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La paz ya tiene banda sonora
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La paz ya tiene banda sonora

Staff ¡Pacifista! - diciembre 12, 2015

¿Qué quiere decir ese trabajador rural que día a día padece la violencia en el país? Con canciones, los campesinos contaron cómo es y cómo se construye la paz.

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De derecha a izquierda: Jairo Alberto Bocanegra, Myriam Romero, Germán Huertas y Luis Condines.

 

“Donde se inició el conflicto fue en el campo. Los trabajadores rurales han sufrido directamente las consecuencias de esta falta de entendimiento entre los colombianos; por lo tanto, ellos deben ser parte de la solución, deben ser la cara de la paz”, dijo Luis Codines, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Colombia, en la condecoración del Premio Nacional de la Canción para la Paz, el pasado 17 de diciembre en la Universidad Nacional.

Desde mediados de 2015, el IICA, que hace 51 años está trabajado en el país de la mano del sector agrario, se unió a la fundación The Trust For The Americas para abrir un espacio en el que los campesinos colombianos manifestaran cómo se sentían y qué pensaban con respecto a la paz y la reconciliación, a través de la música. “¿Qué quiere decir ese trabajador rural que día a día esta padeciendo la violencia? Este concurso permitió que ese mensaje auténtico, cargado de todo el saber y el sentimiento de libertad, fuera escuchado”, dijo Myriam Romero, embajadora de la Trust For The Americas en Colombia.

Luis Condines, representante de la oficina de IICA en Colombia.

La convocatoria recibió nueve propuestas que iban desde el folclore colombiano hasta baladas contemporáneas, que nacieron en la costa norte, el centro y el sur del país. Los participantes contaron con la asesoría musical de Javier Martínez, director de la productora Arte Nova Music; quien se encargó de perfeccionar melódicamente las propuestas y de guiar en temas de composición a los campesinos, para que después de la convocatoria las mejores canciones tuvieran un reconocimiento comercial e internacional.

Las propuestas musicales más conmovedoras y con una visión esperanzadora de la paz fueron galardonadas el pasado 17 de diciembre en la primera versión del Premio Nacional de la Canción para la Paz. Las interpretaciones seleccionadas fueron dos, “Himno a la libertad” del compositor ibaguereño Jairo Alberto Bocanegra y “Una contraseña de felicidad” de los hermanos Germán y Roberto Jairo Huertas Becerra, de la ciudad de Bogotá. Las dos canciones coinciden en el tema de la igualdad que se necesita para construir la paz y reconciliarse con el otro.

Las canciones de la paz

Cristal Bocanegra, hija del compositor Bocanegra, interpretando la canción ganadora, “Himno a la libertad”.

El primer puesto se lo llevó la canción “Himno a la libertad” que según su autor, Jairo Alberto Bocanegra, “invita a cada ser a compartir el pan en libertad porque, como en las grandes sinfonías y en la música en general, debe de haber armonía para que se conjuguen y afloren los buenos sentimientos y sensibilidad”. El tema fue interpretado por su hija Cristal Bocanegra quien, antes de interpretar la canción, contó que la letra compuesta por su papá le da voz a la tierra y resalta los valores que son base de la comprensión.

Escuche aquí la canción “Himno a la libertad”:

Jairo recuerda que hace 25 años, junto a sus amigos Rafael Escalona, Jorge Villamil y Alberto Adalmar, decidieron hacerle un homenaje al campo y su ardua vida con el LP “Gran concierto ecológico”, visitaron todo el país haciendo muestras de su obra y dando a conocer un mensaje que invitará a cuidar la tierra y al campesino. Ahora, el compositor siente que revive ese momento pero, además, con su canción dice que toda Colombia conforma el sector agro y, por lo tanto, no se debe dudar en traer “los aires de la paz a estas zonas olvidadas y tan útiles para un escenario de reconciliación”, como él mismo lo afirmó.

Germán Huertas interpretando la canción “Una contraseña de felicidad”.

El músico Germán Huertas contó, en medio de la premiación, que la muerte de su hermano Roberto Jairo fue un episodio trágico en su vida; sin embargo, entre tristezas, sonríe y dice que de él le quedó el recuerdo de miles de letras que componía cuando era joven y quería cambiar el mundo. “Una contraseña de felicidad”, la ganadora del segundo puesto de la convocatoria, fue una de esas emotivas historias que su hermano escribió, en el año 1995, preocupado por la dureza del país frente a los desplazados y las condiciones de vida a las que eran expuestos cuando vivían en la calle.

Esta canción busca que la gente reflexione sobre la igualdad que se necesita para que haya un nuevo país en paz; tan simple como que los habitantes de la calle, muchos provenientes del campo, merecen el mismo respeto y trato que los demás. “Esta letra reclama y exige la paz como nervio principal de la nación, y solo podemos lograr construirla si la solidaridad, la comprensión y respeto son los valores que definen nuestras vidas como colombianos”, dijo el músico.