Ya está avanzando la implementación del Enfoque LGBTI de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Se trata de una apuesta construida junto a organizaciones de la sociedad civil, para visibilizar que las personas LGBTI han sido víctimas de desaparición forzada. Con ello, también se quiere reconocer y sumarse a la búsqueda que han emprendido durante años quienes están haciendo lo imposible por encontrarles.
Cuando a Alberto* le contaron que a Jorge*, su pareja, lo habían subido a una camioneta y se lo habían llevado del pueblo, él estaba desvenando tabaco. Todavía lo recuerda bien.
—¿Una camioneta?— se preguntó extrañado.
Interrumpió su tarea y salió a buscarlo, pero no lo encontró. Entonces corrió a avisarle a su cuñada, Maribel*, quien insistió en seguir buscándolo, pero ella tampoco tuvo noticias de Jorge*.
Han pasado 20 años desde ese día y hasta hoy, aun cuando lo ha buscado por cielo y tierra -de la Ceca a la Meca, dice Alberto*- no sabe qué fue lo que pasó con el hombre que, sostiene él, más lo ha querido en su vida.
“Yo viajo mucho por las regiones de los Montes de María y Magdalena Medio. Caminé todo eso cuando el Negro (como él le decía a Jorge*) desapareció. Me dijeron que lo habían matado los paracos. Cuando eso pasó la gente no decía nada, no ayudaba a los maricas, porque los maricas éramos lo último en el Carmen de Bolívar (Bolívar)”, recuerda Alberto*.
Esta historia es solo una de muchas -no tenemos certeza de cuántas exactamente- de desaparición forzada de personas gais, lesbianas, bisexuales o trans en Colombia. También, personas que no se reconocen con ninguna de estas identidades o categorías, y cuya expresión u orientación de género está fuera de la cisheteronorma (idea de que todas las personas debemos ser cisgénero** y heterosexuales).
Entender esta particularidad es importante por varias razones: primero, la forma en la que son desaparecidas las personas LGBTI no es igual a la de otros grupos de la población. Esto, porque las violencias que han tenido que afrontar en medio del conflicto armado colombiano están atravesadas por su orientación sexual o identidad y expresión de género.
Segundo, quienes las buscan son, generalmente, su familia social y no biológica. Eso les supone enfrentar varias barreras institucionales, ya que, por ejemplo, casi siempre uno de los requisitos para tener legitimidad en los procesos jurídicos de este tipo es ser familiar de la víctima.
Y tercero, el subregistro de las desapariciones forzadas de personas LGBTI en Colombia es muy alto. La falta de documentación y registros no quieren decir que no hayan afrontado la guerra y, en concreto, que no hayan sido víctimas de desaparición forzada. Tampoco que no haya nadie que las esté buscando desde hace décadas. Todo lo contrario.
De acuerdo con el Registro Único de Víctimas, hay 3.876 personas LGBTI víctimas del conflicto armado. Se han registrado 187.379 víctimas de desaparición forzada, “pero de esas, solo 62 son LGBTI y no porque solo haya habido 62 personas LGBTI víctimas de desaparición forzada en el marco del conflicto armado”, argumenta Alfredo Bula, encargado de la subdirección del equipo de Caribe Afirmativo. Según el abogado, este subregistro responde a la naturalización de este tipo de violencias y, particularmente, de la desaparición forzada de la que también es víctima la población LGBTI.
Es una naturalización desconocida por el Estado, sostiene Bula, lo que implica que hasta hace un tiempo no se habían hecho suficientes esfuerzos institucionales para buscar bajo un enfoque de género a estas personas. Tampoco, para brindar herramientas a quienes han hecho este trabajo desde hace años y que, día a día, deben enfrentar múltiples barreras y no pueden participar en condiciones de igualdad y dignidad en estos procesos de búsqueda.
El enfoque de género en la búsqueda de personas LGBTI
De ahí que la apuesta de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD) sea valiosa para los sectores LGBTI, así como amistades y familiares que llevan décadas en esta batalla que pareciera no acabar. Y en general, para la construcción de memoria colectiva alrededor del conflicto armado en Colombia. También es una propuesta que ha sido reconocida por las organizaciones, porque nunca antes se había planteado esta discusión desde la institucionalidad.
Se trata de los ‘Lineamientos del Enfoque de Género para Personas LGBTI en el proceso de búsqueda de Personas dadas por desaparecidas –Enfoque LGBTI- “Recuperando y dignificando Identidades”’. Es una propuesta de la UBPD, entidad creada a la luz del Acuerdo de Paz firmado por el Estado y las Farc en 2016, construída, sobre todo, de la mano de organizaciones de la sociedad civil que se dedican a visibilizar y defender los derechos de las personas LGBTI, como, por ejemplo, Caribe Afirmativo.
Alberto* es una de las personas que ha participado en los procesos que ha adelantado esta corporación, en el marco de la construcción e implementación del Enfoque LGBTI de la UBPD.
“El Negro fue un amor de mi juventud. Era un peladito de mi pueblo. Era hijo de unos señores campesinos, de una familia de nueve hermanos. Él vivía conmigo y nos enfrentamos al pueblo entero porque yo quería vivir mi vida”, recuerda él*.
Ese camino que lleva recorriendo desde hace dos décadas le ha permitido encontrarse con otras personas que, al igual que él, siguen buscando a sus seres queridos.
“Es gratificante saber que no soy el único que sufrió eso. El ver personas que también han tenido el mismo dolor que tuve yo, que todavía tengo, porque eso no se borra así nada más. Es gratificante sentirse acompañado de la gente sin esperar nada a cambio, de personas que se lanzan al abismo con uno, a lo que Dios quiera”, sostiene Alberto*.
Se refiere al último encuentro que tuvo en julio de este año con otras personas en Cartagena, organizado por la UBPD y Caribe Afirmativo. Esta fue la antesala de la instalación de la primera de futuras Mesas Técnicas Nacionales conjuntas para la Búsqueda de personas LGBTI dadas por Desaparecidas, que tuvo lugar en el Carmen de Bolívar y que es uno de los lineamientos de la Unidad.
https://twitter.com/UBPDcolombia/status/1418362336574902274
Alexander Mariota Montes es un hombre gay que también está buscando a familiares dados por desaparecidos. Se trata de sus dos hermanos: del primero dejó de tener noticias en 1980 y del otro, en el 2000. Como Alberto*, también vive en el Carmen del Bolívar.
Tantos años después se sigue preguntando: “¿Qué fue lo que ocurrió con ellos?, porque uno salió de aquí a buscar trabajo por otro lado. Y el otro también salió con su familia y también a Tierralta (Córdoba) a trabajar allá. Dijeron que había muerto. Cuando mi papá llegó no lo encontró. Ya estaba enterrado y no sabemos exactamente qué fue lo que pasó con él, si en realidad fue que murió y lo enterraron ahí. Si ahí en realidad está su cadáver o no. Queremos saber qué fue lo que pasó exactamente”.
Para Johana Calderón, trabajadora social del equipo de Caribe Afirmativo, el enfoque LGBTI no solo permite hablar de lo invisibilizada que ha sido la desaparición forzada de personas LGBTI, sino hablar, ahora sí, de qué fue lo que pasó y lo que vivieron.
“Esta es una apuesta por dar cuenta de lo que sucedió, cuáles son los patrones y las rutas de desaparición de las personas LGBTI y en qué se diferencian de la desaparición con otras personas, otros grupos poblacionales, otras comunidades y otras formas de construcción identitaria”, recalca.
https://twitter.com/ColombiaDiversa/status/1422619871154741249
Por su parte, Luz Marina Mozón, directora de la UBPD, considera que, en términos generales, estos Lineamientos permiten construir paz con sectores de la población que históricamente no han tenido reconocimiento.
Frente al trabajo de la Unidad, coincide con las organizaciones de la sociedad civil en que esta es “una gran oportunidad para conocer cómo se han dado estas desapariciones y cómo se puede buscar la información que sea relevante para buscarlas. Sobre todo, permite abrirnos a unas metodologías de trabajo que nos permitan comprender la desaparición de la población LGBTI”. Por ejemplo, escuchar a quienes están buscándoles o brindar espacios a familias sociales y amistades.
También afirma que, a partir de los Lineamientos y planes de la Unidad, se tiene una gran oportunidad para reconocer que la desaparición forzada fue un mecanismo de violencia que, junto a otras violencias, se ejercieron de forma particular y con ciertas características contra un grupo de la población histórica y estructuralmente discriminada.
Así, el objetivo de los Lineamientos es orientar el proceso de búsqueda bajo un enfoque de género, reconocer el derecho a la igualdad y no discriminación de las personas LGBTI dadas por desaparecidas, así como de quienes les buscan. Esto, “por medio del reconocimiento y la transformación de las relaciones de poder basadas en el género que limitan el ejercicio de su ciudadanía, imponen brechas de género y les impactan desproporcionadamente en el contexto del conflicto armado”, según se lee en el resumen ejecutivo.
Por eso contiene, entre otros puntos, un apartado sobre conceptos clave que hay que tener en cuenta a la hora de aplicar el Enfoque y que están relacionados con identidades LGBTI, continuum de violencias y Resistencias Diversas. Entre estas últimas se hace un reconocimiento explícito de que “la experiencia de las Personas LGBTI reconfigura la idea de familia y de red de apoyo”, lo que implica abrir los procesos de búsqueda a familias no consanguíneas.
Una oportunidad para hablar de una violencia naturalizada e internalizada
“Que el Estado no haya estado buscando no significa que no haya personas que históricamente han estado buscando a sus compañeros y compañeras LGBTI durante mucho tiempo. Parejas, amigos, parches, madres trans… Hay grupos significativos que han estado buscando y que han estado invisibles no solo por la violencia, sino también por un sistema que ha operado desconociendo este tipo de búsquedas y también desconociendo que hay estas identidades”, agrega Bula sobre lo que implica la implementación del Enfoque LGBTI.
Los Lineamientos también contemplan, como mencionó Monzón, ampliar las metodologías de búsqueda para que estén centradas en la memoria, construcciones de la identidad, la corporalidad o ciertos espacios identificados por personas LGBTI, entre otros. Este es un reto para la Unidad y también para quienes están apostándole a la ejecución del enfoque LGBTI. Se trata, de acuerdo con Angie Hinestroza, abogada e investigadora de Caribe Afirmativo, de una violencia con particularidades muy específicas que hay que entender y reconocer.
De acuerdo con Hinestroza, estos lineamientos también significan un reconocimiento del papel de la identidad y expresión de género en los tránsitos y desapariciones de las personas LGBTI.
“Este enfoque implica empezar a entender los retos de la búsqueda de personas LGBTI. Implica conocer las transformaciones de vida, las transformaciones de identidades por las que pasan muchas de las personas. Implica también que en ese proceso las personas tuvieron transformaciones de identidades, que al mismo tiempo también fueron un mecanismo de supervivencia y de resistencia”, explica la investigadora.
En eso coincide Calderón, quien considera que es probable encontrar a las personas LGBTI dadas por desaparecidas con vida, porque sus trayectorias de desplazamientos implican no solo un tránsito de territorios sino de identidades. Según la trabajadora social, “las transformaciones corporales son fundamentales también porque las trayectorias de vida hacen que en un momento podamos estar buscando una persona pero que en este momento sea otra, o que para algunas personas sea una y para otras personas sea otra con otro nombre, con otro cuerpo, con otra experiencia vital”.
Y otra de las preguntas que la aprobación de estos Lineamientos ha permitido explorar es la de la desaparición y su naturalización dentro de los mismos sectores LGBTI. Tal es el caso que hay una frase con la que Calderón y otras investigadoras e investigadores de Caribe Afirmativo se han encontrado recurrentemente en este trabajo: “no sabíamos que potencialmente esta persona que ya no está en nuestro territorio podría estar desaparecida”.
Esto sucede porque algunas personas LGBTI están en constante movimiento, porque, por ejemplo, tienen desplazamientos que empiezan desde la expulsión de sus hogares y que, en contextos de conflicto armado, se cruzan con esa guerra.
“Sabemos que muchas de las personas salen a temprana edad de sus hogares y asumen una constante vida de desplazamiento interno y de migraciones”, explica Hinestroza. En el camino, son sus familias sociales, las que construyen y encuentran en estos tránsitos territoriales e identitarios, quienes suelen estar interesadas en buscarles.
Por eso es que Alberto* no desiste un solo día de buscar y encontrar al hombre que amó -y que ama desde- hace veinte años. No ha sido una búsqueda sencilla, pero sigue sacando fuerzas por él y otras personas que han pasado por lo mismo. Cuando habla de Jorge*, dice él, se le vuelve la vida nada y se le pone “el corazón chiquitico”.
“Cuando una persona es tan importante en tu vida, como lo fue el Negro, yo no dejo de llorar”, dice entre sollozos. Toma una pausa y continúa. “Yo de esto espero que me aclaren qué pasó con el Negro. Qué pasó”, insiste.
Por su parte, Alexander no sabe si encontrará a sus hermanos vivos. Tal vez no, afirma. Pero confía en que una vez sepa qué pasó, pueda responder esa pregunta de toda la vida, descansar y “llenar ese vacío que hay en nuestra familia”.
La búsqueda de personas LGBTI bajo un enfoque de género es, sin duda, un paso importante en la reconstrucción de memoria colectiva del conflicto armado colombiano. Como lo explican Calderón, Hinestroza y Bula, de Caribe Afirmativo, éste permitirá identificar patrones de desaparición forzada de la que fueron víctimas personas LGBTI y hablar de lo que han vivido, en un escenario en el que esta es una deuda pendiente. Y, por supuesto, también es una oportunidad para reconocer el trabajo y la lucha de quienes les buscan desde hace años. Alberto* y Alexander lo saben.
*Los nombres fueron cambiados para garantizar la seguridad de las personas.
**Persona cuya vivencia y experiencia de vida corresponde con lo que se espera de su sexo biológico asignado a nacer.
A Laura, quien escribió este texto, pueden encontrarla acá.