El camino será espinoso, pero podría cerrar otro capítulo del conflicto colombiano.
Este jueves, cuatro meses después de que dejaran plantada a la prensa y a la sociedad civil en Quito (Ecuador), el Gobierno y el ELN por fin instalaron la fase pública de diálogos. Si llega a buen puerto, la negociación le pondrá punto final al conflicto armado que vive el país desde mediados de la década de 1960. La mesa discutirá tres puntos relacionados con la participación de la sociedad en la búsqueda de cambios políticos, un punto sobre víctimas, otro sobre fin del conflicto y uno más sobre implementación.
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Tres años de diálogos exploratorios les costó a las partes llegar a este escenario: fue un periodo marcado por la desconfianza y los desacuerdos para la puesta en marcha de gestos humanitarios. Para aterrizar en la ceremonia de hoy, el ELN tuvo que liberar al excongresista Odín Sánchez, condenado por ‘parapolítica’, y el Gobierno tuvo que excarcelar a cuatro guerrilleros bajo las figuras del indulto y del nombramiento de gestores de paz: Nixon Cobos, Levis Valero, Tulio Astudillo y Wigberto Chamorro.
Más conciliadores que en otras ocasiones, los jefes negociadores del Gobierno y del ELN, Juan Camilo Restrepo y “Pablo Beltrán”, dieron apertura a la mesa en una casa de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador.
Estas son las seis claves que encontramos en sus discursos:
1. “No venimos a esta fase a explorar”
El jefe negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, insistió en una máxima de la política de negociación de la era del presidente Juan Manuel Santos: las conversaciones deben buscar con realismo el fin de la guerra y avanzar con la máxima celeridad posible. Restrepo dijo que esta nueva fase tiene por objetivo firmar un acuerdo definitivo y que no puede caer en discusiones interminables. Mejor dicho: que es hora de tomar decisiones.
2. “Estamos dispuestos a reconocer responsabilidades”
Fiel al empeño del ELN por recalcar las raíces del conflicto, “Beltrán” recordó que varios de los comandantes de las guerrillas liberales que negociaron la paz con el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla terminaron asesinados y encarcelados. También dijo que el partido Liberal y el Conservador causaron la guerra que hoy persiste al poner en marcha el Frente Nacional y “excluir a la izquierda”. Sin embargo, el jefe de la delegación negociadora del ELN aceptó que, si es necesario para la paz del país, ese grupo armado reconocerá responsabilidades por actos que haya podido cometer durante la guerra.
3. “Reconocemos al ELN como una organización con identidad e historia propias”
Como una parte de la opinión aspira a que el proceso con el ELN se pliegue a lo acordado con las Farc, Restrepo reconoció que el ELN es una organización con su propia agenda y que los acuerdos a los que se lleguen deberán responder a la naturaleza de esa guerrilla. Sin embargo, dijo que la mesa tendrá la “madurez” para incorporar algunos de los temas que se pactaron en La Habana con las Farc con una mirada “constructiva y realista”. Además, aseguró que los diálogos servirán para cerrar las brechas de la desigualdad, promover la participación ciudadana y escuchar a las comunidades marginadas.
4. “Para lograr la paz se necesita más fuerza de la que tenemos los elenos”
Insistiendo en el papel protagónico que para el ELN debe tener la sociedad civil durante los diálogos, “Beltrán” dijo que es necesario armar coaliciones en torno a la búsqueda de una paz con “transformaciones, verdad, justicia y soberanía”. Hizo un llamado a la unidad de la izquierda y a seguir el “legado unitario” del cura guerrillero Camilo Torres para sacar adelante la negociación.
Como para el ELN es importante la participación de las organizaciones sociales en la mesa, el jefe negociador de esa guerrilla volvió a llamar la atención por los asesinatos de líderes sociales y le pidió al Gobierno reconocer la responsabilidad “por el accionar de los grupos paramilitares y la represión del Estado” contra los dirigentes de izquierda.
5. “Quiero invitar al ELN a renunciar públicamente al secuestro”
Tal como ha reiterado el Gobierno desde que se conoció la agenda de diálogos, en marzo de 2016, Restrepo no dejó dudas de que el secuestro seguirá siendo un tema central en la negociación con el ELN. Recordó que ese delito “no es aceptable, ni el plano humanitario, ni en el ético, ni el político ni el jurídico”, y que si el ELN no lo abandona “será muy difícil garantizar mejores niveles de credibilidad de esta mesa”.
6. “No venimos a pedir una revolución por decreto”
Más pragmático que otras veces, “Pablo Beltrán” dijo que el ELN no pretende hacer la revolución en la mesa, sino “aportar a sintetizar entre todos unos cambios básicos urgentes que abran la puerta a un camino de una Colombia en paz, democrática y soberana”. Así, “Beltrán” reconoció tácitamente que la agenda maximalista del ELN no podrá abordarse y que la negociación requiere de flexibilidad. Dijo que es necesario “moverse de las posiciones tradicionales” y que los diálogos “son para demostrar voluntad política de cambio”.