#Divergentes | De acuerdo con las Naciones Unidas, el 23 % de las mujeres que usan espacios digitales manifestaron haber sufrido abuso o acoso en línea al menos una vez en su vida.
Cada 30 segundos una mujer es violentada en Twitter, según un estudio que hizo Amnistía Internacional en el 2018. En Wikipedia, de cada 10 contenidos, 9 son hechos por hombres. Y cuando escribimos en Google una búsqueda que arranque con “la mujer debe”, sale esto:
Podríamos nombrar varios ejemplos más porque la lista es extensa cuando hablamos de tecnología y las desventajas de género. Es curioso que una herramienta que se supone debe contribuir a crear espacios de libertad e innovación, sea al mismo tiempo el reflejo también de los arraigos que aún tenemos como sociedad.
Por todo esto, cerrar las brechas de género fue, justamente, la temática principal del Taller Género y Tecnología: ¿cómo cerrar la brecha? , que tuvo lugar en la cuarta edición del Festival de Innovación y Tecnología Social (FITS) en la Pontificia Universidad Javeriana. El FITS tiene como objetivo mostrar diferentes metodologías, capacitaciones y pedagogía de recaudación de fondos en tecnología para organizaciones, sectores sociales y demás asistentes.
El encuentro fue moderado por Maisa Covaleda, directora de la Fundación Maisa –enfocada en violencia de género– y contó con la participación de Karol Franco, directora de la Revista Level; y Linda Patiño, periodista y líder de proyectos tecnológicos y de género. Juntas hablaron de los diferentes tipos de violencia que actualmente están viviendo las mujeres en redes sociales y también sobre la gran desventaja que muchas están viviendo en estos escenarios.
Karol Franco resaltó que muchas de estas brechas se pueden ver desde la programación de las tecnologías “El aprendizaje de las maquinas está teniendo la raíz de los sesgos culturales que la sociedad ha tenido a lo largo de la historia, sesgos raciales, xenofóbicos, de género, etc. Un ejemplo de esto es Uber, si una mujer lo hubiera programado posiblemente hubieras notado que la opción de compartir tu ruta hubiera estado desde que se creó la App y no tiempo después de ver tantos casos de acoso”.
Según Franco, el tema de los sesgos va incluso desde la educación y la falta de motivación que están teniendo los jóvenes. “Las mujeres están perdiendo la motivación de estudiar temas de tecnología. Al sistema educativo le hace falta marcar una línea digital en las escuelas para poder transferir a los niños conocimientos y que esa transferencia de estereotipos deje de existir”.
Violencia digital
Según el estudio más reciente lanzado por la Relatoría Especial de las Naciones Unidas sobre violencia contra la mujer, “el 23% de las mujeres que usan espacios digitales manifestaron haber sufrido abuso o acoso en línea al menos una vez en su vida, y 1 de cada 10 mujeres ha sido víctima de alguna forma de violencia en línea desde los 15 años de edad”
Dichas violencias han permitido que las mismas mujeres se limiten a usar estos espacios digitales, para no ser nuevamente violentadas: “Las nuevas formas de TIC han facilitado nuevos tipos de violencia por razón de género y desigualdad de género en el acceso a las tecnologías, que impiden a la mujeres y las niñas el pleno disfrute de sus derechos humanos y de su capacidad para lograr la igualdad de género (…) las investigaciones indican que el 28% de las mujeres que fueron objeto de violencia basada en las TIC han reducido deliberadamente su presencia en línea”, asegura el informe.
Además, quienes tienen un perfil social son incluso las más atacadas, por ejemplo: líderes políticas, periodistas, ambientalistas, blogueras y pertenecientes a minorías étnicas o que traten temas de género. Según el estudio Termómetro de Violencias Digital , adelantado por el Ministerio de las TIC en Colombia, “se intercambian más contenidos tóxicos entre hombres que entre mujeres, y más de hombres a mujeres que de mujeres a hombres”.
Linda Patiño, por su parte, contó que vivió en carne propia la violencia en internet. Con 16 años, cuando iniciaba sus estudios universitarios, recibió un correo amenazante que le decía que iba hacer asesinada o mandada a China si no respondía devuelta los mensajes que alguien le mandaba. Además de denunciar el acoso que vivía, Linda sintió la necesidad de documentarse más sobre los tipos de violencia en internet y de enfocar su trabajo en la tecnología y la capacitación de esta herramienta. Por eso, por medio de la página Dominemos La Tecnología, ha sido una de las estrategas en la creación de campañas digitales sobre los tipos de violencia que existen en internet y cómo evitar ser víctima de estas. Acá les compartimos algunos ejemplos:
Cibermatoneo o ciberbullying
Es una de las violencias más comunes y conocidas en la actualidad. Consiste en mandar una serie de mensajes a diferentes tipos de usuarios, utilizando un lenguaje intimidante y grosero. Esto termina siendo una agresión psicológica de forma sistemática. Es común ver este tipo de ataques en Twitter, y quienes son mayormente víctimas, son mujeres con figuración públicas, como periodistas o políticas.
Grooming
Este tipo de violencia está siendo utilizada por sujetos que se hacen pasar por menores de edad para lograr tener contacto con otros menores. Algunos de estos usuarios deciden utilizar redes sociales o páginas sociales de videojuegos para poder tener un contacto más efectivo con menores de edad.
Blue Jacking
Es una técnica en la que un usuario puede mandar mensajes no solicitados a cualquier dispositivo por medio de Bluetooth sin ningún tipo de consentimiento. En esta forma de violencia no es necesario tener el número de la persona a la que se manda el mensaje.
Acoso digital
Es una forma muy parecida al ciberacoso, pero en estos casos suelen pasar cuando las personas tienen una relación romántica, y la tecnología puede utilizarse para manipular y controlar.
Linda también habló sobre un caso popular que ponía en riesgo la privacidad de las mujeres. Se trata de las DeepNude, una aplicación que permite utilizar la foto de cualquier mujer y desnudarla por medio de unos algoritmos y el uso de inteligencia artificial. Esta aplicación utiliza casi el mismo sistema que utilizaba la aplicación de Deepfakes, una técnica de inteligencia artificial que se hizo popular cuando se conoció un vídeo en el que las caras de actrices de Hollywood podían ser instaladas en el cuerpo de actrices porno.
“Además de ser una aplicación que de por sí ya viola muchos derechos, también resulta ser bastante machista, ya que solo permite desnudar mujeres y no hombres”, explicaba Patiño. A DeepNude le dieron de baja debido a que no pudo controlar la gran suma de usuarios registrados. “Se le da de baja no por las denuncias o por los delitos que podía cometier, sino porque no podía soportar a los usuarios. Es un tema de capacidad. Sin embargo, alguien de manera anónima subió de nuevo el código y ahora hay cientos de copias de la aplicación distribuyéndose de manera ilegal con un código modificado que permite hacer nuevos desarrollos sobre este código”.
¿Cómo controlar este tipo de violencias?
Las conclusiones que salieron de la conferencia no fueron muy alentadoras, pues uno de los principales problemas es el desconocimiento respecto a este tipo de violencias y la poca capacitación respecto al uso de herramientas que puedan evitarlas.
Diferentes redes sociales como Twitter o Facebook permiten bloquear comentarios o usuarios que atenten con la integridad de los demás usuarios. Sin embargo, son herramientas que al ser tan enormes, muchas veces dejan pasar contenidos abusivos. Amnistia Internacional en una investigación demostró cómo Twitter se estaba convirtiendo en un espacio de difusión de violencia, sin embargo la red social respondió que “no podemos eliminar el odio y los prejuicios de la sociedad”. Además, incorporó más de 30 modificaciones a su plataforma para mejorar la seguridad.
Una de las recomendaciones para evitar que mensajes o fotos sean tomados por terceros es utilizar aplicaciones que permitan “encriptar información”, que es básicamente codificar la información para que no pueda ser descifrada en caso de un intento de interceptación cuando esté por la red.
También hay herramientas de libre distribución como Veracrypt que permiten tener un mayor control de los archivos para el computador.
Estos métodos son útiles para proteger prácticas populares como el sexting de posibles extorsiones. Las expertas recomendaron utilizar aplicaciones con cifrado de datos, permitan autodestruir mensajes y tengan restricción para hacer capturas de pantalla o renvío de mensajes. Incluso hay aplicaciones que tienen mensajes secretos como Telegram. Además, es recomendable que la cara no se vea en ninguna foto.
Además de las denuncias que cualquier persona podría interponer por estas conductas, una solución es también documentarse constantemente sobre las nuevas herramientas digitales y tener un conocimiento amplio sobre las formas en las que redes sociales o diferentes tecnologías están teniendo más control de la privacidad de los usuarios.