Carlos Acero, presidente de la Confederación de Cooperativas de Colombia.
Muy molestos están en la Confederación de Cooperativas de Colombia por la manera como se han divulgado las cinco formas con las que, dice un documento de la Unidad de Información de Análisis Financiero (UIAF) y la Superintendencia Solidaria, las guerrillas podrían estar lavando dinero a través de cooperativas.
Según Carlos Acero, presidente de la Confederación, la publicación de estos modelos de blanqueo tiene un carácter preventivo y no debe ser usada para “estigmatizar” a un sector que ha construido “un patrimonio de $16 billones a punta del esfuerzo de siete millones de trabajadores y campesinos”.
Vea: ‘Las guerrillas estarían usando cooperativas para lavar su plata’: Gobierno
Acero también es enfático en que si las guerrillas hubieran usado el modelo de las cooperativas para lavar plata de secuestros y extorsiones es responsabilidad del Gobierno, que convirtió la Supersolidaria en un “botín burocrático”. Hablamos con él para conocer la postura del gremio sobre este espinoso tema.
¿Qué le molesta de la forma como se han descrito los modelos para lavar dinero a través de cooperativas?
Consideramos que la forma afirmativa como se han presentado las tipologías no corresponde a lo que ocurre en el día a día en la economía solidaria. El documento de la UIAF y la Superintendencia no corresponde a investigaciones penales, sino que tiene un carácter preventivo. Es posible que alguien haya utilizado de manera indebida o ilegal una forma nuestra, pero siempre le hemos pedido al Gobierno que extreme los mecanismos de control para que no seamos objeto del crimen organizado. Ahora, en el hipotético caso de que las guerrillas se hayan organizado en cooperativas, eso sería ilegal y sería responsabilidad del Estado, que no controla.
¿Pero es posible usar las cooperativas blanquear dineros?
Nosotros le hemos exigido reiteradamente al Gobierno que mejore los mecanismos de supervisión y control, porque hay organizaciones que se amparan en el nombre cooperativo para hacer actividades que no corresponden. Son organizaciones que dicen falsamente ser cooperativas y que dan créditos, pero que no tienen base asociativa y que en ocasiones son propiedad de una sola persona. Lo hemos denunciado y no hay la primera actuación del Estado.
¿O sea que si se está lavando plata es por falta de control?
Aquí hay una fragilidad en la supervisión por parte del Estado. Nosotros hemos solicitado que se fortalezca la Supersolidaria y que deje de ser una cuota política del gobierno de turno. Es más, esa entidad no tuvo cabeza durante todo el 2015. Por eso, en diciembre pasado le propusimos al Gobierno que escogiera al superintendente siguiendo lineamientos más trasparentes, que blindaran el proceso de los afanes burocráticos. El sector también ha venido pagando una cuota anual para financiar su propia supervisión, con la cual el Gobierno ha llegado a tener $67 mil millones que por distintas razones no ha usado para fortalecer la vigilancia.
¿El Gobierno está guardando la plata que ustedes le entregan para que los supervise?
No la está gastando. Y ni siquiera le estamos pidiendo que nos la devuelva, como debería ser, sino que nos la entregue para que nosotros podamos desarrollar un sistema de autocontrol que nos permita saber quién es quién a la hora de actuar bajo el nombre cooperativo. Nosotros somos el único sector de la economía que exige control en este mundo globalizado, que todo el tiempo está pidiendo desregularización.
Si ustedes están abiertos al control y ponen la plata para que los regulen, ¿por qué es posible que haya cinco tipos de lavado de activos en el sector?
Mire, la Superintendencia se ha convertido en una entidad de quinta categoría, presa de fortines políticos. Sobre esa tipología que anota el documento, no es que ya esté pasando, sino que son cosas que hay que evitar. Y si alguien crea una entidad y la llama “cooperativa” para cometer ilícitos, pues tiene que caerle todo el peso de la ley. Lo que sí debe quedar claro es que las cooperativas son empresas democráticas y que sirven para satisfacer las necesidades de la gente, porque muchas veces son la única institucionalidad que existe en los territorios.
¿Hay personas u organizaciones que están usando cooperativas para cometer delitos?
Es posible que usen el nombre, este país está lleno de vivos. Por eso, si llega una entidad que dice llamarse “cooperativa” y empieza a ofrecer servicios aunque no aparezca en las bases de datos del Estado, lo primero que hay que hacer es dudar. Hay organizaciones que han llegado a las regiones ofreciendo afiliaciones masivas y al otro día venden cartera, pero no son cooperativas serias. También puede haber gente que pretenda hacer actividades de lavado o que con dinero lícito esté haciendo negocio con las cooperativas. Eso se lo hemos dicho desde hace siete años al Gobierno, pero no investiga.
¿Es más fácil lavar plata a través de la economía solidaria que de cualquier otro sector?
En Colombia no hay un sector prístino, pero eso no quiere decir que los cooperativistas seamos permisivos con los delincuentes. Sin embargo, en una sociedad permeada por estas lacras, es posible que eso pase en cualquier sector de la economía y controlarlo le corresponde al Estado. Le pedimos a la gente que no caiga en manos de incautos y que denuncie a las organizaciones que llegan a los territorios de la noche a la mañana. Eso es lo que hemos hecho durante los últimos 10 años y no hemos encontrado la primera respuesta del aparato institucional.
¿Las guerrillas usan cooperativas para incrementar su base social y beneficiar a las familias de los combatientes, tal como dice el documento de la UIAF?
Eso hace parte de la paranoia o de las fábulas. Cuando el conflicto armado termine, los desmovilizados podrán crear cooperativas, que no serán de guerrilleros, sino de productores. Lo mismo pasará con los soldados. Las cooperativas están llamadas a ser unos instrumentos poderosos para la reinserción cultural, económica, financiera y política de la gente. Es más, el Gobierno y la cooperación internacional han dicho que es con cooperativas como se va a potenciar el desarrollo rural.