad, “gano muchísimo. Es un proyecto muy lindo que abre muchas oportunidades y conozco a la gente desde un punto de vista bastante distinto, también conozco diferentes realidades del país porque me escriben personas de un pueblito remoto en la mitad de la nada, llena la encuesta y me entero de como viven. Además se incentiva mucho la lectura, a veces hay beneficio económico para mi, pero yo nunca lo hice por plata”, concluye la psicóloga.
De hecho, este tipo de proyectos que son, en su mayoría, voluntarios, no se encuentran casi en Colombia. Apenas siete personas hacen parte de Tu Libro a Ciegas y buscan incluir a la mayor porción de pospenados posibles porque, según Manuela, esta es una población “con muchas necesidades y la gente los juzga muchísimo, o peor aún, los ignora”.
Si quieres que te pongan una cita a ciegas con un libro que te cuadre perfecto puedes revisar su Facebook acá y si quieres pedir un libro para ti, pídalo acá. Asimismo, si quiere donar libros que tenga guardados llenándose de polvo, siempre serán bienvenidos en la casa A Ciegas.