Está mañana, 100 policías de Chapinero terminaron un curso anti discriminación. ¿Servirá de algo en la calle?
Predeciblemente, la primera estación ‘LGBT friendly’ de Colombia queda en Chapinero. Esta mañana, bajo un sol radiante y frente a un escenario decorado con un montón de banderas arcoíris, alrededor de 100 hombres adscritos a la estación segunda de policía de esta localidad bogotana recibieron la certificación Friendly Biz (negocio amigable en español) otorgada por la cámara de comerciantes LGBT de Colombia.
Se trata de un certificado que obtienen las empresas luego de que su personal completa un curso de 24 horas en el que aprenden acerca de la historia del movimiento LGBT, algo de teoría —como el significado de las siglas y el contenido de ley antidiscriminación que existe en Colombia—y algunos tips para la “inclusión y normalización de la atención al cliente LGBT”.
Cómo la policía no es una empresa que atienda a clientes, sino una institución que ejerce la autoridad frente a los ciudadanos, la cámara LGBT tuvo unas consideraciones especiales a la hora de darle el título de friendly a los policías de la estación segunda de Chapinero: “Le agregamos al programa normal 16 horas de ejercicios prácticos simulando situaciones cotidianas, como requisar a una mujer trans sin vulnerar su derechos”, me dijo Felipe Cardenas, el presidente de la Cámara.
Según Cardenas, es pertinente que la capacitación se haya dado en Chapinero ya que esta es la localidad con la mayor cantidad de establecimientos nocturnos LGTB en todo el país.
El evento fue conducido por Andrea “La Negra” Castañeda, una mujer trans, que afirmó sentirse “muy rigida” frente la pequeña multitud de policías que observaba.
“Reconocemos que tenemos que mejorar en eso”, dijo el mayor Wilson Albeiro Preciado, comandante de la estación segunda de Chapinero, sobre el trato que la Policía le ha dado esta comunidad. Por su parte, el alcalde local Hernando Quintero Maya, afirmó que durante los 12 meses que lleva en el cargo encontró “un trato discriminatorio de algunos uniformados en contra de miembros de la comunidad trans” y que por eso decidió invitar a la cámara de comercio LGBT a dictar estos talleres.
Según la patrullera Lina Rodriguez, promotora de derechos humanos en la localidad, la idea es extender estas capacitaciones a las otras 23 estaciones de policía de la ciudad, empezando con la de Kennedy. “No se trata de un premio, es más bien un diploma que se le da a los policías por completar un curso”, explicó Rodriguez.
¿Pero qué exactamente aprendieron los policías durante las 30 horas de talleres que recibieron? Me acerqué a uno de los cabos que recibió el certificado para preguntarle que sabía ahora que no supiera antes.
—Pues aprendimos acerca de la lucha del movimiento LGTB— contestó el cabo— de los derechos que han adquiridos y de las leyes que los protege.
—Y a todas estas—le pregunté— ¿quién debe requisar a una persona trans, un hombre o una mujer?
—En el taller dijeron que una mujer, pero nosotros siempre hemos sabido que ellos tienen derecho elegir quien los requisé.