Según el último informe de Colombia Diversa, la comunidad LGBT sufre de tortura física, abuso y aislamiento en las cárceles del país.
- Maltrato, hacinamiento, precaria atención en salud y violación a los derechos humanos son sólo algunos problemas que enfrentan las cárceles del país. Como si todo esto fuera poco, según el más reciente informe de Colombia Diversa, el sistema penitenciario también se ha convertido en un escenario de abusos y discriminación contra la población LGBT.
Los datos del informe titulado ‘A veces me canso de ser fuerte’ revelan que la realidad de esa población en las cárceles colombianas está permeada por el acoso, la tortura física y psicológica e, inclusive, el aislamiento. Según el documento, el maltrato no sólo ocurre entre los reclusos, sino que incluso comprometen a los guardias del Inpec, encargados de velar por la seguridad de los reclusos.
“Estas agresiones estuvieron acompañadas de insultos y prácticas discriminatorias que evidencian la existencia de prejuicio (hacia su identidad sexual)”, se lee en el informe.
María Elena Villamil, investigadora de Colombia Diversa, estuvo al frente de este informe, en el que se recopilaron testimonios que evidencian la difícil situación que afronta la población LGBTI en las cárceles del país. ¡Pacifista! tuvo acceso al documento y seleccionó algunos de los relatos más impactantes sobre esta realidad muchas veces invisible.
1.
“Una mujer transgénero líder de derechos humanos fue abordada por un guardia cuando dictaba una conferencia. En la sala estaban presentes otros dragoneantes, responsables directos de la actividad. Sin justificación alguna, el guardia le ordenó de manera airada regresar a su patio, refiriéndose a ella con el apelativo de ‘señor’. La mujer le solicitó, que se refiriera a ella en femenino y le explicó que contaba con permiso para desarrollar la actividad. Minutos después, el dragoneante y otros dos auxiliares bachilleres, la tumbaron al suelo, le propinaron puños y puntapiés.
El personal de salud de la cárcel se negó a valorarla argumentando que podían ser víctimas de represalias si contribuían a denunciar”.
“Como sanción a su reiterada negativa a dejarse cortar el pelo, lo hicieron desfilar por el patio para ver si era ‘marica’ y si “caminaba como una mujer”, le rociaron gas pimienta en la cara y lo golpearon”
2.
“Durante un procedimiento de requisa, uno de los guardias le ordenó a un hombre bisexual hacerse a un costado del patio para que le cortaran el pelo. El hombre se negó argumentando que estaba registrado en el listado de la población LGBT del centro penitenciario. El guardia que le dio la orden respondió que él “no tenía cara de marica”, al tiempo que le pidió mostrar “algún papel” en el que costara que era población LGBT.
Como sanción a su reiterada negativa a dejarse cortar el pelo, lo hicieron desfilar por el patio para ver si era ‘marica’ y si “caminaba como una mujer”, le rociaron gas pimienta en la cara y lo golpearon”.
3.
“Las compañeras me han contado que a ellas les quitan y les rompen el maquillaje, la ropa de mujer se la rompen. La guardia cada quince días se mete a hacer requisa, y dañan todo lo que encuentren, o roban lo que más les guste. Botan todo al piso, lo rompen, y cuando pasan las personas a recoger lo poquito que les queda encuentran todo dañado…”
“Ay, pero usted cómo va a ser Miguel, a ver, muéstreme el pipí, acá es una cárcel de mujeres”
4.
“A Miguel, cuando pide que lo llamen por ese nombre, las guardias y las otras mujeres le dicen: “ay, pero usted cómo va a ser Miguel, a ver, muéstreme el pipí, acá es una cárcel de mujeres”. Si es hombre pida que lo pasen a la cuarenta”
“Asqueroso, fenómenos, les dicen todas las palabras que existan para insultar a esa persona”
5.
“Ah no, si acá llegan a ver a alguien teniendo relaciones, primero lo ‘boletean’, segundo les pegan a los dos, y tercero lo meten a un tanque lleno de agua, además los humillan. “Asqueroso, fenómenos”, les dicen todas las palabras que existan para insultar a esa persona”