Así se cocina una alianza millonaria de mujeres por la paz | ¡PACIFISTA!
Así se cocina una alianza millonaria de mujeres por la paz
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Así se cocina una alianza millonaria de mujeres por la paz

María Flórez - marzo 8, 2016

Lideresas de izquierda buscan tender puentes entre miles de colombianas para discutir su papel en la refrendación y la implementación de los acuerdos.

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Gloria Cuartas (izq.) y Ana Teresa Bernal hacen parte de la iniciativa ciudadana “Un millón de mujeres de paz”. Foto: Santiago Mesa

Faltando poco para que se firme el acuerdo final entre el Gobierno y las Farc en La Habana, algunas dirigentes políticas y sociales decidieron estrechar lazos a favor de la paz. Por convocatoria de Clara López, del Polo, y de Gloria Flórez, progresista de la Alianza Verde, varias congresistas, excombatientes, escritoras, artistas, defensoras de derechos humanos y activistas, crearon la iniciativa “Un millón de mujeres de paz”, que busca convocar a las colombianas para que participen activamente en la refrendación, la implementación y la verificación de los acuerdos a los que llegue la mesa de conversaciones.

Aunque varias de las impulsoras tienen aspiraciones electorales y filiaciones partidistas, el grupo asegura que su único objetivo es apostarle a la construcción de paz y articular a las plataformas de mujeres y a las no organizadas para que debatan cuál será su papel en la etapa de posacuerdos.

Ana Teresa Bernal, quien dirigió la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación durante la alcaldía de Gustavo Petro en Bogotá, es parte del comité de impulso de la iniciativa. Según ella, lo que buscan es “ponerle a la paz la fuerza y el espíritu de las mujeres, porque nos parece que ese tema no sólo les compete al Gobierno y a las Farc”.

Además de apostarle a la refrendación, Ana Teresa dice que el “millón de mujeres” deberá influir políticamente para que la implementación de los acuerdos tenga un enfoque diferencial y de género: “solamente el agrario es un tema enorme; es el origen del conflicto colombiano. Entonces, queremos empezar a plantear, por ejemplo, cómo el acuerdo sobre desarrollo rural deberá tocar la vida cotidiana de las mujeres campesinas, sus familias y sus territorios”.

En su opinión, es necesario abrir el debate sobre el papel de las mujeres en los escenarios que creará el acuerdo sobre participación política, así como en la superación de la violencia cotidiana, la comunicación para la paz, la consolidación de la seguridad ciudadana y la reconstrucción de la memoria histórica. Para ello, dice, se buscará conectar a las mujeres de los centros urbanos con las mujeres rurales.

Gloria Cuartas, exalcaldesa de Apartadó (Antioquia), también hace parte del comité de impulso. Ella, que gobernó ese municipio durante uno de los periodos más cruentos del conflicto, dice que es importante tender puentes de comunicación “entre Bogotá, donde están los grandes debates por la paz, y las comunidades de los ríos, las cordilleras, las costas y las fronteras. Nuestra esperanza es poder recoger las voces de esas mujeres y reconocerlas públicamente para transformar la imágenes masculinas sobre la paz que se han venido construyendo en los medios”.

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En 1995, Gloria Cuartas resultó electa alcaldesa de Apartadó por cuenta de una coalición de partidos y movimientos políticos denominada “Unidad por la paz”. Foto: Santiago Mesa

 

Cuartas cuestiona que casi todos los plenipotenciarios en la mesa de La Habana sean por hombres. Y es crítica con el hecho de que las discusiones públicas sobre los acuerdos las sigan dando figuras masculinas, en detrimento de las voces de las mujeres: “En la guerra nosotras ponemos el cuidado, la resistencia y la protección. Pero cuando empieza a discutirse el tema de la paz, en el que hay que redistribuir espacio y poder, los hombres continúan haciendo los debates estructurales del país”.

Por eso, dice que otra de las tareas del “millón” es hacer visibles las opiniones de las mujeres de la academia, de las que saben de “economía, de filosofía, de derecho penal o de agricultura. Porque si usted hace un paneo sobre a quiénes se entrevista para que hablen sobre justicia transicional, desarrollo rural, etc., le garantizo que el 90% son hombres”.

Los otros retos, dicen ellas, serán facilitar la apertura de espacios para las futuras excombatientes de las Farc, contribuir a que las discusiones sobre la paz trasciendan la pugna entre el uribismo y el santismo, y presionar para que el Gobierno y el ELN pasen a una fase pública de conversaciones.

Sobre ese último asunto, Ana Teresa sentencia que “si el ELN se queda por fuera (de los diálogos), repetiremos la historia de comienzos de los 90, cuando creíamos que la negociación con el M-19 y las otras guerrillas significaba el fin del conflicto… Y seguirán los secuestros, las masacres y las desapariciones. Por eso, llamamos a las partes a hacer un esfuerzo inmediato por sentarse a la mesa”.

La propuesta de hacer alianzas entre un millón de mujeres parte de la misma premisa de la que han surgido otras coaliciones de colombianas contra la guerra: que las mujeres son resistencia y esperanza, y que es preciso sumar esfuerzos para cargar las banderas de la reconciliación.

En palabras de Gloria: “las mujeres hemos hecho que este país no se derrumbe. El conflicto rompió muchos de nuestros procesos dentro del movimiento agrario, de las diversas expresiones del movimiento obrero y de las organizaciones feministas. Además, hemos vivido en nuestros propios cuerpos las consecuencias de la guerra. Entonces, la convocatoria de reencontrarnos es una posibilidad para seguir dialogando y luchando por una paz justa”.

A diferencia de otras iniciativas, impulsadas en las regiones por mujeres anónimas, las expectativas están en que “el millón” tenga mayor incidencia política. En el comité de impulso, además de Cuartas y Bernal, están la exsenadora Piedad Córdoba, la abogada y excandidata a la Alcaldía de Bogotá María Mercedes Maldonado, la dramaturga Patricia Ariza y la excandidata presidencial Aída Abella. También han pedido pista o están invitadas al “millón” la escritora feminista Florence Thomas, la novelista y columnista Piedad Bonnett, y la antropóloga y exintegrante del M-19 Vera Grabe.