"Este fin de semana vamos a quedarnos parados porque usted sabe que es mejor prevenir que lamentar”.
En medio de una escalada en el conflicto y de unas negociaciones congeladas en Quito, el ELN anunció esta semana un paro armado que se extenderá desde el sábado 10 de febrero hasta el día 13 del mismo mes. El gobierno rechazó el anuncio y a través del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró que “todos los colombianos pueden estar seguros de que sus Fuerzas Militares y la Policía Nacional protegerán 24 horas y siete días a la semana la integridad de la Nación”.
Sin embargo, el respaldo ofrecido por el ministro desde Bogotá, no tranquiliza a la gente de Chocó, que por estos días vive el asedio militar tanto de la guerrilla como del Estado. Los recientes atentados contra la policía en Barranquilla, atribuidos al ELN y los recientes bombardeos de la Fuerza Aérea en la región, tienen a la población en alerta.
“Nosotros el gremio de los transportadores este fin de semana vamos a quedarnos parados porque usted sabe que es mejor prevenir que lamentar”, le dijo a ¡Pacifista! un conductor que desde hace 11 años, suele cubrir las siete horas que hay entre Pereira y Quibdó.
Aunque según el ELN, su declaratoria de paro tiene un alcance nacional, los habitantes de Chocó se sienten especialmente aludidos ya que desde hace años la región ha estado expuesta a esta clase de operaciones:
Entre mayo de 2011 y octubre de 2013 las Farc declararon al menos cuatro paros armados y el ELN al menos uno. A medida que el conflicto con las Farc comenzó a desescalar, otros grupos armados fueron llenando este vacío de poder y comenzaron a organizar sus propios paros armados: entre febrero de 2016 y hoy, el ELN ha declarado al menos tres paros y el Clan del golfo (también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia) dos.
“Por sus condiciones geográficas y la presencia de economías criminales, el Chocó siempre ha estado expuesto a estas situaciones”, asegura el general (r) Jairo Delgado. Según Delgado, los paros militares han sido tradicionalmente una estrategia a la que los grupos armados recurren cuando se sienten en alguna clase de desventaja militar: “anunciar un paro implica menos riesgos (para el ELN) que emprender una ola de acciones bélicas y tiene un impacto sicológico muy grande sobre la población civil”.
La situación de orden público en el departamento, según la Policía Nacional, se cometieron 101 homicidios a corte de septiembre del año pasado. En comparación con el total registrado por Medicina Legal en 2016, Chocó estaba a 80 homicidios de igualar la cifra de 2016 (181 muertos).
Por ejemplo, en Quibdó, entre enero y septiembre de 2016, 47 personas fueron asesinadas mientras que este año, durante ese mismo lapso, el número llegó a 66. A pesar de que la Policía afirme que varias de las muertes en el Chocó se adjudican a integrantes de bandas criminales, el paro armado y la reanudación de la violencia, hoy por hoy, hacen ver lejana la esperanza de que la situación mejore.
No obstante, en un esfuerzo por brindar tranquilidad a la gente que vive bajo el área de influencia del frente de guerra occidental del ELN (la organización militar más poderosa de esa guerrilla), el general Alberto Sepulveda, comandante de la séptima brigada del Ejército, anunció que 22.000 soldados reforzarán la seguridad en Antioquia, Córdoba y Chocó durante este fin de semana.
Sin embargo, entre los transportadores de la región, la oferta de protección del general Sepulveda no es convincente: “usted puede irse con la caravana del Ejército, pero ellos (el ELN) tienen gente por todas partes y mientras haya gente en el camino apuntando las placas (de los carros que no acatan el paro), aquí estamos perdidos”, aseguró el conductor entrevistado por ¡Pacifista!