Eliver Buitrago Rodríguez murió este domingo a manos de desconocidos. La comunidad bloqueó la vía para protestar.
La violencia contra los líderes sociales en el país no para. Este domingo, en Mesetas (Meta), desconocidos se acercaron a Eliver Buitrago, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Buenos Aires, le preguntaron su nombre y le dispararon tres veces. La policía del departamento confirmó el homicidio.
El de Buitrago es el tercer asesinato de miembros de movimientos sociales del Meta desde que comenzó la implementación de los acuerdos, el 1 de diciembre de 2016. El 3 de marzo de este año, las autoridades de ese departamento confirmaron la muerte de dos sindicalistas en “la finca Guayabetal, ubicada en la vereda Alto Gobernador del municipio de Mesetas”.
Según fuentes consultadas por ¡Pacifista! en ese momento, los hermanos Anzola militaban desde hace tiempo en el partido Comunista y eran beneficiarios de uno de los proyectos conjuntos entre la organización Cumbre Agraria y el ministerio de Agricultura. En un principio las autoridades dijeron que ellos habían intentado robar una finca, y que por eso los habían matado, pero estas mismas fuentes, y el comunicado posterior de la Policía, desvirtuaron esa información.
El secretario de Gobierno del Meta, Gerardo León Mancera, también confirmó la muerte de Eliver Buitrago. Este lunes, comerciantes y miembros de la comunidad protestaron por el asesinato del líder y bloquearon la vía principal de Mesetas. Tanto Eliver como los sindicalistas asesinados a principios de marzo “han sido reconocidos como líderes sociales en el departamento del Meta”, dijo Edilberto Daza, vocero del movimiento político y social Marcha Patriótica en esa parte del país.
Desde que comenzó la implementación de los acuerdos, desconocidos han matado a 29 dirigentes comunitarios en el país. Cauca, Antioquia y Cesar han puesto la mayoría de los muertos, mientras que la Fiscalía, si bien comenzó a investigar estos crímenes, no ha podido identificar los responsables.
Miembros de varios sectores sociales y partidos políticos de izquierda han denunciado que los perpetradores de estos homicidios pertenecen a bandas sucesoras del paramilitarismo. Sin embargo, el propio ministro de Defensa ha dicho que el paramilitarismo “no existe” y que los asesinatos de dirigentes sociales no son sistemáticos.