‘Queremos reconciliarnos con las Farc frente al Papa’: vocera de víctimas del Nogal | ¡PACIFISTA!
‘Queremos reconciliarnos con las Farc frente al Papa’: vocera de víctimas del Nogal
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‘Queremos reconciliarnos con las Farc frente al Papa’: vocera de víctimas del Nogal

Mario Zamudio Palma - abril 7, 2017

Bertha Fries firmó el documento en el que esa guerrilla se compromete a decir la verdad y a reconocer responsabilidades por la bomba de 2003

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Todavía no hay fecha para el acto de perdón, pero las Farc ya se comprometieron a reconocer el atentado del Nogal. | Foto: Archivo Particular

Bertha Fries todavía recuerda el silencio. El silencio que siguió al estallido de la bomba que el 7 de febrero de 2003 mató a 36 personas y dejó más de 200 heridos en el club El Nogal del Bogotá. Ocho años y medio le tomó recuperarse de la experiencia porque, según sus propias palabras, se convirtió en una “paciente de guerra en el peor estado de posestrés”.

Cuando finalmente se sintió tranquila, Fries salió a buscar a sus victimarios. Desde noviembre de 2016, se ha reunido varias veces con miembros de las Farc para iniciar un proceso que les permita a ella y a otras víctimas de ese atentado conocer la verdad y empezar el camino de la reconciliación.

Como parte de ese esfuerzo, el pasado miércoles se reunió con el comandante Carlos Antonio Lozada para firmar un documento en el que las Farc se comprometen a pedir perdón y, sobre todo, a contar exactamente qué pasó hace 14 años en El Nogal.

En entrevista con ¡Pacifista!, Fries dijo que siente hoy que su deber está cumplido y que espera que la visita del Papa, programada para el próximo septiembre, sirva para sellar este proceso de verdad y reconciliación.

¿Cómo se sintió cuando logró hacer a las Farc firmar un documento para comprometerse a pedir perdón y a decir la verdad sobre el atentado en El Nogal?

Me sentí con el deber cumplido. Logré una meta, pues este era uno de los resultados que esperaba. Llevo cinco años con el sirirí de que las Farc me digan la verdad y pidan perdón, y ahora siento que tengo un papel que dice eso. Ese documento me llena de optimismo y me hace sentirme muy contenta. Para ellos también es importante, así lo han manifestado.

¿Por qué?

Yo estuve en noviembre en La Habana y me reuní con casi todos los comandantes de las Farc. Me senté durante seis horas con Iván Márquez para tratar de construir un documento. Comenzamos a elaborar ideas en una conversación muy amable, y esto se convirtió en un proceso orgánico, coordinado y tranquilo. Todas las ideas que llevé a La Habana fueron aceptadas y se convirtieron en el inicio de algo que se materializó esta semana.

¿En qué actitud encontró a Carlos Antonio Lozada?

El encuentro no fue nada difícil. Yo llevo ocho años y medio incapacitada, hice un proceso de recuperación y de encontrarme y revisar a fondo. De estar en la soledad, en las angustias y en las tinieblas. Hace cinco empecé a encontrarme con víctimas y victimarios, y eso me ayudó a sanar. Encontrarme con las Farc fue normal, no me pasó nada, no me palpitó el corazón, no me salieron lágrimas. Fue un proceso muy tranquilo.

¿Esa tranquilidad significa que usted ya comenzó un proceso de reconciliación con ellos? 

Cuando uno está en el infierno, piensa muchas cosas, pasa por fases muy complicadas que le ayudan a repensar la vida. Mi mejor sanación fue encontrarme con víctimas y reinsertados, dos orillas opuestas. Ellos me pedían escuchar sus historias, historias de por qué habían entrado a la guerra. Si al año del accidente yo hubiera ido a La Habana, hubiera dejado a los guerrilleros como los dibujitos animados: en tiritas.

¿Cómo abandonó el odio y decidió darles una oportunidad?

Primero estuve muy acompañada por mi marido. Si no hubiera sido por él, no habría salido adelante. Cuando se descubrió que yo era un paciente de guerra en estado de posestrés y me comenzaron a trabajar, eso me ayudó mucho. También encontrarme con victimarios de todos los bandos y darme cuenta de que ellos también son víctimas me ayudó mucho al proceso de sanación.

¿Ya los perdonó?

Sí. No podría haberme sentado con ellos con tranquilidad. Ahora les tomo del pelo, les digo barbaridades porque soy irreverente. Pero me siento tranquila cuando me siento con ellos y eso ayuda mucho en ese proceso. Estoy con el alma tranquila.

“Si al año del accidente yo hubiera ido a La Habana, hubiera dejado a los guerrilleros como los dibujitos animados: en tiritas”

Debe haber víctimas de El Nogal que no están tranquilas. ¿En qué les puede ayudar el acto de verdad y perdón de las Farc?

Yo no tengo una bola de cristal, pero cuando uno tiene el victimario al frente puede haber muchas reacciones. Hay gente que les dice barbaridades, con razón, y hay gente que está en otra película. No sé qué va a pasar ese día. Unos pueden aceptar, pasar la hoja. Otros definitivamente se van a quedar con el odio. Sentir odio no sirve, destruye la salud y el pensamiento. Es un desastre.

¿Cómo se imagina el acto? ¿Ya saben cuándo y dónde va a ser?

Lo que más queremos es que el Papa esté presente. No porque seamos nosotros los de El Nogal, es porque podemos mandarles un mensaje al país y a la humanidad: víctimas y victimarios al frente, pidiendo perdón, reconciliándose delante del Papa. Eso tiene que calarle a todo el mundo. Queremos hacer un switch del odio hacia otro estado más constructivo.

¿Las Farc están de acuerdo con esta iniciativa?

Ellos conocen nuestra idea. Si lo logramos, ellos son conscientes de lo bueno que va a ser. Sin embargo, no queremos que este sea un acto político sino un evento de conciliación, de revisión, de tranquilidad.

Muchas víctimas de las Farc se han opuesto a los acuerdos de paz. ¿Usted está de acuerdo con esta negociación?

Lo único que no me gusta, y lo he dicho públicamente, es que los jueces no sean internacionales, de tal manera que no hubiera posibilidades de influencia o rosca. Sin embargo, el acuerdo de paz es un instrumento para la verdad, la justicia, la reparación y la reconciliación.