Jovanna Espitia contiene en su cuerpo 30 grados del elemento tóxico y un quiste en el cerebro
Según Jovanna Espitia, extrabajadora de la empresa AngloGold Ashanti, nueve meses de trabajo en el proyecto minero La Colosa, en Cajamarca (Tolima), y 30 grados de mercurio en su cabeza, cambiaron su vida. La mujer le dijo a ¡Pacifista! que “la compañía guardaba dosis de mercurio que yo misma vi en su plataforma donde se realizaban las labores de exploración. En el área está prohibido tomar fotografías y por eso no logré tener pruebas”. También aseguró que en la empresa apenas le daban un tapabocas cuando debería haber usado un respirador por las condiciones volcánicas del suelo y la alta probabilidad de contener metales pesados. Pese a que nunca estuvo en contacto directo con el mercurio, Jovanna tiene certificados médicos que comprueban la presencia de ese material tóxico en su cuerpo, y de un quiste cerebral.
Después de seis meses trabajando en la plataforma, Jovanna, dice, comenzó a sentir dolores de estómago, mareos, pérdidas temporales de memoria y dolores de cabeza. Tras varios diagnósticos médicos infructuosos, “en febrero de 2012 me presenté a un centro asistencial por esos síntomas, y unas horas más tarde ya tenía dormida la mitad del cuerpo y no podía hablar. Estaba perdiendo la memoria, el movimiento y el equilibrio. Me dijeron que yo tenía una lesión cerebral y se dieron cuenta que algo había entrado en mi organismo y me había producido los síntomas”, relató la mujer a El Olfato, medio de comunicación del Tolima, donde hizo su denuncia a mediados del año pasado.
Al parecer no es el único caso. La extrabajadora dijo que otros tres compañeros de los nueve que laboraban en su área sufrieron algunos síntomas, pero prefieren guardar su identidad. Un auxiliar de campo, con 26 años, sufrió cáncer de estómago en 2011. Otro auxiliar ambiental padeció de mareos similares a los de Jovanna, y convulsiones. La madre de él, Elsy Sánchez, contó a ¡Pacifista! que en varias ocasiones su hijo tuvo que ser trasladado de la empresa al hospital por esos episodios. El auxiliar, de 37 años, había trabajado diez en la compañía hasta que” su enfermedad” le impidió desempeñar las labores con normalidad, motivo por el que, según su madre, fue despedido en 2014. Desde ese tiempo se medica con fenitonina.
Por su parte, la gerente de comunicaciones de AngloGold Ashanti en Colombia, Margarita Arango, afirmó a nuestro portal que la empresa no ha recibido otras denuncias aparte de la de Jovanna. Con respecto al mercurio, dijo “los problemas físicos no tienen que ver con las labores de la compañía, pues no hemos empleado ese material en la etapa exploratoria, ni hemos encontrado en nuestro suelo, ni se empleará más adelante”.
Sin embargo, Hollman Hernández, uno de los hombres que trabajaba en la vigilancia de la empresa contradijo las palabras de Margarita Arango: “Un día en agosto de 2011 sacaron una piedra cubierta con un material que nunca habíamos visto, de un negro intenso. El perforista nos hizo salir a todos asegurando que iba a ver un caos. Días después el mismo perforista me comentó, y a otros trabajadores, que se trataba de mercurio encontrado en un pozo a 290 metros de profundidad”. Cuatro meses después de trabajar en AngloGold Ashanti, el vigilante fue trasladado a otra empresa, según él, porque hacía demasiadas preguntas. “Allí reina la ley del silencio, nadie se atreve a decir nada ni a cuestionar porque lo despedían”.
Sobre el tema de las rocas encontradas con el material tóxico, la gerente de comunicaciones de la compañía se defendió: “las piezas extraídas son llevadas a laboratorios en el exterior para su análisis y aún no se ha encontrado mercurio; si así fuera todos nuestros geólogos estarían enfermos ya que llevan más de 6 años haciendo ese trabajo”.
Lo cierto es que Jovanna está enferma. Después de someterse a una biopsia cerebral, los resultados arrojaron que la mujer padece ‘gliosis astrocita moderada no especificada’ (una lesión cerebral grave). Motivo por la que la remitieron a Bogotá donde le detectaron 30 grados de mercurio. “El doctor Camilo Uribe, director de la Unidad de Toxicología del Hospital Universitario Infantil de Bogotá, me dijo que, dados los niveles tan altos, la intoxicación no había podido ocurrir en la casa con un bombillo, ni con un termómetro, y se trataba más bien de una inhalación de vapores de mercurio”. La mujer fue despedida luego de los síntomas por su bajo desempeño. Tras su salida, la EPS Salud Total alegó que era la ARL la que tenía que responder al ser un padecimiento de origen laboral.
“A uno se le arruina la vida porque pierde sus metas”, explica Jovanna, quien tras la denuncia interpuesta a AngloGold Ashanti, en noviembre de 2015, comenzó a sufrir un nuevo calvario: “Físicamente no se nota la enfermedad, pero lo peor es que uno termina destrozado psicológicamente. El entorno de la empresa comenzó una batalla contra mí a través de las redes sociales donde me acusaban de enferma temporal con fotos falsas, de mentirosa. Tampoco tengo dinero suficiente para defenderme legalmente ante una compañía tan grande”.
Mientras la pelea legal continúa, Cajamarca decide este domingo, 26 de marzo, si AngloGold Ashanti puede realizar labores de explotación minera a cielo abierto.