En el Carmen de Bolívar, los montemarianos firmaron la paz para darle un mensaje a la mesa de negociación: la paz se construye en los territorios.
POR DANIEL MONTOYA
El 15 de marzo, ocho días antes de la fecha fijada por el Gobierno y las Farc para firmar la paz en Cuba, la firmaron en Montes de María. En una movilización de más de 1000 personas en el Carmen de Bolívar, los montemarianos le mandaron un mensaje a la mesa de negociación: “en La Habana se está firmando el fin de la guerra entre dos de los actores de la violencia armada en nuestro territorio. La paz, en cambio, es un proceso que requiere la participación activa de la sociedad civil”.
La mañana comenzó con niños de diferentes veredas sosteniendo un pendón rayado a colores pidiendo la paz. Detrás, un grupo de mujeres de Mampuján (María la Baja) venían cantando un Lumbalú, el canto de las comunidades afro a los muertos. Las seguían líderes indígenas que con sus gaitas exigían respeto por sus tradiciones y cosmovisión. Varios campesinos cargaron ataúdes que decían ‘guerra’, ‘violencia’, ‘injusticia’, ‘maltrato contra las mujeres’, ‘corrupción’ yal llegar a una loma los enterraron para que, a diferencia de los recuerdos de los idos que invoca el Lumbalú, nada de eso vuelva a su territorio.
Montes de María es una región en la que se reunieron todos los actores del conflicto armado. Paramilitares, diferentes grupos guerrilleros y el Ejército se enfrentaron por el control de la zona; bastante apetecida por ser el corredor que une la costa Atlántica con el occidente y el centro del país. La guerra allí escaló a mediados de la década de 1990 con la entrada de los paramilitares, dejando, según los registros, 104 masacres y más de 200.000 víctimas.
La idea de firmar la paz en los Montes de María fue surgiendo en encuentros comunitarios. Desde hace tres años, con el nombre de ‘Espacio regional de construcción de paz’, se reúnen 35 organizaciones de mujeres, campesinos, indígenas y afros para consolidar una resistencia civil a la violencia.
Según Soraya Bayuelo, líder de los Montes de María y directora del colectivo de comunicaciones Línea 21, se adelantaron a la firma en La Habana “para reafirmar la paz que desde los territorios se está construyendo. Para mandar un mensaje a los negociadores de que los acuerdos se deben horizontalizar con las comunidades, porque aquí es donde se tiene que construir”.
El evento contó con la participación de los 16 alcaldes de la zona, los representantes en la región de los programas de desarrollo y de derechos humanos de Naciones Unidas, enviados del Alto Comisionado para la Paz y diferentes agencias de cooperación internacional que intervienen en Montes de María. Para Bayuelo, “es la forma de la institucionalidad de apoyar los procesos civiles que desde las comunidades se adelantan”.
El evento cerró con la participación de Julio Cárdenas, juglar vallenato de la región, cantando junto a los estudiantes de la Escuela de Música Lucho Bermúdez del Carmen de Bolívar. Cantaron El mochuelo, el vallenato alusivo al pájaro de la región que Adolfo Pachecho escribió preguntándose si para el animal hay un Dios que lo bendiga; y que poco a poco se convirtió en el himno de la región. Al final, cuando terminaron de cantar, de una jaula salió liberada el ave.
