Hablamos con la organizadora de la marcha y con dos congresistas del Centro Democrático para entender por qué saldrán a las calles.
Este 2 de abril el uribismo saldrá a las calles. El expresidente y senador Álvaro Uribe, el ex vicepresidente Francisco Santos y buena parte de la bancada de ese partido en el Congreso han dicho que se manifestarán contra la inseguridad, el hambre, “el desplome de la economía”, la crisis de la salud, la corrupción y el desempleo. Sin embargo, uno de los temas centrales de la movilización es el proceso de paz que el Gobierno y las Farc adelantan en La Habana.
En Twitter los usuarios se han enfrentado con los hashtags #2DeAbrilALaCalle y #2DeAbrilNoMarcho para promover o criticar la jornada de protestas, que se llevará a cabo en 23 ciudades de Colombia y en Estados Unidos, Canadá, Chile, España e Inglaterra. El pulso gira alrededor de la paz.
En la discusión ha participado Martín Santos, hijo del Presidente, quien en su cuenta de esa red social ha compartido señalamientos contra los organizadores por, supuestamente, pagar para que la gente asista a la marcha. También se ha dicho que bandas criminales impulsan la jornada en las regiones, toda vez que ha circulado un panfleto firmado por las Águilas Negras en el que se invita a la movilización para “evitar que terroristas destruyan nuestro orden democrático”.
Ambos temas han generado rechazo en el comité organizador, que asegura que se trata de una campaña de desprestigio, que está en riesgo su seguridad y que desde distintos sectores se intenta estigmatizar a la oposición. Hablamos con tres promotores de la marcha para conocer por qué saldrán a las calles.
Claudia Bustamente, organizadora
Claudia Bustamante es la empresaria de Medellín que en febrero empezó a proponer en redes sociales una marcha contra el Gobierno. Durante 12 años dirigió la distribución y comercialización en Colombia de la prestigiosa casa de modas Calvin Klein y, según ella, no está afiliada a ningún partido político ni ha tenido contratos con el Estado.
Claudia dice que “la marcha es contra el desgobierno de Juan Manuel Santos, quien tiene descuidada a Colombia”. Esos “descuidos” tendrían que ver, según ella, con el estado actual de la economía: “la gente va viendo que no le rinde la plata para el mercado, que al campesino no le da para pagar su crédito agrario, que el dólar está por las nubes y por eso no puede viajar a conocer a Mickey Mouse o mantener su estilo de vida. Eso ha generado preocupación”.
Por eso, asegura que “nadie puede decir que esto es una cosa exclusivamente del Centro Democrático o de Álvaro Uribe, porque el descontento es generalizado”.
Sobre las opiniones que han circulado en redes sociales según las cuales la movilización es “contra la paz”, Claudia señala que “eso no es cierto, porque yo misma quiero la paz para mi hija. Lo que pasa es que el Presidente se dedicó a complacer al terrorismo, y así no va a haber paz”.
Respecto a los señalamientos de pagos de dinero o participación de grupos criminales, opina vehemente que “son irrespetuosas, incendiarias e irresponsables. Aquí hay gente que dice apoyar la paz y la reconciliación, pero trata a los opositores de delincuentes”.
Federico Hoyos, representante a la Cámara por el Centro Democrático
Federico Hoyos es uno de los congresistas más jóvenes del Centro Democrático y uno de los líderes políticos que ha promovido la marcha en Antioquia. Hoyos niega que la protesta sea “contra la paz”. Según él, “decir que esta marcha es en contra de la paz es de un simplismo que insulta la inteligencia. ¿Quién no quiere la paz? Lo que pasa es que aquí nos vendieron la idea de que la paz está en La Habana, lo cual no es cierto”.
En su concepto, “lo malo no es la paz. Lo que es malo es que hayan aumentado los cultivos ilícitos y la inseguridad en las ciudades, que las Farc hayan pasado de ser un grupo terrorista a ser un grupo con vocería política nacional e internacional, que se les vaya a dar participación política a criminales de lesa humanidad, que se hagan los cambios de la política agraria con las Farc y no con los campesinos, y que haya ambigüedad sobre el tema de las armas”.
Otras razones para marchar son, según él, “la crisis económica creciente”, la corrupción, la “constante persecución judicial contra el uribismo”, la forma como el Estado ha defendido las fronteras y “el descuido frente a los gremios y los sectores sociales”.
Hoyos dice que la movilización no es de uribistas, sino de distintos sectores sociales y políticos, y rechaza tajantemente los señalamientos sobre supuestas relaciones entre los marchantes y bandas criminales, acusación que se ha exacerbado por el paro armado que mantiene el Clan Úsuga en distintos departamentos del país.
Insiste en que “no aceptamos que se sugiera irresponsablemente por parte de personas con intereses políticos que hay una similitud entre una cosa y la otra. Eso es totalmente falso. Revisen las hojas de vida, los pasados judiciales y la vida pública de los militantes del Centro Democrático que estamos en el Congreso, a ver si tenemos algún tipo de laxitud con los criminales que están haciendo este paro”.
Tatiana Cabello, representante a la Cámara por el Centro Democrático
Tatiana Cabello es representante a la Cámara por Bogotá. En su opinión, “esta no es una marcha partidista; es de la sociedad civil, de muchos colombianos que están inconformes con la manera en que Juan Manuel Santos está administrando el país”.
Sobre sus razones para asistir a la movilización, dice que “no se trata sólo del proceso de paz. Este ha sido un gobierno derrochón, que se le olvidó que aparte de la paz hay un país que sigue adelante y que tiene que comer, vivir y trabajar”.
Respecto a la negociación con las Farc, asegura que “nosotros sí queremos la paz, pero una paz con justicia, transparente y por encima de la mesa, porque nos parece que el Gobierno ha cedido demasiado”.