El cese unilateral de las Farc 2.0 | ¡PACIFISTA!
El cese unilateral de las Farc 2.0
Leer

El cese unilateral de las Farc 2.0

Juan David Ortíz Franco - julio 8, 2015

Las Farc vuelven a poner la decisión en manos del Gobierno. Si no lograron presionar un cese bilateral por medio de atentados, ahora quieren lograrlo, como durante los primeros cinco meses del año, con gestos de paz. Continúa el debate.

Compartir
El cese unilateral fue anunciado luego de que los países garantes del proceso pidieran desescalar el conflicto. pazfarc-ep.org

 

 

Las Farc anunciaron este miércoles desde Cuba un nuevo cese unilateral al fuego. Esta vez esa guerrilla silenciará los fusiles desde el 20 de julio y por un mes. El objetivo, como en las cinco treguas guerrilleras que se han registrado a lo largo del proceso, es claro: ambientar un escenario que permita al Gobierno caminar en la dirección del cese bilateral y de la reducción progresiva de la violencia.

“Recogiendo el espíritu del llamado de los garantes del proceso, Cuba y Noruega y de los acompañantes del mismo, Venezuela y Chile, anunciamos nuestra disposición de ordenar un cese al fuego unilateral a partir del 20 de julio, por un mes. Buscamos con ello generar condiciones favorables para avanzar con la contraparte en la concreción del cese al fuego bilateral y definitivo”, expresó la guerrilla en su comunicado.

El anuncio llega cuando soplan vientos de crisis en los diálogos. El propio jefe negociador del Gobierno, Humberto De la Calle, reconoció que el proceso enfrenta las mayores dificultades desde su inicio. “Nosotros tenemos que tener la honestidad de decirles a los colombianos que el proceso de paz está en el peor momento desde que iniciamos las conversaciones”, dijo De la Calle en una entrevista con Juan Gossain que fue entregada a todos los medios del país el pasado domingo.

Esas declaraciones, sin embargo, dieron cuenta de que la postura radical del Gobierno en el sentido de negarse a un cese al fuego bilateral podría estar variando. De la Calle afirmó que se podría anticipar una tregua siempre y cuando sea de todas las hostilidades, incluyendo la extorsión y el narcotráfico, y se sigan “condiciones de seriedad y de verificación”.

Además, dijo que para un eventual cese de hostilidades de las Farc y detener las acciones ofensivas de la Fuerza Pública son “fundamentales” las zonas de concentración, un recurso que hace tres semanas propuso el expresidente y senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez. No obstante, se trata de una discusión prematura, un punto que todavía no ha sido discutido integralmente en la mesa y que hace parte de la etapa final de cualquier negociación de paz.

En ese panorama, se produjo el pasado martes la declaración de los países garantes y acompañantes del proceso que pidieron un desescalamiento urgente del conflicto que más tarde pueda conducir a un cese bilateral. Incluso, horas más tarde, durante el ejercicio que adelantó el presidente Santos respondiendo vía Twitter preguntas sobre la negociación, el mandatario dijo estar dispuesto a acoger la propuesta.

El panorama, sin embargo, aparece opacado por la confirmación que hizo el Ejército de que el subintendente Cristián Moscoso, reportado como desaparecido hace más de 24 horas, se encuentra en poder de las Farc. La retención del uniformado ocurrió cuando la unidad militar a la que pertenece se enfrentó a guerrilleros del frente 32 que intentaban derramar el petróleo que transportaban varios carrotanques en el municipio de Puerto Caicedo. En ese enfrentamiento murió un soldado y dos más resultaron heridos.

Entre el sí y el no al cese bilateral 

En cada pronunciamiento que hacen los negociadores de las Farc desde La Habana insisten en la necesidad de acordar un cese bilateral al fuego. Una posición que ha sido constante en la guerrilla desde la instalación de la mesa, que está basada, precisamente, en el principio de que la negociación debe transcurrir en medio de la guerra.

La ola de declaraciones de las últimas horas incluye una opinión de las Farc sobre el tema e incluso una respuesta a la idea de crear zonas de concentración para las unidades guerrilleras para decretar el cese,  que formuló el jefe del Centro Democrático.

“El cese bilateral se trata de un asunto de voluntad política que no se puede condicionar a exigencias de sometimiento penal, ni a exigencias prematuras de concentración de la guerrilla, ni de dejación de armas”, expresó el martes “Iván Márquez”, el jefe de la delegación de paz de las Farc, al leer un comunicado en el que la guerrilla dice querer firmar un acuerdo con el gobierno de Juan Manuel Santos.

En la misma declaración, y al ampliar sus consideraciones sobre la importancia de una tregua, “Márquez” recordó el cese unilateral que declaró esa guerrilla en diciembre de 2014 y que se extendió durante cinco meses. “Aquellos que no supieron valorar el cese unilateral del fuego y desaprovecharon la situación propicia para convertirlo en bilateral y definitivo porque solo querían obtener ventajas militares vanas, le deben una explicación a Colombia que hoy desea escuchar el timbre de su palabra autocrítica”.

Pero además de la propia guerrilla, y de los garantes internacionales que piden el desescalamiento del conflicto, otras voces de sectores sociales y políticos se han sumado al reclamo de un cese bilateral.

El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, ha sido uno de los más activos frente al tema. En mayo pasado citó los casos de los militares muertos en Buenos Aires, Cauca, y de los guerrilleros que cayeron una vez se reactivaron los bombardeos por parte de la Fuerza Pública, para insistir en la necesidad de acordar una tregua.

“Esto es ojo por ojo, diente por diente hasta a que estemos todos muertos. Primero un ataque con 11 soldados muertos, ahora un ataque con 26 guerrilleros muertos, ya van 37 colombianos aniquilados por la guerra. Es la orgía de la sangre y ¿quién gana con eso?, algunos privilegiados que ganan mucho dinero con la guerra (…) Estamos en una política del terror que no le sirve al pueblo colombiano. Solicito que detengan el ‘ojo por ojo, diente por diente’, hagamos la paz, necesitamos el cese bilateral del fuego”, dijo Petro.

A él se suman las opiniones de otros sectores de la izquierda, como la del senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, quien también en mayo dijo, en referencia a una declaración del procurador Alejandro Ordóñez, que “llamar locura a la búsqueda del cese el fuego bilateral es en sí una falta de cordura. Querer que se intensifique la guerra y que haya más muertes no es una actitud sana en términos sicológicos ni psiquiatricos”.

En la acera del frente está, justamente, entre muchos otros, el procurador Alejandro Ordóñez. El jefe del Ministerio Público, quien ha sido uno de los más férreos críticos de la opción de un cese bilateral, ha dicho que no se puede “amarrar” a la Fuerza Pública.

“Es una locura, el cese bilateral implica neutralizar a las Fuerzas Militares, y a estas no se les puede amarrar, ni desarmar”, dijo Ordóñez desde España, hace poco más de un mes, durante una gira en la que planteó sus cuestionamientos sobre el proceso de negociación entre el Gobierno y las Farc.

A su postura se suma la del Centro Democrático que, pese a la reciente propuesta de Uribe sobre una zona de concentración para detener los enfrentamientos armados, siempre ha cuestionado la posibilidad de que se ordene detener las acciones ofensivas de la Fuerza Pública.

Es así como este mismo martes, luego del pronunciamiento de los países garantes, integrantes de ese partido, como la senadora Thania Vega, ratificaron su desacuerdo. “Por respeto a la dignidad de soldados y policías que han entregado su vida por la Patria y sus familias #NoAlCeseBilateral”, escribió en su cuenta de Twitter la esposa del coronel (r) Alfonso Plazas Vega, condenado por la desaparición de varias personas en la operación de retoma del Palacio de Justicia en 1985.

Y es que justo en las Fuerzas Militares y en los oficiales retirados se encuentra una de las oposiciones más fuertes al cese bilateral. Aunque las declaraciones de los militares en servicio han sido prudentes,  antiguos integrantes de la Fuerza Pública sí han sido incisivos en sus críticas.

“Por norma legal y constitucional las Fuerzas Militares deben cumplir la tarea que les corresponde. Mientras esta organización (las Farc) esté armada de manera ilegal, constituye una amenaza y como amenaza hay que enfrentarla”, dijo en enero el general (r) Jaime Ruiz Barrera, presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro, Acore.

 

La Habana, Cuba. 5 de marzo de 2015. Reunión de la subcomisión técnica para el fin de conflicto. En la foto aparecen las delegaciones del Gobierno y las Farc.

 

Y entonces, ¿el cese bilateral es posible?

Algunas declaraciones de las últimas semanas permiten encontrar puntos de acuerdo. La decisión del nuevo cese unilateral de las Farc constituye un avance y vuelve a poner el balón en el lado del Gobierno, porque era cierto que ceder en medio de la ofensiva que iniciaron las Farc hace más de un mes, tendría un costo político difícil de superar. Sería claudicar ante la presión violenta de la guerrilla, dirían algunos. Pero no hacerlo también tendría un costo, y ese, por el contrario, se cuenta en vidas.

Esta nueva situación, entonces, le resta fuerza al argumento de que no es posible acordar un cese bilateral en medio de la presión de los atentados contra la infraestructura energética y petrolera, y la muerte de policías y soldados.

Además, es cierto que durante los cinco meses de cese unilateral (que fue verificado y reconocido por el mismo Gobierno), el único avance de parte del Estado en el desescalamiento fue la suspensión de los bombardeos. Y aunque se rumoró que durante ese tiempo las tropas recibieron la orden de no atacar en algunas partes del país, según dijo el propio presidente Santos, las instrucciones de combatir a la guerrilla nunca se modificaron.

Ahora la pregunta apunta a cuál será la respuesta del Gobierno al nuevo escenario que proponen las Farc y si, como ocurrió durante los primeros cinco meses del año, pueden surgir decisiones como suspender de nuevo los bombardeos u otros mecanismos de desescalamiento.

Una dificultad que sin embargo persiste de cara a al cese bilateral se concentra en los debates jurídicos. Por una parte, los opositores insisten en el deber constitucional de las Fuerzas Militares de combatir a los grupos armados ilegales, por otro, los promotores de una tregua aseguran que el Gobierno está facultado para impartir esa orden sin contradecir la ley.

Por lo pronto, el cese unilateral. de cumplirse como el declarado en diciembre tendrá efectos prácticos en las comunidades que han sufrido los embates de la guerra en poco más de un mes que lleva la ofensiva guerrillera. Pero esa misma experiencia indica que es difícil sostener una baja intensidad de la confrontación cuando un solo ataque guerrillero o una ofensiva militar más fuerte de lo tolerable para las Farc, es suficiente para que, como ocurrió en mayo, los fusiles retomen toda su capacidad.

El “ring” en Twitter

Como era de esperarse, la discusión sobre el cese bilateral se abrió paso en las redes sociales, especialmente en Twitter. Los antagónicos hashtags #NoAlCeseBilateral y #CeseBilateralYa acompañaron los comentarios, madrazos, pataletas y opiniones de cientos de políticos y ciudadanos menos diplomáticos, y mucho más acalorados.

 

En esta esquina: #NoAlCeseBilateral

Los opositores del Cese Bilateral en Twitter insistieron en que las Fuerzas Armadas y la Institucionalidad sufrirían un desprestigio enorme si éste llegara a ocurrir. También recalcaron que un posible cese podría “complacer a las Farc”, o a los “narcoterroristas” y, finalmente, las críticas al gobierno Santos fueron evidentes y sus adjetivos adversos en todo sentido.

 

En la otra esquina: #CeseBilateralYa

Los que apoyan la declaratoria del cese bilateral sostienen en sus tuits que la dejación de las armas es también un cese a las víctimas, a los falsos positivos, al desplazamiento forzado y a los bombardeos indiscriminados, entre otros. Insisten en que el Cese Bilateral tiene que ser “YA” y, por supuesto, también criticaron, a rienda suelta, nombres y apellidos propios.