La negociación de paz con el ELN está en uno de sus momentos más difíciles. Las denuncias desde Venezuela no son alentadoras.
Integrantes del ELN asesinaron a tres militares venezolanos el pasado 4 de noviembre. Esto sucedió en el estado de Amazonas —territorio venezolano— en un enfrentamiento entre la guerrilla y el ejército de Venezuela. La causa del ataque apunta a ser una respuesta del ELN por la reciente captura de alias Garganta, líder guerrillero, por el ejército venezolano. Este tipo de disputas demuestran que el ELN se convirtió en un actor armado de peso en la frontera.
Esta guerrilla ha estado en el país vecino desde mediados de los años 80. Es decir, incluso desde antes de que Hugo Chávez llegara al poder. Hoy en día hacen presencia en zonas de la frontera colombo-venezolana y en ciudades al interior del país. Controlan economías ilegales (minería, contrabando) en ciertas áreas venezolanas y son figuras de autoridad en algunos pueblos.
El investigador Ronal Rodríguez, de la Universidad del Rosario, habla de “pueblos en Venezuela donde el ELN es autoridad”. Se sabe de casos de municipios en los que el ELN cobra vacunas, detiene personas o reparte panfletos con amenazas.
Todo esto sucede, según coinciden varios expertos, por cierto nivel de colaboración u omisión del gobierno venezolano. Ronal Rodríguez explica que la desarticulación que vive el Estado de Venezuela hace que, en algunos casos, sectores oficiales se alíen con grupos ilegales, como el ELN. En otros casos, por ejemplo, algunos generales venezolanos intentaron detener el avance del ELN; por esto fueron sancionados o retirados del cargo.
Un caso de esta aparente connivencia entre sectores del gobierno venezolano y el ELN es la entrega de cajas Clap de comida: la debería hacer el gobierno, pero al menos en 40 municipios de Venezuela el ELN es el que reparte las cajas. Otro: una alcaldesa venezolana llegó a un acto oficial con un “empresario”, que al parecer era en realidad un comandante del ELN. Otro alcalde, dicen en su pueblo, es complaciente con los guerrilleros y los deja moverse en vehículos militares. Uno más: en un pueblo detuvieron a cuatro funcionarios de la policía venezolana con 150 uniformes militares, con insignias del ELN y mil balas.
Una fuente del terreno nos dijo que hechos como estos no pueden ocurrir sin que el gobierno lo sepa. Que hay, por lo menos, omisión de su parte.
Por otro lado, hay que decir que la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ejército de Venezuela) sí combate al ELN. Y no solo ahora: Víctor de Currea-Lugo, experto en conflicto, dice que los combates ocurren desde hace 30 años. No obstante, el ejército venezolano no ha podido expulsarlos en este tiempo, en parte por el gran arraigo que tienen en algunas zonas.
De Currea-Lugo explica que han llegado a volverse una “institución en ciertos territorios”. También que “donde hay vacíos de poder, ese vacío lo llena algún actor”, en este caso el ELN. Otro ejemplo que cita de esto es el caso de alias Guacho, en nuestro país.
Proceso de paz y poder del ELN
Mientras tanto, la guerrilla sigue en un proceso largo de negociación de paz con el gobierno colombiano. Pero en este momento hay dos situaciones que lo complican: el gobierno de Iván Duque ha puesto condiciones que el ELN no ha querido aceptar (como el cese de hostilidades y la liberación de secuestrados). Y por otro lado, Colombia en este momento tampoco es capaz de derrotarlos en el ámbito militar. En estas condiciones, el ELN seguirá siendo un poder militar e incluso político, tanto en Colombia como en Venezuela.
Hay informaciones que apuntan a que incluso, en ocasiones, los cabecillas del ELN que están en Colombia cruzan la frontera para refugiarse del Ejército colombiano, reclutar personal y para reunirse y desde allí coordinar y ordenar ataques. Esto lo dice el gobierno colombiano. Venezuela representa una retaguardia estratégica para el ELN. Y del otro lado, la información oficial del gobierno de Nicolás Maduro sobre el tema del ELN es poca y casi siempre escueta.
Además, las relaciones entre los dos países están frías, por temas como la migración de venezolanos a Colombia y la relación distante entre Iván Duque y Nicolás Maduro. Justo ayer, Vladimir Padrino, ministro de Defensa venezolano, tildó de “payaso” a Francisco Santos, embajador de Colombia en Estados Unidos. Lo calificó de esta manera porque “Pacho” Santos acusó al gobierno venezolano de “proteger al ELN”. Padrino respondió que va a emprender una ofensiva militar: contra el ELN y contra los demás grupos criminales colombianos que están en Venezuela.
En los últimos meses se han expedido varias circulares rojas contra cabecillas del ELN. Esto significa que tanto la fuerza pública colombiana como la venezolana tienen competencia para capturarlos.
Entre todo esto, la población colombiana y la venezolana sufren las consecuencias de los ataques esta guerrilla. El pasado 22 de octubre, se cree, el ELN hizo explotar varios carros de la Policía en la vía Tunja-Bogotá, y un patrullero terminó muerto. El pasado 15 de octubre, cerca al municipio venezolano Tumeremo, sucedió una masacre en una mina que acabó con 17 vidas. Esto se le atribuye a 30 hombres del ELN, y fue no cerca a la frontera con Colombia sino en un pueblo en la profundidad de Venezuela.
