Pogos, metal gótico, punkeros embarrados y algo de crítica política: así se vivió el primer día de Rock al Parque.
Este sábado fue un día importante para el festival gratuito más importante de Latinoamérica: Rock Al Parque. Comenzó la celebración de sus 25 años con toda la fuerza del Metal, un género que ha calado profundamente en las entrañas de los bogotanos. Este día, según cifras de la Alcaldía, el festival recibió cerca de 50.000 personas. Los pogos no pararon y registramos diferentes imágenes de este ritual musical.
Rock Al Parque abrió sus puertas al medio día y a las 3 de la tarde comenzó a tocar la banda Buitres, seguida de Power Insane y de Kariwa en el Escenario Plaza. El pogo continuó con grupos legendarios: Tarja, Tenebrarum de Medellín, Angra, Under Threat y Deicide.
Pero no solo estas bandas se llevaron los aplausos, gritos y la ovación del público, los grupos distritales y nacionales tuvieron también toda la atención del día. La banda Info, R.O.R., Razón de Ser, Grito, Tras las Púas y el Sagrado hicieron de los otros escenarios un día para rockear y mover la cabeza.
Razón de Ser se presentó a las 3:30 p.m. aproximadamente. Nos dijeron que “la energía del público fue increíble”.
Algunos asistentes esperaron hasta cuatro horas para ver a bandas como Deicide. La lluvia llegó intermitentemente pero no afectó el show en general.
Hablamos con Nacho, el baterista de Vaquero Negro, quien muy emocionado al bajarse del Escenario Lago nos dijo que este es un logro de vida. ”Ya nos queremos quedar, el Rock al Parque es un festival que teníamos como objetivo desde hace dos años, hemos trabajado para venir y estar acá en sus 25 años”.
La agrupación brasilera Angra se llevó varios aplausos. Tocaron temas que muchos asistentes estaban esperando, como Carry On.
En el transcurso del día hubo encuentros inesperados entre punkeros, hardcoreros, metaleros y skinheads. Fue una tarde tranquila, pese a todos los pogos.
Tarja, exvocalista de Nightwish, puso a vibrar a todo el Simón Bolívar con un metal gótico que hace mucho tiempo no se escuchaba con tanta perfección en la capital .
Con Tanja el público estaba a reventar, las personas se quedaron contemplando la música que con el paso del tiempo se tornaría mucho más pesada con bandas como Deicide, de Death Metal.
En los pogos, como siempre, hubo desmayos, cabezas lastimadas pero muchos abrazos al final. No se ha perdido la costumbre de rescatar al que está en el suelo y de putear al gobierno de turno.
