Los nóbeles de paz se despachan contra Donald Trump en Bogotá | ¡PACIFISTA!
Los nóbeles de paz se despachan contra Donald Trump en Bogotá
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Los nóbeles de paz se despachan contra Donald Trump en Bogotá

Staff ¡Pacifista! - febrero 2, 2017

Jody Williams y Rigoberta Menchú, entre otros líderes, calificaron su llegada al poder como una etapa oscura para el mundo y llamaron a luchar por la democracia.

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Acto de inauguración de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz en Bogotá. Foto vía @JuanManSantos

La Cumbre de Premios Nobel de Paz ha llegado, durante los últimos años, en fechas especiales para el mundo. En 2016, cuando el encuentro se realizó en Barcelona (España) el mundo aún trataba de entender el ataque perpetrado por tres hombres en la sala de conciertos Bataclan, en París (Francia). El atentado, que dejó más de 90 personas muertas, sumió a la sociedad francesa en un estado de crisis que duró varios meses.

Al mismo tiempo, la crisis de refugiados que abandonaron sus países —casi todos ubicados en el norte de África y en el mundo árabe— para buscar mejor suerte en Europa tomaba dimensiones globales y se convertía en un problema del primer orden para los gobiernos del mundo. En el encuentro de los nóbeles en Barcelona se planteó, incluso, la posibilidad de negociar con el grupo armado Estado Islámico.

“No hay argumento político, ni económico, ni religioso, que explique lo de París”, dijo Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, en el discurso de clausura de esa Cumbre. Para ella, las balas que asesinaron a los ciudadanos de París son las que matan en Siria, Líbano, Somalia o Irán, y por eso “es más necesario que nunca acoger personas que huyen de estas guerras”.

Ahora, un año después, Bogotá recibe la Cumbre con la esperanza de echar a andar los acuerdos de paz con las Farc y avanzar en las conversaciones con el ELN. “Somos una luz para el mundo”, dijo este jueves el presidente Juan Manuel Santos —galardonado el año pasado con el Nobel de Paz— en la instalación del evento.

Sin embargo, el planeta experimenta de nuevo una amenaza latente: la llegada a la presidencia de Estados Unidos del magnate Donald Trump. Su promesa de levantar un muro entre su país y México, los recortes presupuestales a ciudades estadounidenses que no persigan y deporten inmigrantes en situación irregular, y el más reciente bloqueo a ciudadanos de siete países musulmanes para entrar en territorio norteamericano han despertado la indignación de gran parte del mundo.

Los ganadores del Premio Nobel de Paz no han estado ajenos a esta nueva realidad y le dedicaron, en el primer día de conversaciones de la Cumbre, varios minutos al nuevo líder de uno de los países más influyentes del mundo.

Jody Williams ganadora del Nobel de Paz en 1997. Foto vía @onucolombia

“Es la antítesis de lo que el mundo necesita”

Una de las primeras laureadas en referirse a la llegada del banquero Donald Trump a la Casa blanca fue la norteamericana Jody Williams. La profesora, ganadora del Nobel de Paz en 1997 por su labor contra el uso de minas antipersona y bombas de racimo, dijo este jueves que “todo el mundo en mi país, que no es de derecha, está todo el día en shock porque nunca creímos que íbamos a tener que aguantar años de Trump en el poder”.

Williams aseguró que el mayor problema del nuevo presidente de su país es que “no escucha las noticias y no presta atención a otra gente”. Sin embargo, y en clara alusión a la reacción de varios sectores ciudadanos de Estados Unidos ante la llegada de Trump al poder, la ganadora del Nobel señaló que “hay mucha gente movilizándose para las próximas elecciones presidenciales y siguen protestando. Hoy se puede ver en todo el mundo a millones de mujeres en marchas en contra de Trump y nos preguntamos como activistas qué podemos hacer”.

Finalmente, dijo que quienes resisten a las medidas del presidente norteamericano “están dispuestos incluso a ir a la cárcel”.

Tawakkul Karman en 2011 fue ganadora del Premio Nobel de Paz.

 “No puede aislar a los musulmanes”

A Tawakkul Karman le dicen la “mujer de hierro” y la “madre de la revolución” en Yemen. En 2011, cuando ya lideraba varios movimientos que constituyeron la Primavera Árabe en su país, fue ganadora del Premio Nobel de Paz por su trabajo a favor de los derechos humanos, la libertad de expresión y el rol de las mujeres en la construcción de la paz.

Karman sabe como pocas cómo hacer una revolución sin armas, por eso más que hablar del presidente Trump le dedicó parte de su discurso a los manifestantes: a los “activistas por la libertad” en Estados Unidos, como ella misma los bautizó. “No están solos, desde acá queremos decirles que tienen nuestro apoyo y que su lucha es nuestra lucha”, dijo la activista yemení en la instalación de la Cumbre.

Además, señaló que para tener democracia “hay que erradicar el totalitarismo y luchar”.

Expresidente de Costa Rica Óscar Arias, galardonado con el Nobel de Paz en 1982. Foto vía @onucolombia

 “La democracia más grande del mundo le falta al respeto a los derechos humanos”

Otro de los líderes que cuestionó duramente al nuevo ocupante de la Casa Blanca fue el expresidente de Costa Rica Óscar Arias, galardonado con el Nobel de Paz en 1982. Durante su primer periodo presidencial, Arias participó decididamente en la negociación del Acuerdo de Esquipulas, en el que cinco países centroamericanos se comprometieron a silenciar los tambores de guerra que sonaban en la región, en una época de levantamientos insurgentes y rezagos de la Guerra Fría.

En el acto inaugural de la Cumbre, Arias dijo que “estamos viviendo los peores tiempos de nuestra historia”, porque en Estados Unidos “la insensatez, la xenofobia y el odio han crecido de forma espeluznante”. Incluso, comparó la realidad política que atraviesa ese país con el libro “1984”, del escritor británico George Orwell, que retrata una sociedad manipulada y reprimida.

Al respecto, Arias opinó que “la ficción horrenda de un libro se convierte poco a poco en una realidad repulsiva” y que “los líderes de la democracia más grande del mundo le faltan al respeto a los derechos humanos y a la diplomacia internacional”. Además, cuestionó el proteccionismo económico de Trump, que consideró un retroceso para un país que “ha luchado 80 años por el libre comercio”. Durante su paso por la presidencia, Arias abrió las puertas del modelo neoliberal en Costa Rica y, en 2007, firmó un tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, Premio Nobel de Paz 2016. Foto vía @onucolombia

“Somos más los que creemos en valores que unen”

Aunque no nombró a Estados Unidos o a su presidente, el recién laureado Juan Manuel Santos se refirió a esta época como una de “tiempos desafiantes”, donde predominan los “discursos de odio y exclusión”. El mandatario colombiano, anfitrión de la Cumbre y premiado con el Nobel por haber conseguido firmar un acuerdo de paz con las Farc, dijo que frente a esa realidad debe primar la cooperación entre quienes “creemos en los valores que nos unen”.

Santos también opinó que “donde hay miedo crecen la violencia y la ambición, y se desplazan los derechos del otro”, por lo que es necesario un “cambio interno” que nos abra al conocimiento, la tolerancia y la esperanza. Además, cuestionó indirectamente dos de las posturas más polémicas de Trump: la discriminación hacia los inmigrantes y la negativa a aceptar el calentamiento global. Sobre lo primero, dijo que “nuestra raza es una y se llama humanidad”, mientras sobre lo segundo aseguró que “el cambio climático sí existe”.

Rigoberta Menchú, premio Nobel de Paz de 1992, laureada por su liderazgo en la defensa de los derechos de los indígenas en Guatemala. Foto vía @GenteNoticias
“No me voy a callar por una visa”

La premio Nobel de Paz de 1992, Rigoberta Menchú, laureada por su liderazgo en la defensa de los derechos de los indígenas en Guatemala, también cuestionó al gobierno de Trump y opinó que el papel de los nóbeles es alzar la voz frente las injusticias. Dijo que el muro que construirá Trump para impedir la inmigración desde México les causa dolor a todos los centroamericanos y bromeó con que “si me quieren ver, me van a tener que buscar en Guatemala, porque ahora no nos quieren en Estados Unidos”.

Frente al machismo, frecuentemente asociado con Trump, la nobel guatemalteca sentenció que “los estereotipos contra las mujeres son una criminalización brutal”.