Hablamos con su director sobre los problemas que tienen y las coyunturas que vienen, como las elecciones regionales.
Los trabajadores de la Unidad Nacional de Protección (UNP) se declararon en huelga. Varios sindicatos de empleados de esta institución gubernamental dijeron que no están dispuestos a trabajar hasta que no se cumplan sus exigencias: condiciones laborales favorables, “sueldos justos” y hasta que “saquen la corrupción de la UNP”.
Esta institución se encuentra en un momento crítico, pero esto no quiere decir que sus problemas sean nuevos. Desde 2014 se supo que la UNP (encargada de garantizar la protección de los colombianos en riesgo) tuvo desfalcos millonarios y hechos de corrupción por parte de sus funcionarios. Andrés Villamizar, por ejemplo, dirigió la UNP hasta 2015 y ahora es investigado por la Procuraduría acusado de presuntos hechos de corrupción.
Lo que ha salido en los medios hasta ahora da cuenta de irregularidades en la adjudicación de contratos por parte de la UNP. La institución es la encargada de la protección de los colombianos, pero no cuenta con los recursos suficientes para poder asignar esquemas a todos quienes los solicitan. En este punto tercerizan el “servicio”, y es aquí donde se han registrado casos de corrupción.
Los problemas de la UNP nos ponen en riesgo a todos
No contamos con pruebas materiales de lo siguiente. No obstante, no menos de 8 fuentes (entre líderes sociales, trabajadores, extrabajadores y directivos de la UNP) nos describieron una supuesta red dentro de la institución. Esta red no solo estaría detrás de dinero y de contratos, que ya es grave y delictivo. Según los testimonios, desde la UNP también estaría proporcionando armas e información a los mismos individuos que cometen los asesinatos contra los líderes sociales. Casualmente son los líderes sociales quienes más están solicitando protección a la UNP debido a las amenazas que reciben todo el tiempo.
Este tipo de denuncias, por más graves que sean, no son más que una suposición si no se tienen pruebas, y si no se sabe quiénes están detrás de los hechos. Eso fue lo que nos dijo Pablo Elías González, director de la UNP desde septiembre pasado.
Hace un par de meses González nos recibió en su oficina. Nos contó cómo encontró a la UNP, los principales retos que considera que tiene y cómo tienen planeado solucionarlos. Además de los problemas de corrupción -que el director admite que existen-, González también nos contó que hay falta de personal femenino en la UNP para los cargos de escoltas, y que a la protección a líderes sociales se le suma la contingencia de elecciones regionales de este año.
Según González, por las elecciones hay 12.000 candidatos en Colombia para tener un esquema de protección. La UNP no da a basto para esto. “No es que no le alcancen las personas o los recursos, es que de aquí a las elecciones”, dice González, “no es posible ni siquiera revisar todas las solicitudes”.
De hecho, el director explicó que esa es una de las trabas que tiene la UNP para funcionar de manera del todo eficiente. A la semana, González dice que firma 250 resoluciones para quitar, modificar o asignar esquemas de protección a colombianos en peligro. La montaña de papeles en su escritorio y su agenda apretada lo confirman.
¿Y con la corrupción qué?
Aunque hay líderes sociales que literalmente dicen “sin la UNP estaría muerto”, otros se arman su propio “esquema de seguridad” sin la ayuda del Estado, en lo que ellos mismos llaman “autoprotección’.
Anyela Guanga, lideresa afro, nos explicó hace un año que la autoprotección consiste en ‘cambiar las rutas y vehículos de desplazamiento, no tener una rutina fija y conocer muy bien a las personas de las que se rodean, aislarse, hacer gestiones solos y en caso tal, esconderse’. Guanga usa la autoprotección porque, según su testimonio “a mí la UNP no me ha dado las medidas que requiero para mi seguridad”,
Este es un memorando interno de la UNP que corresponde primer semestre de 2018. En este se hace el “reclamo” de que no se está protegiendo bien a quienes lo solicitan. La razón es que “hay insuficiencia de personal calificado (…), lo que pone en riesgo los Derechos Humanos de quienes solicitan protección”.
Al respecto, González nos dijo que “como en cualquier entidad, en la UNP hay gente buena, regular y mala. Pero aquí hay mucha gente especializada, lo puedo confirmar (…) Una de las tareas que yo tengo es luchar contra la corrupción, porque esta entidad no es inmune”.
¿Y entonces qué pasa con la huelga?
Bien hay que decir que Pablo González advirtió que tiene conocimiento de todas estas irregularidades, pero que tiene algunas ideas que espera que se vuelvan soluciones. Lo primero, y en lo que hizo énfasis, fue en que desde este año los empleados de la UNP empezarán a recibir clases de sensibilización en Derechos Humanos. Además, la UNP va a adquirir un software que le permitirá clasificar y organizar mejor la información que tiene de sus protegidos.
Por ahora González ya pidió a los trabajadores de la UNP que no entren en la huelga. Su argumento es que “someter a las personas a desprotección no es la salida”. Elías nos dijo que sueña con que la UNP no tenga que existir cuando acabe su ciclo en la UNP. Que quisiera que Colombia no la necesitara. Por ahora tendrá que resolver la situación de los empleados de la institución mientras se encarga de proteger a los colombianos amenazados.
