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En Buenaventura se firmó un pacto por la cultura del Pacífico
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En Buenaventura se firmó un pacto por la cultura del Pacífico

Staff ¡Pacifista! - diciembre 28, 2015

Buenaventura se encuentra militarizada desde mayo de 2014.

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No nos hemos desarrollado!’ Pero no estar conectado permite que no llegue el típico turista que quiere pagarnos habitaciones a 10 mil, ‘comérseme’ las ‘peladitas’, joderme al resto de la sociedad y dejarme una comunidad permeada por malas prácticas”.

Por eso Josefina cree que el verdadero proceso de conservación de la cultura y las tradiciones lo están llevando acabo los líderes sociales y no los mandatarios locales. “Hay que recobrar la ética. Si los alcaldes se acercan solamente a pensar en la bolsa de recursos económicos que hay, pero adentro nos siguen declarando la guerra frontal a los líderes sociales como yo, no va a pasar nada. Porque los que le ponemos alma a esta joda somos nosotros. Nuestros liderazgos permanecen, el de ellos tiene una fecha de vencimiento, que es por cuatro años”.

Además, está convencida de que su modelo respeta su territorio, su entorno y le respeta a ella el derecho a decidir cómo y dónde quiere vivir. “La connotación que tiene la actividad turística para el hotelero que compró los 45 kilómetros de playa es muy distinta a la que tengo yo aquí. Porque aquí está mi ombligo enterrado”.

Cultura y posconflicto

La cultura es mucho más que folclor; es identidad y arraigo. Por eso ha servido, a lo largo del conflicto armado, como una de las formas más poderosas de resistencia civil. No en vano una de las regiones que resalta con más fuerza sus identidades culturales es la que se ha opuesto con más tesón a la guerra.

“Tanto un bando como otro —dice David Soto— siempre se tropezaron con la cultura como forma de resistencia. Y lo que primero intentaron destruir fue esa cultura, para poder cooptar al ciudadano e involucrarlo en la guerra. La cultura es el principal elemento de resistencia. Cuando hay cultura usted no puede hacer la guerra”.

No obstante, largos años de conflicto terminaron derrumbando tradiciones, costumbres, quehaceres, ritos.

“Lo que intentaron todos los bandos fue acabar con eso y ver cómo convertían al ciudadano pacífico, cohesionado, solidario, en un ciudadano individualista, ambicioso y armado”.

Por eso, el pacto firmado por los alcaldes pretende darle importancia a la cultura, no sólo por el valor económico que pueda generar en las comunidades, sino sobre todo como herramienta de desarme y de construcción de paz.

En algunas zonas, Buenaventura ya lo está empezando a sentir. Está sintiendo los ritmos del tambor, los golpes de marimba y los toques de trompeta que se alzan contra la violencia.

Los ritmos y golpes y sonidos de la Big Band Valores, de la Fundación Maestro Ahly Garcés Álvarez, suenan cuando niños de 12, 13 o 15 años salen a tocar el trombón, el saxo, la marimba o la batería, y cantan los ritmos tradicionales del Pacífico.


La banda la dirige el saxofonista Brayan Campaz Garcés, nieto de Ahly Garcés Álvarez, un importante músico de la región que adaptó la marimba de chonta en marimba cromática. Brayan está terminando sus estudios de música en Cali y cada vez que puede viaja a Buenaventura para darles clases de teoría musical a los jóvenes y niños del barrio Nayita, un sector tradicional marcado por la pobreza y la violencia.

Dora Garcés, su madre, es la coordinadora de la Fundación. Ella ve en la música un arma muy poderosa. “Hemos logrado esta Big Band con mucha dificultad. Mi hijo Brayan y los otros profesores les recomiendan a los niños que cambien las armas por un instrumento”.

Brayan, por su parte, dice que “la música es algo que saca a cualquier persona de un paso malo que esté dando en la vida”. Por su banda han pasado más de 40 niños a los que la música les ha dado una oportunidad para resistir.

‘Tú eres mango y no puedes convertirte en aguacate para agradarles a los demás’

Buenaventura se encuentra militarizada desde mayo de 2014.

 

Desde hace casi dos años los militares inundan la ciudad portuaria: están en las esquinas, en las calles, al lado de las ventas de minutos a celular, junto a los restaurantes y mercados. Hace más de un año el Gobierno anunció el Plan Marshall para la región Pacífica: una gran inversión para desarrollar la región y sacarla de su ‘rezago’ frente al resto del país.

Mientras tanto, Buenaventura sigue preguntándose qué clase de ciudad quiere ser. Sobre todo, porque en los próximos años está en juego el modelo de desarrollo de la región Pacífica. Depende de los mandatarios locales, pero también de los líderes comunitarios y de la sociedad civil, que el desarrollo de la región sea coherente con los anhelos que tiene la gente para el futuro del territorio.

Como dice Josefina: “tú eres mango y das mangos dulces. Tú no puedes convertirte en aguacate para agradarle a alguien. Y si a alguien no le agradan los mangos, que no coma más”.