La blogger y escritora Vanessa Rosales da consejos a los diseñadores que se han inspirado en el cese de la guerra.
Balas como aretes, tejidos artesanales y camisas blancas: así es la moda después de la guerra. Tanto las víctimas como los diseñadores tradicionales han volcado sus ojos hacia el legado del conflicto y lo han transformado en prendas y accesorios. Más allá del aporte de esas iniciativas de construcción de paz, ¿realmente qué tanto aportan a la moda colombiana? ¡Pacifista! habló con la reconocida blogger y escritora Vanessa Rosales, una experta en el tema, quien resolvió ese interrogante y analizó detenidamente cuatro propuestas fashionistas nacidas de la violencia ancestral del país.
1. Cleiner Cabadías
Cleiner fue desplazada de Bojayá. Recientemente, sus diseños llegaron a las pasarelas de Milán.
Según Vanessa
Lo bueno: “Yo creo que ella está tratando de hacer una interpretación de lo que podría ser conocido como alta moda, hay una aspiración a la elegancia, el progreso y esas prendas para la noche. también siento que Cleiner juega mucho con el imaginario popular colombiano y todo lo relacionado con los reinados. Sus piezas reflejan mucho esto”.
Lo malo: “No me disgustan, pero hace falta mucho trabajo, en especial en los materiales. Ella tiene que optimizar la materia prima, es decir, el movimiento de la tela, como se ve en el cuerpo, entre otras cosas”
Un consejo: “Le diría que trabaje en el concepto, que piense en su definición, en su historia y que ésta se vea reflejada en los diseños. Además, que haga el ejercicio de pensar en cómo puede adaptar ese contexto que ella vivió y transformarlo para que otras mujeres del mundo también se sientan identificadas”.
2. Sebastián Jaramillo
Jaramillo es un reconocido joyero. El joven se inspiró en las armas y lanzó una colección de accesorios fabricadas con municiones de guerra.
Según Vanessa
Lo bueno: “Me gusta que son balas, o parecen balas. Hay una bonita sublimación generada a partir de un objeto que tiene una misión tan específica como asesinar o dañar y cómo de ese elemento brotan piezas bonitas y delicadas. Me recuerda un poco esas imagenes de los movimientos civiles de Estados Unidos en 1960 y a las chicas que metían flores en las armas de los policías”.
Lo malo: No hay mucho que me disguste. Quizás habría que hacer algo más especial y explorar más para no caer en los mismos accesorios de siempre.
Un consejo: Lo invitaría a revisar cómo puede hacer más elementos diferenciadores, pero a mí la verdad me gusta mucho.
3. María Dora Sánchez
Esta antioqueña salió huyendo de Ituango (Antioquia) tras el asesinato de sus tres primos. Después de su salida de ese municipio, se capacitó y se convirtió en una reconocida diseñadora.
Según Vanessa
Lo bueno: “Siempre hay algo encantador en el negro: Es una pieza extraordinaria que retiene un encanto más allá del tiempo, se nota que está tratando de interpretar la elegancia de ese vestido en la mujer local y que le habla a quienes quieren mostrar su cuerpo”.
Lo malo: “Tal vez es un poco literal la interpretación. Yo pienso que ella podría explotar mucho más sus vivencias y utilizar sus prendas para hacer propuestas más sorprendentes. Su diseño es un poco predecible”.
Un consejo: “Volvemos al tema de los materiales: hay que mejorar siempre la calidad. También le diría que busque formas un poco más fantasiosas de expresarse a través de las prendas”.
4. Paz Wear
¿Se acuerda de los letreros de C.P Company en las carreteras del país?, se trata de la misma marca textil. No obstante, sus dueños decidieron contribuir a la paz y reinventaron la empresa para dar empleo a cientos de víctimas del conflicto armado. Hoy en día cuentan con varios diseños y prendas que simbolizan el tránsito de Colombia a la reconciliación.
No es alta costura; más bien le habla a las mujeres del común. Son prendas asequibles a muchos públicos y la producción se hace en mayor cuantía.
Según Vanessa
Lo bueno: “Son prendas muy casuales y deportivas y tienen un corte mucho más comercial que las colecciones que vimos anteriormente. Siempre he creído que la ropa blanca es un acierto, además parecen prendas muy cómodas”.
Lo malo: “Es muy literal el tema de la paz y eso no es algo que me agrade en lo absoluto. Es más, me parece un poco oportunista esa literalidad en un contexto tan complejo como el que vivimos en Colombia durante la guerra. Falta capacidad de interpretación en estos diseños”.
Un consejo: Hay que buscar otras formas de transmitir. Mi consejo es simple: No usen más la palabra ‘paz’, ni las siglas.