OPINIÓN | Federico podrá ser un gran personaje ante las cámaras, pero detrás de escena, Medellín se está desmoronando.
De Federico Gutiérrez en campaña me acuerdo, en particular, de dos cosas. Una es él mismo, en la calle, repartiendo publicidad y hablando con quienes quería que fuéramos sus votantes. Transmitía una imagen cercana, amable, hasta creíble. “El alcalde de la gente”, decía que iba a ser. Lo otro que recuerdo son sus grandes promesas de seguridad para Medellín. Que iba a combatir la criminalidad, que iba a disminuir la violencia, que la seguridad no era un asunto “ni de izquierda ni de derecha”. Que la ciudad iba a ser más segura con él.
Medellín al final lo eligió, y ya casi va a cumplir tres años en el puesto. Y las dos cosas que “resaltaron” de su campaña se juntaron en ese tiempo: por un lado, ‘Fico’ aparece cada dos por tres en cámaras, se muestra en capturas a delincuentes, saluda al ciudadano con tono amistoso y hace presencia constante en las redes sociales. Esto le ha dado una imagen muy positiva, tanto que siempre ha estado en los primeros puestos de favorabilidad entre los alcaldes de Colombia.
Pero la otra cara de la moneda muestra que a Federico le quedó grande la seguridad de la ciudad. Desde que llegó a la Alcaldía, el primero de enero de 2016, aumentaron el número de robos, de desplazamientos forzados y de homicidios en Medellín. Y de forma progresiva
Estas son las cifras por cada 100.000 habitantes: en 2015 hubo 302 robos a personas. Federico se propuso bajarlos a 153. En 2016 hubo 455, en 2017 hubo 674 y este año llevamos 779. Para 2015 eran 1.726 locales comerciales robados, y ‘Fico’ dijo que los bajaría a 1.035. En 2016 fueron 1.658, en 2017 un total de 1.765 y en 218 van 2.049. En robos de motos, casas y carros, los números bajaron un poco, pero las metas están lejos de cumplirse.
Lo más preocupante son los homicidios. Federico recibió la ciudad con 20 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, y propuso bajarlas a 15. En 2016 fueron 21, en 2017 fueron 23 y en lo que llevamos de 2018 van 25. Para poner las cosas en perspectiva, en 2017 hubo 577 homicidios en Medellín, y este año ya vamos en 501 (incluidos 30 feminicidios). También, según la Defensoría del Pueblo, de 2013 a 2016 no hubo ni un fenómeno de desplazamiento forzado masivo. Desde que Federico es alcalde han sido 6.
Gutiérrez no está ni cerca de cumplir las promesas de seguridad que le hizo a Medellín en su campaña. Todo lo anterior pueden parecer cifras frías, pero algunos defensores de Derechos Humanos en la ciudad ya hablan de una “crisis humanitaria”.
Mientras tanto, lo último que conocimos de nuestro alcalde en público fue su gran aparición en los medios con el presidente Iván Duque. Juntos, acompañados por el ministro de Defensa, lideraron un operativo contra las plazas de vicio en Barrio Antioquia. Fue un operativo de esos enmarcados en la campaña “el que la hace la paga”, slogan de Iván Duque. El balance fueron 56 capturas y el nada impresionante decomiso de 10.000 dosis de droga. Todo terminó con Iván Duque diciendo “sí sería bueno que Colombia tuviera más Federicos Gutiérrez”.
Todo el operativo se montó, como casi siempre, en forma de espectáculo. Cámaras y periodistas. Como ‘golpaso’ al narcotráfico. Como si cada 6 meses no se hiciera algo similar en Barrio Antioquia. Y peor aún, como si el operativo hubiera tenido algún efecto significativo contra el crimen: un par de días después del allanamiento, la venta masiva de drogas en Barrio Antioquia volvió, como pasa cada vez.
Tal vez sí se vio muy bonito el operativo en las cámaras, y Duque y ‘Fico’ quedaron contentos. Pero hay que ser sinceros, a Medellín todavía la dominan las bandas criminales, y el narcotráfico está presente y muy fuerte en todos los barrios de la ciudad.
Las ideas de Federico en temas de seguridad han demostrado ser precarias e ineficaces, incluso perjudiciales. Ya dijo que está de acuerdo con la militarización de los barrios, con el eufemismo de “asistencia militar”. Como si esto no hubiera terminado en tragedia en el pasado. Tiene un helicóptero de vigilancia urbana, más famoso por despertar a vecinos que por resultados concretos de seguridad. Ha invertido 57 mil millones de pesos en cámaras de vigilancia y equipamiento policial. Aún así, los robos y las muertes aumentan.
¿De verdad son estas cosas sinónimos de seguridad para Medellín? ¿Un solo operativo en una plaza de vicio, sin acompañamiento social, altera al narcotráfico? ¿Disminuye el poder de las bandas criminales la presencia de militares en los barrios? No creo.
‘Fico’ podrá tener una buena imagen pero una cosa es clara: no está cumpliendo. Y eso que en todo esto se quedan sin mencionar otros males de Medellín, como el deterioro cultural y patrimonial de la ciudad, y sus índices alarmantes de contaminación. Y tampoco menciono que a algunos ya les suena Federico Gutiérrez como próximo presidente.
Vale la pena traer una frase que le escuché a un amigo hace unos días: “no se debe gobernar a punta de likes“. Y es que si así lo hacen, los gobernantes terminan dándole la espalda a la realidad.