Se presentaron dos enfrentamientos entre el ESMAD y los estudiantes en Bogotá. Ministerio de Defensa dice que fue una "jornada tranquila".
Desde las 10 de la mañana, en diferentes ciudades del país comenzaron a despejarse las vías para darle paso a estudiantes, trabajadores, pensionados, médicos y en general a todas las personas que están inconformes con las medidas que ha tomado recientemente el gobierno de Iván Duque. A diferencia de movilizaciones anteriores, esta vez no hubo confrontaciones prolongadas. En Bogotá, Medellín y Bucaramanga, se registraron altercados con integrantes del ESMAD que no pasaron a mayores. A nivel nacional, la movilización alcanzó a convocar cerca de 50.000 personas en 12 ciudades capitales, según estimaciones por los reportes de medios. En Bogotá salieron por lo menos 20.000.
Quizás lo más importante de esta movilización nacional es que dejó ver un panorama más completo frente al inconformismo. En Medellín, por ejemplo, fueron protagonistas las madres comunitarias, quienes llevan exigiendo medidas de formalización laboral durante los últimos 30 años. Marchando al lado de los estudiantes estuvieron diferentes grupos de personas respaldando a Gustavo Petro y al movimiento de la Colombia Humana, principalmente en Barranquilla.
En Bogotá, los estudiantes fueron protagonistas y pusieron, una vez más, sobre la mesa sus exigencias: un aumento de 4 billones de pesos para la educación superior, la cual tiene un déficit de 18 billones de pesos. Por otro lado, en Cali se sintió la protesta de los movimientos indígenas, críticos del plan de seguridad de Duque y de sus propuestas para modificar el Acuerdo de Paz con las Farc. En esta ciudad, así como en las otras capitales del país, se escucharon arengas en contra del fiscal Néstor Humberto Martínez por el escándalo de Odebrecht. “¡Fuera Carrasquilla!”; “¡Fuera Martínez!”, gritaban.
En la Plaza de Bolívar, en Bogotá, marcharon partidos políticos como el Polo Democrático y Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC). Los sindicatos de trabajadores – en particular la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) – fueron los primeros en llegar a la plaza. Además de apoyar a los estudiantes, criticaron las reformas tributaria y judicial. Los sindicatos trabajadores, por ejemplo el de la Fiscalía, hicieron énfasis en las precarias condiciones laborales y solicitaron medidas al respecto. Después del mediodía, cuando las organizaciones sociales se concentraron en la Plaza, una lluvia torrencial detuvo la protesta.
El senador Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático, nos dijo que en Colombia existe “una indignación muy grande por decisiones que ha tomado Duque, como atornillar a Carrasquilla a pesar de sus actos de corrupción. El fiscal también tiene al país muy irritado, y se sabe públicamente que Duque lo apoya. La reforma tributaria también ha generado una indignación descomunal. La protesta ciudadana es una conquista democrática y Duque no la puede criminalizar”.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, en todo el país “predominó la tranquilidad”. Si bien es cierto que fue una jornada pacífica, también se registraron denuncias por abusos de la autoridad y detenciones ilegales. Estas denuncias provenían, principalmente, de Medellín y Bogotá, donde las autoridades desplegaron varios operativos para impedir que se bloquearan las calles.
Algunas confrontaciones
En Bogotá, después de la lluvia torrencial, se presentaron enfrentamientos entre el ESMAD y los manifestantes. El primero se registró en la Avenida 68 con calle 80. Después de ocho, diez y catorce días caminando, los estudiantes de Risaralda, Cauca y Caquetá se encontraron en el parque San Antonio, al occidente de Bogotá, cerca al Portal de la 80. Con inconformidades acumuladas, se manifestaron pacíficamente junto con profesores y varios sindicatos . El ambiente en este lugar estaba tranquilo hasta que llegaron los antimotines.
Muchos manifestantes criticaron al fiscal Néstor Humberto Martínez tras el debate que se presentó el martes pasado en el Congreso. Otros hablaron sobre la Ley de Financiamiento y, en general, el tema de la educación fue prioritario. Los lideres de cada grupo llamaban a lista para saber que todos llegaron bien al espacio de concentración “tribu 1”, decía un estudiante con pañoleta roja en el cuello. Las arengas llenaban el lugar, los estudiantes no pararon de cantar, con un único objetivo de ser escuchados por un gobierno que ha callado.
Cuando llegaron los manifestantes, los agentes antidisturbios trataron de dispersarlos con balas de goma y gases lacrimógenos. En la rotonda de la calle 80 con carrera 30 hubo otra confrontación que detuvo por una hora la operación de los buses de Transmilenio. Según la Policía, los estudiantes de la Universidad Pedagógica tomaron otro rumbo, no autorizado, y por eso se presentó la confrontación. Los estudiantes, no obstante, señalan que estaban marchando de manera pacífica.
En Timiza, localidad de Kennedy, también se presentaron enfrentamientos con el ESMAD. Un numeroso grupo de estudiantes, el cual se dirigía hacia la Universidad de Bosa, fue atacado por agentes antimotines por, supuestamente, obstaculizar las vías. Con gases lacrimógenos y bolillos dispersaron la manifestación. En este episodio hubo heridos (la Secretaría de Salud no ha precisado cuántos) los cuales en su mayoría que fueron trasladados al Hospital de Kennedy. En la Universidad Industrial de Santander (UIS), algunos encapuchados lanzaron papa bombas, lo que generó una confrontación que no se prolongó.
En el transcurso del día, el presidente Iván Duque se refirió pocas veces al paro. Estuvo hablando sobre economía naranja, turismo, y sobre las manifestaciones dijo lo siguiente: “Garantizaremos el derecho a la protesta, pero también la tranquilidad de la ciudadanía. No podemos admitir violencia ni vandalismo”. Sobre los problemas de fondo, como lo ha hecho antes, mantuvo el silencio.