En alianza con Puntos Cardinales, cuestionamos a los candidatos a la Alcaldía sobre las políticas de construcción de paz que implementarán si resultan elegidos. Además, hablamos de jóvenes y posconflicto.
Pacifista, en alianza con Puntos Cardinales, realizó un debate con cinco de los candidatos a la Alcaldía de Bogotá. El encuentro tuvo lugar en el Espacio Odeón, un edificio de 1938 que, después de estar cerrado por 15 años, en 2011 reabrió sus puertas, y hoy es escenario de iniciativas culturales y ciudadanas. Enrique Peñalosa, María Mercedes Maldonado, Clara López, Carlos Vicente de Roux y Rafael Pardo fueron quienes protagonizaron la discusión.
Aunque por momentos los candidatos se desviaron, el debate proponía un eje claro: Bogotá de cara a la Paz. Los cinco, durante un poco más de una hora, hablaron de sus propuestas y respondieron las preguntas de los periodistas en torno a temas como modelos de construcción de paz, reinserción, reparación de víctimas y conflictos sociales con énfasis en la juventud.
Las guerras de Bogotá
El primer bloque consistía en la misma pregunta para todos los candidatos: ¿cuáles son las principales guerras de Bogotá y cómo construir paz desde la Alcaldía?
Pardo, candidato por el Partido Liberal, se refirió al acuerdo sobre desarrollo rural, que toca directamente a Bogotá en tanto Sumapaz hace parte de la ciudad y ha sido uno de los escenarios más importantes del conflicto armado en Colombia. Maldonado, candidata por el movimiento Progresista, hizo hincapié en las luchas que hay que tener contra la exclusión de los jóvenes y la discriminación de las mujeres.
Para Clara López, candidata por el Polo Democrático, las guerras de la ciudad pasan por varios ejes: el primero es que el 9% de las víctimas del conflicto viven en Bogotá, el segundo es que se ha criminalizado la protesta y el tercero es que hay problemas para combatir la violencia porque desde 2004 se han retirado de la ciudad más de 5.000 policías.
Los demás candidatos no hicieron énfasis en las guerras. De Roux, candidato del Partido Verde, mostró su afinidad con los diálogos en La Habana, Cuba, y dijo que quien ocupe el Palacio de Liévano no podrá ir contra el Proceso de Paz. Por su parte, Peñalosa, con el respaldo de Cambio Radical, introdujo dos temas que serían recurrentes en su discurso: reflejar la igualdad a partir del diseño urbano y generar convivencia a partir del cumplimiento de las normas.
El alcalde del posconflicto
En el segundo bloque preguntaron a los candidatos si la próxima sería la alcaldía del posconflicto y cómo sería un alcalde en esas condiciones.
Todos los candidatos se mostraron optimistas con la firma de los acuerdos de paz. Maldonado dijo que Bogotá tiene el poder y la capacidad para reflejar igualdad al resto del país, por lo que debería servir de ejemplo. Pardo fue en la misma línea y agregó que debe haber más garantías de participación para que haya un diálogo entre las distintas caras de Bogotá.
De Roux y López hablaron de víctimas y reinsertados. La cifra de desplazados que han llegado a Bogotá se calcula entre 350.000 y 600.000, y ambos candidatos coincidieron en que, si bien la ciudad ha respondido, sigue faltando atención en este sentido, por ejemplo, en oportunidades laborales.
La cifra de reinsertados después de Justicia y Paz es mucho menor: a Bogotá llegaron unos 5.000 y de Roux cree que la ciudad tiene capacidad para absorberlos. López agregó que no se puede reintegrar en el desempleo, por lo que hay que trabajarle más a ese aspecto. Clara, además, fue la única en decir abiertamente que abriría las puertas de su partido a desmovilizados que quieran participar en política, aunque cree que ellos tendrán su propio movimiento.
Peñalosa tocó varios puntos en torno a la búsqueda de legitimidad de una eventual firma de la paz. Para él, esa legitimidad llega, por un lado, construyendo colegios, zonas verdes y centros culturales, y, por otro lado, fortaleciendo las instituciones que se encargarían de regular la adaptación de los desmovilizados.
La relación con Petro
Por momentos el debate tuvo como protagonista al actual alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.
Maldonado, quien hizo parte de la alcaldía de Petro y se lanza ahora por su movimiento, Progresistas, dijo que en el último periodo la ciudad ha estado comprometida por las víctimas. Y que, aunque hay cosas por mejorar en el tono provocador del alcalde, son más las cosas buenas que las malas.
Pardo, por su parte, habló desde la experiencia como negociador en el proceso con el M-19. Además agregó que, aunque no tiene afinidad política ni administrativa con Petro, no cree que el del alcalde sea un discurso violento. Advirtió que las diferencias alrededor de la paz se han convertido en las principales banderas políticas.
El Código de Policía criminaliza
Uno de los desacuerdos más evidentes del debate giró en torno al Código de Policía. En el bloque de preguntas enviadas desde las redes sociales, alguien le preguntó a Maldonado si reformaría el Código de Policía para una ciudad en etapa de reconciliación.
Maldonado respondió que sí lo reformaría. Pero además agregó que una situación mucho más peligrosa era la del Código Nacional de Policía, que en muchas de sus normas criminaliza conductas legítimas. López la apoyó, diciendo que el Código criminaliza las protestas estudiantiles o cualquier tipo de manifestación que defienda sus derechos en el espacio público.
Además recordó que cuando fue alcaldesa la ciudad fue escenario de grandes movilizaciones estudiantiles, y que incluso se promovió un “abrazatón” entre estudiantes y miembros del ESMAD, que, a fin de cuentas, dijo, son jóvenes de una misma nación que quieren un futuro mejor.
Peñalosa, en cambio, mostró su desacuerdo con la postura de López y Maldonado. Para él, el Código de Policía no criminaliza, porque los crímenes los castigan las leyes. El Código, dijo, solo pone contravenciones ante comportamientos inadecuados. Y sobre el tema de las marchas agregó que las autoridades son quienes las autorizan, y que no por cualquier motivo de protesta se puede bloquear una calle.
De Roux se sumó a la polémica diciendo que, si bien debe haber normas, algunas son excesivas. Que no se puede castigar de la misma forma una protesta desordenada que el narcotráfico.
Drogas, zonas de reserva campesina e infraestructura
Hubo temas que fueron exclusivos de algún candidato. No generaron debate entre ellos pero no dejaron de ser importantes.
Pardo, por ejemplo, se refirió a la política de asistencia al consumidor de drogas de Petro. Dijo que es una “política fatal que incita al consumo”. Para él, una política de drogas debe ser global: ni Colombia ni mucho menos Bogotá deben dictar cómo se maneja ese tema, pues hay estudios a nivel mundial que dicen cómo debe ser el tratamiento de las adicciones.
De Roux mostró su apoyo a las Zonas de Reserva Campesina. Dijo que son importantes en vista de la deuda que tiene el país con la parte rural. Además, añadió que cree que las ZRC son una buena figura que ha sido víctima de una leyenda negra, popularizada por el expresidente Uribe, que dijo que son “emporios del terrorismo”.
Peñalosa mantuvo durante todo el debate su posición sobre la utilidad de las mejoras en infraestructura en aras de la paz. Afirmó que para conseguir la paz es más importante una Reforma Urbana que una Reforma Rural.
Candidatos de cara a la paz
Al final del debate, se les dio tiempo para que, en treinta segundos, dijeran por qué son los candidatos que necesita la ciudad de cara a la paz. Las respuestas fueron un poco tímidas o confusas, considerando que todo el debate giró alrededor de ese tema.
Maldonado dijo que tiene experiencia concreta y conoce la planificación en torno a gestión urbana. Peñalosa señaló que sabe construir igualdad y legitimidad para apoyar las víctimas y enfrentar la criminalidad. López sostuvo que lleva una vida entera trabajando en programas destinados a generar justicia social. De Roux afirmó que su candidatura es garantía de equidad social a través de una excelente gerencia. Y Pardo dijo que tiene la convicción y la experiencia necesarias para generar políticas de reconciliación.