Tras la salida de Juan Camilo Restrepo, el Gobierno eligió al ex vicepresidente de Andrés Pastrana para sacar adelante el proceso de paz.
La guerrilla del ELN lo sabe: Gustavo Bell tiene un pasado conservador y quizá no representa la apertura ideológica que esperaban para sacar adelante las negociaciones de paz en Quito. Sin embargo, tal como están las cosas y con las dificultades que tuvieron con el gobierno durante todo este año, Bell puede aportar su experiencia académica y de negociación política. Sobre todo a la hora de renovar una interacción que lucía desgastada.
Tras la salida de Juan Camilo Restrepo, el presidente Juan Manuel Santos designó a Bell como jefe negociador en el proceso de paz con el ELN. Bell, exvicepresidente de Andrés Pastrana, también fue embajador en Cuba e incluso fue director del periódico El Heraldo entre 2005 y 2010. Es un personaje reconocido en la costa Caribe, pues comenzó su carrera política en 1991, cuando fue electo gobernador por el Nuevo Liberalismo y el M-19.
Bell tendrá que llegar a una mesa que se ha sumido en algunas dificultades durante los últimos meses. Acelerar la discusión del primer punto del acuerdo, sobre mecanismos de participación de la sociedad civil, será una de sus primeras tareas. Y sin duda otra no menos urgente: la prolongación del cese al fuego bilateral, el cual termina el 9 de enero.
Si se trata de hoja de vida, como nos dijo el analista Víctor de Currea-Lugo, “Gustavo Bell tiene a su favor el haber sido vicepresidente y exministro de Defensa, por lo tanto conoce la institucionalidad por dentro, lo que le permite, en principio, ser un buen negociador y entender las dinámicas políticas del país y de las instituciones”.
Dentro del ELN ven el nombramiento de Bell como “respetuoso” por parte del gobierno. A través de un breve comunicado dijeron: “Como militancia del ELN en su conjunto vemos positivo el nombramiento de Gustavo Bell como nuevo jefe del equipo negociador del gobierno. Esperamos que este cambio traiga también un renovado impulso a la mesa para trabajar hacia una Paz completa con justicia social”.
Cuando el ELN habla de “renovado impulso”, De Currea-Lugo dice que la frase se podría traducir en que Bell cree “una estrategia que sea más explícita y clara sobre qué es lo que quiere el gobierno con la negociación. Él debe escoger un equipo técnico que le permita avanzar en el plano del debate ideológico político y en el plano del debate técnico, para garantizar unos resultados parciales antes del 7 de agosto del 2018”.
Si Bell obedece a esta petición se verá en los próximos días, cuando se aborde el tema de la participación de la sociedad civil. Mientras avanzan en este punto, De Currea-Lugo recomienda que se comience a trabajar en paralelo en otros puntos de la agenda, como democracia para la paz, transformaciones para la paz y víctimas”.
Fue embajador en Cuba durante todo el proceso con las Farc, por lo que estuvo cerca del equipo negociador del gobierno.
También le preguntamos a Luis Eduardo Celis, uno de los académicos más respetados por la delegación del ELN, sobre el nombramiento de Bell. “Es una persona con experiencia, equilibrado, con capacidad de liderar el proceso. Bell no puede permitir que se vuelva a crispar el ambiente, hay que concretar la continuidad del cese bilateral. Además, con lo avanzado en el proceso de consultas a la sociedad civil tiene como concretar una participación diversa y así avanzar en la agenda de las conversaciones”.
Para el profesor Luis Trejos, experto en conflicto armado de la Universidad del Norte, vale la pena mencionar tres puntos para creer en Bell: “Es el primer costeño en liderar un equipo de negociación de paz. Fue embajador en Cuba durante todo el proceso con las Farc, por lo que estuvo cerca del equipo negociador del gobierno y del proceso como tal, lo que sin duda le permitió adquirir experiencia y conocimientos sustantivos y metodológicos. Además, Es una persona discreta y poco mediática, lo que sin duda favorece su rol como jefe del equipo negociador”.
