Fotos Jaime Barbosa. El escenario: la vía Panamericana, la misma que comunica a Cali con Popayán y el sur del país. La controversia: una protesta de las comunidades negras del norte del Cauca, que exigen la titulación colectiva y la defensa de sus territorios ancestrales. Esos dos ingredientes se
El escenario: la vía Panamericana, la misma que comunica a Cali con Popayán y el sur del país. La controversia: una protesta de las comunidades negras del norte del Cauca, que exigen la titulación colectiva y la defensa de sus territorios ancestrales.
Esos dos ingredientes se mezclaron y crearon un polvorín que reventó, primero, el lunes con una intervención del Esmad que dejó 17 personas heridas, cuatro de ellas atendidas en el hospital de Santander de Quilichao.
Y que continuó el martes con una agresión, también de la Policía, que terminó disolviendo la mesa instalada entre el Gobierno y las comunidades para resolver los motivos de la protesta. Hasta los funcionarios del Gobierno terminaron en medio del gas lacrimógeno.
¿Por qué protesta el norte del Cauca?
De la movilización hacen parte, de acuerdo con las comunidades, cerca de 2.000 personas convocadas por los 41 consejos comunitarios del norte del Cauca. Insisten en que “los territorios afrodescendientes continúan bajo la amenaza de las multinacionales mineras, la minería ilegal” y lo que denominaron en un comunicado “las políticas violentas del Gobierno (…) que cubre con retórica democrático-racial las acciones de despojo”.
Por ello, formularon una serie de reclamos que incluye la compra de tierras y su titulación colectiva a favor de los consejos comunitarios, la reparación colectiva de las víctimas del conflicto, la aplicación de enfoques diferenciales que les permitan acceder a programas del Gobierno, proyectos de construcción y mejoramiento de viviendas, la creación de una comisión étnica en los diálogos de paz y la aplicación del mecanismo de consulta previa para el desarrollo de grandes proyectos de infraestructura que se encuentran previstos en esa sección del departamento del Cauca.
Muchas de esas peticiones, aseguran los líderes, ya han sido presentadas de forma reiterada al Gobierno que, en algunos casos, se ha comprometido con avanzar en la ejecución de lo que exigen las comunidades. Sin embargo, los bloqueos que se iniciaron el lunes en la vereda Quinamayó —a un kilómetro del casco urbano de Santander de Quilichao—, son el resultado, dicen los manifestantes, de los incumplimientos en los acuerdos que están suscritos de tiempo atrás.
El Gobierno que, en algunos casos, se ha comprometido con avanzar en la ejecución de lo que exigen las comunidades. Sin embargo, los bloqueos que se iniciaron el lunes en la vereda Quinamayó —a un kilómetro del casco urbano de Santander de Quilichao—, son el resultado, dicen los manifestantes, de los incumplimientos en los acuerdos que están suscritos de tiempo atrás.
También responden a un factor adicional. Los señalamientos y las persecuciones violentas de las que han sido víctimas las comunidades que insisten en la defensa de sus territorios. “La comunidad negra del norte de Cauca está cansada por la violación a los derechos étnico territoriales, pero también por las amenazas y desplazamientos de líderes y lideresas”, dijo Víctor Hugo Moreno, representante legal de la asociación de los 41 consejos comunitarios del norte del Cauca.
El vocero aseguró, además, que en el último año tres personas han sido asesinadas, más de 20 líderes y representantes de los consejos comunitarios han sido desplazados y cerca de 80 personas han recibido amenazas.
Ese es el contexto de las protestas que, según confirmó Alejandra Miller, secretaria de Gobierno del Cauca, dejaron el lunes tres personas heridas por balas de goma disparadas por la Policía y una más por un proyectil de un arma de fuego. Agregó, sin embargo, que ninguno de los cuatro heridos sufrió lesiones que comprometieran su vida.
La misma funcionaria explicaba que las autoridades departamentales habían solicitado al Esmad no intervenir, eso con el ánimo de evitar nuevos choques como los ocurridos el lunes.
Pero llovió gas…
A pesar de esa solicitud, que acompañó la Defensoría del Pueblo, y de que ya avanzaba el diálogo entre los líderes y la delegación del Gobierno encabezada por Rosa Belisa Góngora, directora de Asuntos para las Comunidades Negras del Ministerio del Interior, el Esmad atacó.
¡PACIFISTA! pudo constatar en la zona que, pese a que no hubo ninguna agresión por parte de la comunidad y que ya estaba en marcha la mesa de conversaciones, integrantes del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía atacaron con chorros de agua y gases lacrimógenos a un grupo de jóvenes que estaba cerca del lugar donde se reunían los representantes del Gobierno y los líderes de la movilización.
Esa acción, que incluso afectó a los funcionarios que participaban de los diálogos, logró despejar la carretera, pero al mismo tiempo generó una estampida y forzó la suspensión de las conversaciones que exploraban una salida pacífica al bloqueo y a los reclamos de los consejos comunitarios.
Luego de ese episodio, las comunidades se reunieron en la noche y deliberaron sobre la ruta que seguirán de cara a reactivar la negociación. Está previsto que en la mañana de este miércoles pueda instalarse nuevamente la mesa con la expectativa de que no haya nuevos saboteos a la voluntad de encontrar salidas no violentas a los reclamos de los consejos comunitarios.