Duque ha cedido en algunos puntos, como aumentar el presupuesto para las universidades públicas paulatinamente.
Por séptima vez en el transcurso del año, los estudiantes salieron a marchar. El pasado 15 de noviembre se hicieron sentir en las principales ciudades del país para pedirle al gobierno de Iván Duque que rescate a la educación pública. La crisis financiera de la educación superior llegó a un déficit histórico:18,2 billones de pesos.
Los gastos operacionales, la infraestructura y la calidad educativa fueron los puntos de partida para las peticiones de los estudiantes. Sin embargo, lo que llevó a que los estudiantes se manifestaran con tal clamor fueron dos componentes del Presupuesto de la Nación: el dinero para defensa fue más alto, y a pesar de que el presupuesto de la educación está en segundo lugar (33,6 billones) solo 10% se va al financiamiento de la universidad pública.
Los estudiantes lo repiten constantemente: los bolsillos de las universidades públicas están rotos.Todo por cuenta de leyes y decretos que no han ayudado. Por ejemplo, la Ley 30 de 1992 no tuvo en cuenta, dentro de sus estimaciones, las inversiones que se necesitaban hacer en ciencia y tecnología; y a esto hay que sumarle que el número de estudiantes crece cada semestre tanto en pregrados, como en maestrías, un punto que no tuvo en cuenta la Ley. Además, el régimen salarial de los profesores cambió en 2002, privilegiando a unos sobre otros por requisitos de publicaciones académicas y formación.
“Plata sí hay, lo que no hay es voluntad política”, aseguran los estudiantes. Dicen, además, que se han “asesorado con personas del Ministerio de Hacienda para entender a fondo la cuestión”. Así lo dijo Juan Constaín, vocero de los estudiantes, en un foro en el programa de Vicky Dávila en la W. Y Alejandro Palacio, otro de los voceros, remató diciendo que en solo 100 días Duque ya logró tener una percepción desfavorable histórica —apenas del 27,2 por ciento según Invamer: “de pronto nosotros le podemos ayudar con eso”.
Hablemos sobre lo que ha pasado en las últimas semanas.
Qué se ha logrado
En realidad no mucho, hasta ahora. Sus medallas se podrían resumir en dos: posicionar la precaria situación de la educación pública (universidades + centros tecnólogos) en la opinión pública e instalar la mesa de diálogos el 1 de noviembre. Esta tiene como fin la construcción de acuerdos entre las instituciones de educación pública y la ministra de educación, María Victoria Angulo.
Qué ha cambiado de las peticiones
Durante las siete manifestaciones estudiantiles que se han presentado desde el 10 de octubre, la consigna principal siempre ha sido solventar el desbalance presupuestario de 18.2 billones de pesos. Especialmente, con la modificación de los artículos 86 y 97 de la Ley 30 de 1992, que son aquellos que estipulan cómo se administra la plata de las universidades del país.
El pasado 26 de octubre, 10 rectores de universidades públicas y el presidente Iván Duque se reunieron y acordaron tres puntos respecto al futuro de la educación pública del país. Estos puntos fueron:
- El presupuesto crecerá 3 puntos del IPC para el 2019 y 4 puntos del 2020 en adelante hasta el 2022.
- El presupuesto crecería un punto sobre el Índice de Precios del Consumidor.
- Serán 300.000 millones anules de recursos para las instituciones educativas públicas y 1.2 billones para los 4 años de gobierno. Asimismo, con la participación de gobernadores y alcaldes se destinará 1 billón de pesos entre 2019 y 2020 para incentivar la inversión en infraestructura para dichas instituciones. También se anunció el programa Generación E, el cual busca dar educación gratuita a personas de bajos recursos que quieran ir a la universidad privada.
Sin embargo, los estudiantes consideraron que estos tres puntos son solo paños de agua tibia. Ellos no creen en la voluntad política del gobierno. Argumentan que hacen falta, por lo menos, $410.400 millones para las universidades públicas y $166.589 para las Instituciones Técnicas, Tecnológicas y Universitarias (ITTU) en el presupuesto en curso.
¿Qué hizo Santos?
Juan Manuel Santos creó 850.000 nuevos cupos en siete años para la Educación superior. También aumentó la cobertura en un 15 por ciento, la deserción universitaria bajó en 3,9 por ciento durante su mandato de 2010 a 2018. En este tiempo se acreditaron más instituciones de alta calidad (se pasó de tener 19 a tener 52) y se apoyó la investigación e innovación. También, en los últimos meses de su mandato, el presupuesto de educación superó el presupuesto de defensa, 35,4 billones y 31,6 billones respectivamente.
No obstante, Ser Pilo Paga —que había sido el proyecto bandera educación de Santos— fue la verdadera molestia de los estudiantes durante su gobierno. Era una opción bastante atractiva para ofrecer la entrada a una universidad privada a una persona de bajos recursos. Sin embargo, esto no sentó muy bien a la Universidades públicas ya que dejaron de recibir recursos que terminaron en manos de privados.