Este domingo, en el Cementerio Central de Bogotá, fueron devueltos a su tumba los restos del ex-comandante guerrillero del M19. Es la tercera inhumación en 25 años, luego de que la Fiscalía practicara nuevos análisis a sus restos.
Por: Esteban Montaño
“Todos los que salimos de aquí sabemos que nuestra vida corre riesgo”, dijo Carlos Pizarro cuando el grupo guerrillero M-19 renunció definitivamente al uso de las armas en marzo de 1990. Era consciente de que estaban dando un paso al vacío porque para ese momento no existían plenas garantías para participar en política. Eso había quedado patente con los asesinatos de los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Luis Carlos Galán, para citar dos magnicidios emblemáticos de esa época.
Aun así, Pizarro insistió en que su discurso por la paz ya no tenía reversa. Como tampoco la tuvo un mes después, exactamente el 26 de abril, cuando se cumplió su fatal vaticinio. Pizarro ya se había convertido en el candidato presidencial de la Alianza Democrática M-19 y tenía posibilidades de triunfar en las elecciones que se iban a celebrar en mayo. Sin embargo, el excomandante fue asesinado en un avión de Avianca en el que viajaba de Bogotá hacia Cali.
Carlos Pizarro fue enterrado en medio de una multitud que expresaba rabia, indignación, tristeza y resignación. Sentimientos que, en parte, se han alargado durante 25 años. El proceso judicial permaneció estancado en versiones confusas y desviaciones intencionales hasta noviembre del año pasado. Ese mes, La Fiscalía ordenó la exhumación de los restos de Pizarro con el fin de impulsar la investigación sobre los autores de este crimen de lesa humanidad.
Por eso, uno de los eventos centrales de la conmemoración de los 25 años del asesinato de Carlos Pizarro este domingo, fue el retorno de sus restos a la tumba y la siembra de algunas plantas a su alrededor para simbolizar la vida que sigue latiendo más allá de la muerte. En la actividad participaron algunos ex combatientes del M-19 y sus familiares más cercanos. PACIFISTA presenta algunas de las imágenes más destacadas de lo que ocurrió en el Cementerio Central de Bogotá.
