Crónica de un encuentro presidido por tres de los activistas pro Palestina más importantes de Europa. Albanese, Corbyn, Hassan: Liberen ustedes a Palestina. (Europa, tú siéntate y cállate).  | ¡PACIFISTA!
Crónica de un encuentro presidido por tres de los activistas pro Palestina más importantes de Europa. Albanese, Corbyn, Hassan: Liberen ustedes a Palestina. (Europa, tú siéntate y cállate). 
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Crónica de un encuentro presidido por tres de los activistas pro Palestina más importantes de Europa. Albanese, Corbyn, Hassan: Liberen ustedes a Palestina. (Europa, tú siéntate y cállate). 

Staff ¡Pacifista! - octubre 7, 2025

Francesca Albanese, Jeremy Corbyn y Rima Hassan son los rock stars político-diplomáticos de la causa palestina en Europa. Estuvieron en Bogotá y se sentaron un par de horas en el Museo Nacional el 15 de julio para mirar a los ojos, desde el panóptico que un día fue cárcel, a un puñado de ciudadanos de a pie que quisieron ir a encontrarse con sus héroes modernos. Albanese, Corbyn y Hassan le dieron un lugar a los mortales que en Colombia no fueron parte de las exclusivas y entaconadas reuniones diplomáticas de la Conferencia Ministerial de Emergencia sobre Palestina que convocó en Bogotá el Grupo de La Haya. 

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(Momento para respirar).

Por: Inés Elvira Lopera

 

Albanese, Corbyn y Hassan son hijos del continente anciano. Ay, Europa. Huele a Channel No. 5; a Dior Eau Sauvage, y se precia de ser glamurosamente democrática. La Europa cómplice del genocidio palestino es ampulosa, perfumada, serpentina, hipócrita. Chic.

Hipócrita, esa Europa cómplice es Ursula von der Leyen que como disco rayado ha repetido que Israel tiene el derecho a defenderse pero (de manera pasmosa viniendo de la presidenta de la Comisión Europea), no ha usado su silla política de oro y diamantes para hacer un llamado a Israel a respetar el derecho internacional humanitario.  

Taimada, esa Europa cómplice es Giorgia Meloni besando la mano del Papa León XIV en la misa de inauguración de su reciente electo pontificado en un momento en que más de año y medio de genocidio no le había bastado para condenar una sola vez a Israel.

Tibia, esa Europa cómplice es un Macron que de labios para afuera amenaza con imponer sanciones a Israel por bloquear la ayuda humanitaria al devastado enclave palestino pero termina no imponiéndolas. 

Cínica, esa Europa cómplice es Keir Starmer parándose en la Cámara de los Comunes a decirle al Parlamento cosas como que el nivel de sufrimiento en Gaza es “totalmente intolerable”, que la escalada militar de Israel lo “horroriza”, y que el bloqueo de Israel a la ayuda humanitaria en Gaza le resulta “total y completamente inadecuado”. Todo esto, para terminar rehusándose a imponer una prohibición total de la venta de armas a Israel por parte del Reino Unido.   

Desvergonzada, esa Europa cómplice y compinche de Israel es Viktor Orban, primer ministro de Hungría, pasándose por la faja una orden de arresto de la Corte Penal Internacional recibiendo a Netanyahu -en abril, en Budapest-, con una afectada bienvenida, desfile militar y alfombra roja incluidos.  Se dio el ominoso lujo de no esposarlo pese a que la CPI le emitió una orden de arresto el año pasado tras haber encontrado motivos razonables para creer que él y Gallant son penalmente responsables en calidad de co – perpetradores de:

  1. Dirigir intencionalmente un ataque contra la población civil en la franja de Gaza.
  2. Cometer el crimen de hambruna forzada como método de guerra.
  3. Cometer los crímenes de lesa humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos en el marco de la ofensiva israelí al enclave palestino.       

Francesca Albanese 

Al principio del encuentro las arengas desordenadas que casi no dejan empezar la agenda del día dieron un poquito de pena ajena. Allí, entre la audiencia, seguramente pasó por la cabeza de más de uno la pregunta de si Francesca Albanese, Relatora Especial de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, tan ocupada abogando por el pueblo palestino en contra de la corriente de algunas de las democracias más célebres del mundo, se sentía perdiendo el tiempo.

Pero no. Albanese agradeció las demostraciones de afecto llamándolas en español como acá las llamamos -cariño-, dijo estar complacida de estar donde estaba y calificó de firme la posición de Colombia respecto de la causa palestina. El público la ovacionó mucho antes de que interviniera; tan pronto la maestra de ceremonias mencionó su nombre todo el mundo se paró. Ella, con un agradecimiento genuinamente humilde, devolvió el gesto. 

Usa sus distintivos aretes grandes que esta vez tienen lo que parecen unos claveles rojos que penden de unas candongas, y un anillo que parece una flor de metal teñida de verde.

Albanese (Ariano Irpino, Italia, 1977), es licenciada en derecho de la Universidad de Pisa y máster en derechos humanos de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS). Fue asesora en temas de migración y desplazamiento forzado para la organización sin ánimo de lucro Renacimiento Árabe para la Democracia y el Desarrollo (ARDD). 

Es la primera mujer en ser elegida como Relatora Especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados. Su trabajo, en virtud de este cargo, es investigar y estudiar la situación de derechos humanos en Palestina para así presentar un diagnóstico a la institución. Su enfoque en el ejercicio de este cargo, además de la elaboración y presentación del informe, viene siendo recorrer el mundo para crear consciencia sobre la situación de Palestina. Por eso, entonces, obviamente, estuvo en Colombia.

Musical, contundente y cálido como el sol después de la lluvia: el español de Francesca Albanese ofrendó a quienes la escucharon una visión ontológica de lo que significa que el pueblo palestino en Gaza y la Cisjordania Ocupada continúe siendo desangrado y exterminado sin misericordia por Israel y sus aliados: que nadie es libre hasta que Palestina sea libre. Que la libertad, si no es colectiva, está incompleta. 

Lee su alocución desde una tablet que tiene pegado en el dorso, por donde la agarra para leer, un exquisito collage de preciosos stickers esencialmente anticolonialistas entre los que se cuentan: 

 

  1. La bandera de Palestina
  2. La sandía, que por tener los mismos colores de la bandera palestina se ha consolidado por décadas como símbolo pro-palestino como respuesta a la supresión israelí que, como de costumbre, a menudo prohibió que los palestinos ondearan su bandera en su propia tierra.
  3. Handala, el chico palestino con las manos atrás como amarradas por una cuerda invisible que, descalzo, da la espalda y todo parece indicar que oculta a un opresor subyugante e infame. No es de carne y hueso: es un dibujo del caricaturista político palestino Naji al-Ali. Handala se ha consolidado como un símbolo de la identidad palestina; de un pueblo tan resiliente como vejado.
  4. Una genialidad y belleza de ilustración de alguien que hizo lo que parece la portada de un disco indie de algún músico pro Palestino. La ilustración combina los colores de la bandera de Sudáfrica, con un sable militar y el escudo de armas de la República de las Molucas del Sur. Quienquiera que haya sido el creador, se encargó de enterarnos de que la República de las Molucas del Sur fue una república autoproclamada de un grupo de islas que en el archipiélago de las Islas Molucas quiso independizarse en 1950 de Indonesia, que a su vez en ese entonces era colonia de los Países Bajos.
  5. La bandera de los aborígenes australianos, por supuesto otrora colonizados y aniquilados por los ingleses. Tiene una franja superior negra, una franja inferior roja y un círculo amarillo sobre ambas franjas en la mitad, que representa al sol.  

 

Albanese aterriza en Colombia y todavía huele a pan fresco su más reciente informe sobre la situación en Palestina, presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a principios de julio. Un informe que expone los vínculos del que ella no titubea en señalar un sistema colonial, racista y capitalista que en sus palabras “se ha lucrado de la miseria y la explotación del pueblo palestino con la ayuda de algunas llamadas democracias liberales”. Para ella esta máquina persigue implacablemente su propósito: borrar una población no deseada mientras extrae sus beneficios.

Su informe denuncia que una red de 48 actores corporativos está profundamente entrelazada con la economía israelí, y que dicha conexión es la que impulsa, posibilita y permite la maquinaria israelí del desplazamiento, destrucción, segregación y vigilancia permanente del pueblo palestino.

Y acá es donde uno entiende por qué la administración Trump le acaba de imponer sanciones: porque Francesca Albanese se metió con las corporaciones; con los negocios; con el dinero. Porque en su reporte aparecen listadas entre esos 48 actores corporativos, gigantes de la tecnología estadounidenses como Microsoft, Alphabet Inc. -sociedad matriz de Google- y Amazon.

Señala que Israel ha utilizado el genocidio como una oportunidad para probar nuevas armas, sistemas de vigilancia personalizados, drones letales y otras tecnologías no tripuladas para exterminar al pueblo palestino. “Esta indefensión diseñada ha convertido al pueblo y a la tierra de Palestina en un laboratorio real para el complejo militar industrial israelí”, dice. 

La Relatora Especial de las Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados estuvo en Colombia para hacer un llamado urgente a los gobiernos y al sistema económico global; llamado que ciertamente incomoda y que, como ella misma dice con picardía (a pesar de que la palabra no nos guste y esté tan trillada), ha hecho que algunos se caigan de sus sillas. 

Trump y Marco Rubio claramente lo hicieron, tachándola, de paso, de antisemita y de apoyar el terrorismo. Todo, (lo sabemos), porque Israel y Estados Unidos -su más fiel, alcahueta, y firme aliado- han usado estas dos cartas de la manera más retrechera posible para justificar lanzar bombas sobre niños. 

Este llamado a los estados y al sistema económico mundial constituye uno de los mensajes más importantes de Francesca Albanese:

Los estados deben imponer un embargo total de armas a Israel, suspender todos los acuerdos comerciales y relaciones de inversión y aplicar medidas de rendición de cuentas asegurando que entidades corporativas enfrenten consecuencias legales por su participación en graves violaciones del derecho internacional.

Las entidades corporativas deben cesar urgentemente todas las actividades comerciales y terminar las relaciones que tienen una vinculación directa que contribuye o que causa violaciones a los derechos humanos y crímenes internacionales contra el pueblo palestino. 

Albanese usa gafas agatadas negras que recuerdan a Batichica y muchos en el mundo,  de hecho, la vienen llamando en el último tiempo, la “heroína de Palestina”. El sobrenombre, lejos de trivializar su trabajo, la consolida como una trabajadora humanitaria que ha probado no tener dobles estándares morales y que ha probado, también, que la diplomacia, si se ejerce con compromiso, genera resultados: gracias a su trabajo la consciencia sobre Palestina crece y crece. El mundo ahora, definitivamente, ya no es el de antes.

Albanese, que recientemente dijo en una entrevista que dejó de usar su cuenta de Airbnb porque la plataforma opera en territorios ocupados por Israel en la Cisjordania Ocupada, nos recuerda al Papa Francisco. ¿Por qué? Porque su voz italianizada al defender a Palestina (ya en inglés, ya en español), está llena de aflicción y de amor en la voz: “Una sola aaalma perdiiida debería ser una señal luminosa del cielo que nos llame a movilizarnos, a actuar, a dar voz a los sin voz”. 

Resuena inmediatamente en el corazón, al escuchar las palabras de Albanese, la voz del Papa Francisco frente a la curia en diciembre del año pasado. Con dificultosa respiración y profunda tristeza en la voz, dijo entonces: “Ayer fueron bombardeados… ¡niños! Esto es crueldad; esto no es guerra. Quiero decirlo porque toca el corazón”. Francesca y Francisco, defensores. Solaz de los que sufren.  

 

Jeremy Corbyn 

Escuchar a Jeremy Corbyn es recordar que alguna vez Bertrand Russell fue durante la Primera Guerra Mundial un acérrimo opositor de la conscripción, lo cual le ganó ser tachado por las autoridades británicas de subversivo; es recordar que su activismo anti Guerra de Vietnam lo ‘premió’ con una semana de cárcel a los 89 años. 

Corbyn, expulsado en 2024 del Partido Laborista que alguna vez lideró, se presentó a las elecciones del Parlamento Inglés en julio del año pasado y ganó su silla presentándose como candidato independiente por el distrito electoral de Islington North.

Defensor de la idea penosamente embolatada por occidente del derecho de autodeterminación del pueblo palestino, y defensor, también, de la legitimidad de un ampliamente ninguneado derecho a que Palestina pueda convertiste en estado, Corbyn es de izquierda y en el marco de su activismo político se ha opuesto, entre otras, al apartheid, la industria armamentista y la guerra en Iraq. Ha sido ganador del Premio Gandhi por la paz y del Premio de Paz Seán MacBride.  

A lo largo de estos casi dos años de genocidio, sus alocuciones en el Parlamento Inglés han denunciado las acciones militares criminales de Israel y han criticado la participación de Inglaterra en el suministro de armas y de piezas para ensamble de armamento a Israel. 

En efecto, recientemente presentó una ley ante el Parlamento Inglés para exigir una investigación de la política gubernamental del suministro de armas y de la falta de acción de Inglaterra para hacer cumplir la ley internacional. Como el gobierno usó sus mayorías para bloquear la ley de Corbyn, el parlamentario está convocando para septiembre una investigación abierta y pública. 

Sorprende que Jeremy Corbyn, a pesar de ser todo un Member of Parliament, no levite. La verdad es que su aura está completamente despojada del verde helecho de su lustrosa silla en la Cámara de los Comunes del Parlamento Inglés. No le interesa descrestar con discursos sinuosos al público colombiano que lo escucha.

En cambio, Corbyn hace un resumen que cabe en una nuez y que condensa magistral, pero sencillamente, casi dos años de genocidio. En virtud de su ejercicio de compendiar esta historia de terror y despojo, recuerda que la ocupación israelí no empezó en octubre de 2023; que cada aspecto de la ley internacional -incluida, por supuesto, la Convención de Ginebra-, ha sido rota; que el ejército israelí depende enteramente del suministro de armas y tecnología por parte de Estados Unidos y muchos países europeos; que cada crimen de guerra que ha existido jamás está siendo padecido por los palestinos en Gaza. Y que este es un genocidio siendo cometido, en vivo, en la televisión.

Como carece de la doblez de David Lammy, Jeremy Corbyn no esconde su pasaporte para mencionar que su país le ha suministrado a Israel piezas del Jet F-35 con que Israel ha bombardeado Gaza y para mencionar que su gobierno ha participado en la ofensiva militar contra el enclave palestino desde bases militares británicas en Chipre.

Remata con lo que inequívocamente mueve e inspira a cualquier persona que sienta que las tripas se le quieren salir por la boca de saber que Israel ha asesinado a más de 17.000 niños en Gaza: 

“Cada generación tiene una causa; cada generación tiene un propósito; cada generación tiene un sentido de qué son la esperanza y la determinación para lograr algo. Ahora, en este tiempo, 2025, siglo XXI, la causa global por el pueblo de Palestina, por su arte; su cultura; su música; su poesía; su supervivencia, es muy importante. Entonces, hagamos de ésta una causa popular entre todas las comunidades, en todos los rincones del mundo: obligaremos a todos nuestros gobiernos a hacer lo correcto. ¡Hagan lo correcto y devuelvan la paz, la justicia y el reconocimiento al pueblo Palestino!”. 

 

Rima Hassan 

Rima Hassan, a sus 33 años, es eurodiputada. Fue elegida para el Parlamento Europeo el año pasado y desde allí ha continuado su actividad política y activista a favor de Palestina, en virtud de la cual ya en 2023 había fundado el colectivo Action Palestine France y había incluso hecho una intervención en el senado francés en el marco de un simposio sobre Israel y Palestina convocado por la senadora Esther Benbassa. 

De origen palestino, Hassan nació en un campo de refugiados en Siria y emigró a Francia alrededor de los nueve años de edad. A los 24 años trabajó en la Oficina Francesa para la Protección de Refugiados y Personas Apátridas. En 2019 fundaría la ONG El Observatorio de Campos de Refugiados. Es morena.

Aporta en su intervención datos clave para entender la relación económica – armamentista de Europa y de la Unión Europea con Israel, datos que incluyen cifras que prueban que Europa es inequívocamente cómplice del genocidio en Gaza: 

En este momento 32% del total de los intercambios comerciales de Israel son con la Unión Europea y el total de estos intercambios de bienes entre la Unión Europea e Israel en 2024 estuvo por encima de los 42.6 billones de euros.

A pesar de que Estados Unidos es el primer responsable del apoyo logístico, del apoyo militar al régimen israelí -responsable del genocidio-, justo después sigue Alemania y justo después sigue Italia. Las exportaciones de armas pasaron del 35% en 2023 al 54% en el 2024 para un total de 8 billones de euros. 

Habla también de lo que ella llama un divorcio entre los pueblos y sus dirigentes y señala que en Francia 75% de los franceses está a favor de sanciones contra Israel. Efectivamente, presos del actuar de sus gobiernos, ciudadanos de a pie en Europa se han movilizado en ríos a favor de Palestina: lo han hecho con arengas pacíficas gritando Free Palestine! en una plaza en Berlín; en calles de Londres; a bordo de la Estatua de la República a quienes manifestantes en París montaron para emperifollarla con la bandera de Palestina. 

Hassan fue expulsada de Israel el pasado 12 de junio y deportada a París después de haber sido abducida por autoridades israelíes por ser parte de la Flotilla de la Libertad que intentó romper el bloqueo de ayuda humanitaria perpetrado por Israel que actualmente continúa y sigue matando de hambre a dos millones de palestinos.

(Segundo y último momento para respirar).

 


Epílogo

Al valiente periodista que le preguntó si los medios que aún evitan calificar de genocidio la situación en Gaza deberían cambiar su enfoque, Francesca Albanese le preguntó que si el medio de comunicación al que él pertenece usaba el término. La respuesta fue no. Ahí fue, entonces, que Albanese no titubeó para confrontarlo de manera clara e incisiva:

“¿Tienen expertos legales o historiadores en los medios que digan que no es un genocidio? ¿Por eso no lo llaman así? Si no, entonces es una postura política. Tu periódico no está haciendo lo que el periodismo debería hacer”.

Es con la vehemencia de Albanese que esa Europa cómplice del genocidio debe ser abordada.  Las acciones y omisiones de Macron, Meloni, von der Leyen, Starmer y Orban -entre otros-, además de ser llamadas por su nombre, deben ser confrontadas por la sociedad civil y castigadas por el sistema judicial. Europa cómplice: te sientas y te callas. ¡Al banquillo!

Albanese suele decir en sus constantes intervenciones alrededor del mundo: “mientras aquí hablamos, más palestinos están siendo masacrados”. Huelga decir que mientras esta crónica cierra, más palestinos están siendo masacrados y matados de hambre. Esto está pasando, es aberrante. 

Pero es Albanese misma quien, mirando a los ojos a su audiencia, invitó a la esperanza: “Hoy no tenemos el lujo de perder la esperanza ni por los palestinos ni por todos nosotros. Como suelo citar, la esperanza es una disciplina y es una que necesitamos transitar juntos. Lo que venga después dependerá de todos nosotros”.

Tampoco Corbyn se descorazona a pesar de ver en sus narices día a día cómo la inacción del gobierno de su país sigue permitiendo que el genocidio palestino en la Franja de Gaza y en la Cisjordania Ocupada se perpetre y se perpetúe.

Con la esperanza brillando en los ojos detrás de sus siempre fieles anteojos bifocales, le dijo tras bambalinas a quien escribe:    

“Mi esperanza reside en la gente común y en la humanidad, quienes fundamentalmente quieren vivir en un mundo en paz. Hay fuerzas malévolas, está la industria armamentística, el pensamiento militar, la codicia por recursos naturales que le pertenecen a otros, así que es en la codicia y la desigualdad del mundo en donde está el problema. ¿Que si creo que las cosas pueden cambiar? Sí”. 

Ya lo hemos visto todo en las pantallas de nuestros teléfonos: niños, hospitales, campos de refugiados y colegios bombardeados; pilas de mortajas; palestinos reducidos a huesos por la hambruna; defensa civil tratando de sacar personas de los escombros; niños despedazados o perforados por la metralla; palestinos quemados vivos por bombas israelíes que caen así, sin más, en zonas donde no hay nada distinto a palestinos sobreviviendo en paupérrimas y gélidas carpas. 

Bella, inconcebible, es la oración que a menudo se ve a los palestinos en Gaza elevando al cielo en voz alta mientras les acaecen estos horrores: “Dios nos basta y es quien mejor dispone los asuntos”. Que Dios disponga los asuntos de otra manera en Palestina, por favor y gracias. Hablando de Dios, Jeremy Corbyn va saliendo del Museo Nacional porque ya van a apagar las luces y quien escribe le pregunta si cree en Dios. Jeremy Corbyn, Bogotá, julio de 2025, entre chiste y chanza: “Jesucristo era socialista”.     


Colofón:

Ione Belarra brilla igual de brillante a Corbyn, Albanese y Hassan. Habría sido la auténtica ‘cuarta’ Fantástica de este encuentro pro Palestina. Lo habría sido porque calificó ‘esto’ de genocidio por primera vez en una alocución ¡el 14 de octubre de 2023!, cuando ya denunciaba que esto era y es un genocidio planificado; cuando ya denunciaba el bombardeo israelí sobre población civil como castigo colectivo; cuando ya denunciaba que Israel incumple e incumplía gravemente el derecho internacional; cuando ya denunciaba que Israel estaba cometiendo crímenes de guerra.

Ione Belarra habría sido la auténtica ‘cuarta´ Fantástica de este encuentro pro Palestina porque le dijo a Pedro Sánchez (que la escuchó en el Congreso de los diputados mascando chicle) y a los demás miembros del gobierno español detrás de la complicidad de España en el genocidio palestino, lo que se merecían por ser cómplices de Israel: “Espero que algo así pese gravemente sobre sus consciencias, porque desde luego no representa la voluntad del pueblo español que ha manifestado una y otra vez su solidaridad con Palestina, y porque lo que están haciendo no sólo es abiertamente ilegal: es absolutamente inmoral”. 


Agradecimientos especiales para: 

-María, por haber creído en este texto, por su inmensa generosidad. 

-El equipo de trabajo del Ministerio de Cultura que me acogió y ayudó en todo a pesar de que llegué sin avisar y llegué a importunar. Gracias, apreciados: Lucía Pulido, Rosario Vergara, Gina Jaimes, Alejandro Montaña, Juan Pablo Zabala, Wilson Estrada. 

The Hague Group por tan precioso y pulcro isotipo que con reverencia usamos para esta crónica. Esta crónica existe gracias a su honorable y profusamente magnánima gestión por la paz y la justicia. 

-David Edwards por su invaluable ayuda para entender lo que Jeremy Corbyn masculló en un momento profundamente inglés y hondamente conmovedor cuando decidió darme cincuenta y nueve segundos de su vida.

-Manuela Calle por ser Manuela Calle, mi ángel benefactor de siempre, que hizo espacio en su ocupada vida de artista visual y gráfica y mamá de Olivia para hacer en tiempo récord el collage – ilustración más increíble que esta pieza periodística jamás soñó.

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