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Así se vive el paro de Los Urabeños
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Así se vive el paro de Los Urabeños

Juan David Ortíz Franco - marzo 31, 2016

Varias regiones del país amanecieron paralizadas por orden de esa organización criminal. En Urabá el comercio está cerrado y no hay colegios, universidades ni transporte.

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Así se veía en la mañana del jueves una de las calles más transitadas del municipio de Turbo. Foto: Raúl Pérez

 

No es una amenaza, sino una “invitación”. La banda de Los Urabeños, autodenominada Autodefensas Gaitanistas de Colombia desde que a finales de 2013 empezó a venderse como actor político, puso a circular esta semana miles de panfletos en varias regiones. En ellos, anuncia un “paro pacífico” para conmemorar la muerte de uno de sus integrantes.

“Decretamos un paro a partir de las 00 horas del 31 de marzo, hasta las 00 horas del 1 de abril de 2016. El paro es pacífico, por lo que invitamos a las comunidades en donde hacemos presencia para que nos acompañen, cesando todo tipo de actividades económicas, laborales y académicas”, dice el comunicado, que tiene fecha del 29 de marzo y está firmado por el Estado Mayor de esa organización, desde las “montañas de Colombia”.

La orden la camuflan entre consignas según las cuales no están en armas por voluntad propia, “sino en legítima defensa, ante un Estado incapaz de garantizar la vida y bienes de sus asociados”. Hablan de crisis social, económica y hasta de las falencias de los sistemas de salud y educación.

En el último punto del comunicado dicen que apoyan “los anhelos de paz de la inmensa mayoría de los colombianos” e insisten en algo que han tratado de poner en la agenda desde hace meses: “No somos ajenos a esta aspiración, y por eso de tiempo atrás, hemos solicitado una salida digna para todos los integrantes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia”.

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La conmemoración que motiva el paro, según el panfleto, es la muerte de José Morelo Peñata, alias “Negro Sarley”, quien cayó a finales de abril de 2013 en un operativo de la Policía. Para entonces, era el segundo al mando de esa estructura. Curiosamente, el comunicado no menciona a Jairo de Jesús Durango, alias “Guagua”, integrante de la cúpula de la banda, que murió en Chocó la semana anterior en un operativo de la Policía.

Y es curioso porque en la región de Urabá, donde se mueven los mayores intereses del “Clan Úsuga” —como lo llama el Gobierno—, se dice que “Guagua” era uno de los hombres más cercanos a Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, máximo cabecilla de la organización.

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Como reacción a esa muerte, Los Urabeños habrían declarado desde el fin de semana pasado un “plan pistola” y estarían ofreciendo dinero a cambio del asesinato de integrantes de la Policía. Un ataque de sicarios contra un grupo de uniformados en Cartagena el pasado sábado, que dejó a tres ellos muertos, habría sido el primer episodio de las retaliaciones. A eso se suma ahora el paro que tiene arrinconadas a varias comunidades en departamentos como Antioquia, Córdoba, Bolívar y Cesar.

Urabá está paralizado

En la región del Urabá, en límites entre los departamentos de Antioquia y Chocó, se ha concentrado la ofensiva de las autoridades contra esa agrupación criminal. En febrero de 2015 se puso en marcha la Operación Agamenón con el objetivo principal de encontrar a alias “Otoniel”. Más de 1.200 hombres de diferentes especialidades y cuatro generales de la Policía se pusieron al frente de la operación.

Pero el capo sigue libre. Y pese a las cifras oficiales, según las cuales 813 miembros de “los Úsuga” fueron “neutralizados” desde el inicio de Agamenón hasta el 27 de marzo pasado, el paro “paro pacífico” demuestra que esa organización está en capacidad de imponer el terror y condicionar la cotidianidad de la gente.

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“Acá en Turbo parece que fuera el fin del mundo —decía el miércoles en la noche, antes del inicio del paro, un habitante de ese municipio costero en el Golfo de Urabá—. La gente salió a los supermercados a comprar cosas para el día del paro. Esos supermercados, llenos. Y han llegado notas de voz atemorizando a la gente”.

Los mensajes, que corren por Whatsapp mucho más rápido que los panfletos puerta a puerta, ya habían sido utilizados por ese grupo para extender sus amenazas. En esta oportunidad, la intimidación se escucha así:

—‘Mostro’, póngale cuidado pues cómo es la ‘vueltacanela’. Que no quieren ver a nadie trabajando mañana, no quieren ver a nadie andando en carro, no quieren ver a nadie andando en moto, no quieren ver a nadie andando en bicicleta. Que compren lo de la comida hoy, porque si no que se atengan a las consecuencias. Que pueden ser muy amigos y todo, pero pierden moto, pierden cicla, carro, lo que tengan. Que la ‘güevonada’ es en serio ¿oyó?

En otro audio, se dice que la orden viene “desde arriba”: “Negocio que encuentren abierto lo queman, mototaxismo que encuentren trabajando lo queman, motocarro que encuentren trabajando lo queman. Este paro viene ‘desde arriba’, es para que te cuides. Ojo, ve diciéndole a tu patrón para que no abra ni jueves ni viernes”.

Y este jueves Urabá amaneció paralizado. Miles de locales comerciales en los 11 municipios de esa subregión no abrieron sus puertas, las terminales de transporte están cerradas, no hay servicio de buses ni taxis y se suspendieron las clases en colegios y universidades. Incluso, durante parte de la mañana el aeropuerto Antonio Roldán Betancur, de Carepa, fue declarado no controlado por la Aeronáutica Civil, porque los controladores aéreos no pudieron llegar a sus puestos de trabajo.

Además, de acuerdo con el reporte oficial de la Policía en la región, desde pasadas las 11:00 de la noche del miércoles y hasta la madrugada del jueves, dos vías fueron bloqueadas en los municipios de Necoclí y San Juan de Urabá, y ocurrieron por lo menos dos hostigamientos armados contra integrantes de esa institución. Los ataques no dejaron heridos.

Sin embargo, en la mañana, el paro cobró su primera víctima. Un sargento del Ejército que viajaba junto a su familia en un vehículo civil murió al recibir el impacto de una carga explosiva instalada en la vía que del corregimiento El Tres, en Turbo, conduce a San Pedro de Urabá. Los Urabeños le habían dado la orden de detener el vehículo, pero el sargento aceleró y, por eso, fue atacado.

Todo, a pesar que un día antes del inicio del paro el coronel Javier Darío Sierra, comandante del Departamento de Policía de Urabá, anunció cuatro capturas de personas que repartían panfletos. También les pidió a los habitantes de la región que no se dejen intimidar por las amenazas, aseguró que esa institución tiene el control de la seguridad en la zona y que habría un dispositivo de apoyo especial para los días del paro.

Una red criminal que mide su fuerza

En otras regiones con influencia de ese grupo armado el panorama no es diferente. En los municipios de Briceño y Valdivia, en el Norte de Antioquia, el comercio también está cerrado. Líderes de la región aseguran que llegaron amenazas directas contra el transporte público y mineros artesanales.

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Cerca de allí, en la subregión del Bajo Cauca antioqueño, la troncal que comunica a Medellín con la Costa Caribe ha estado cerrada en varios tramos por hostigamientos y operativos de control de las autoridades que tratan de mantener la vía en funcionamiento. En municipios como Caucasia cientos de locales comerciales no abrieron sus puertas, en Tarazá un camión fue incinerado y en Zaragoza estalló el miércoles casi a la medianoche un petardo que dejo a dos policías heridos.

Por fuera de Antioquia, organizaciones como la Comisión de Interlocución del Sur de Bolívar, Centro y Sur del Cesar, denunció que “los municipios de Monte Cristo, Tiquisio, Norosí y Arenal se encuentran sitiados por los paramilitares y la fuerza pública presente no actúa”. Esa misma ONG denunció que desde el inicio del paro dos personas han sido asesinadas en la región.

Ese panorama, en apenas unas cuantas horas de intimidaciones y amenazas, demuestra el pulso por el poder que están proponiendo Los Urabeños, una red mafiosa heredera del paramilitarismo que, según las autoridades, hace presencia en por lo menos 19 departamentos del país y duplica en número a la guerrilla del ELN.

En el municipio de Turbo, algunos comerciantes que abrieron sus negocios en la mañana tuvieron que volver a cerrar sus puertas por orden de Los Urabeños. Foto Cortesía.

Un solado muerto en combate, un policía que falleció en un atentado contra un CAI en Quibdó, otros dos uniformados de esa misma institución asesinados en Puerto Berrío, cuatro más heridos en Buriticá. Disparos contra la policía en Liborina y Cañasgordas, y ráfagas de fusil en el occidente de Medellín. Ese fue el panorama de una noche marcada por los ataques de Los Urabeños las horas más recientes del paro armado que ese grupo criminal puso en marcha desde el 31 de marzo.

Aunque los panfletos que circularon indicaban que el paro terminaría a las 00:00 horas de este 1 de abril, en la mañana se repitieron bloqueos en la vía que de Medellín conduce a la Costa Atlántica, y en Urabá reina la confusión por cuenta de mensajes encontrados. Unos, dicen que se “autoriza” la apertura de locales comerciales y el funcionamiento del transporte, mientras que otros anuncian la extensión del paro y exigen mantener cualquier actividad suspendida.

En Valdivia y Briceño, en el Norte de Antioquia, también se extendió la orden para que el comercio y las actividades informales como la minería se mantengan paralizadas. En Puerto Valdivia, corregimiento del primero de esos municipios, el conductor de una tractomula fue asesinado en la mañana del viernes. En la capital de Antioquia varias rutas alimentadoras del Metro de Medellín tuvieron que paralizar su servicio por cuenta de la situación en algunos barrios del occidente de la ciudad.

De acuerdo con un balance entregado por el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, el 63% de los actos delincuenciales cometidos durante el paro han sido dirigidos contra civiles, uno de ellos, un ataque contra un vehículo de transporte público en la vía que de Montería conduce a Cereté. Tres personas resultaron heridas.

El balance de Mindefensa indica que los demás actos criminales se dividen en un 27% contra la Fuerza Pública, y el 10% restante contra la infraestructura. El 83% de estos actos se han desarrollado en 12 municipios de Antioquia, el departamento más afectado por el paro de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

Sin embargo, las alteraciones por cuenta del paro habrían llegado a más de 30 municipios de Antioquia, en 15 de ellos, de acuerdo con un comunicado emitido por la Gobernación de Antioquia, el cese en sus actividades principales fue total.

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*Esta nota fue actualizada en la mañana del viernes con la información más reciente sobre el desarrollo del paro.